La Habana, Cuba.- Suele decirse, y no sin razón, que la moda es veleidosa, cambiante, voluble. Sin embargo, este axioma no se cumple, al pie de la letra, cuando se trata del vestuario reglamentario para las competencias deportivas.
Si bien es cierto que los últimos adelantos tecnológicos se incorporan, en mayor o menor medida en aditamentos, accesorios y ropa – los bañadores y las zapatillas que usan no pocos de los competidores de los XXIX Juegos Olímpicos que se celebran por estos días en Beijing, China, dan fe de ello- no son las reglas dictadas por Lagerfeld, Oscar de la Renta, Carolina Herrera u otros grandes de las pasarelas, las que se cumplen en cuenta en los tabloncillos, piscinas o los cuadriláteros.
En el mundo del deporte competitivo todo está muy bien pensado, meditado y estudiado para facilitar los movimientos de los atletas y contribuir a la obtención de mejores resultados.
Y ya que nos referíamos a los cuadriláteros, ¿qué le parece si me refiero, en esta oportunidad, al boxeo, disciplina en la que Cuba ha obtenido relevantes resultados en su historia olímpica?
Si observa con detenimiento un combate boxístico podrá apreciar en los guantes elementos que no varían, aunque el fabricante sea diferente. Todos poseen iguales dimensiones y peso, y en todos notará una franja blanca. ¿La razón? Simple. De esta forma se le facilita al árbitro y a los jueces la apreciación de los golpes.
Otro tanto ocurre con los fajines o fajas, accesorio obligatorio. Cualquier impacto producido por debajo de ellas equivale a un golpe bajo y puede costar hasta la descalificación de un púgil.
Otra curiosidad. En 1952 se introdujo en la vestimenta del árbitro la corbata llamada de moñito. ¿Por qué fue seleccionada? Sencillo, el tercer hombre en el ring está continuamente junto a los contendientes, y una corbata común y corriente, larga y ancha, puede estorbar sus acciones al enredarse.
Quizás, Usted con suspicacia piense que podría sujetarse con un alfiler o prendedor, pero ello sería antiestético e imposible de llevar a la práctica por una razón: las reglamentaciones prohíben, terminantemente, el uso de objetos duros en la ropa del árbitro, por tanto, la corbata más apropiada es la de moñito.