Héroes nacionales para todos los tiempos, los ganadores de medallas de los Juegos Olímpicos Modernos atraen el cariño y el respeto de un pueblo conocedor y devoto del quehacer deportivo.
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Orlando Martínez Romero: después de una larga espera
Durante largos años, exactamente 68, el deporte cubano esperó por la conquista de una medalla de oro en los Juegos Olímpicos, luego de que los esgrimistas Manuel Díaz y Ramón Fonst lo hicieron en la cita de San Luis, Estados Unidos (1904).
La histórica tarde del 10 de septiembre por fin llegó el codiciado trofeo, aunque no fue un título, sino tres...
Orlando Martínez Romero, boxeador zurdo, nacido en el habanero barrio del Juanelo, 2 de septiembre de 1946, resultó el primero de los pugilistas vencedores, cuando en el combate final de la división de los 54 kilogramos derrotó por decisión 5-0 al mexicano Alfonso Zamora. Los otros dos fueron Emilio Correa en la división de 67 kgs. y Teófilo Stevenson en más de 81 kgs.
El "Zurdo del Juanelo" o simplemente Orlandito, como lo identificaron siempre sus seguidores, comenzó en los trajines boxísticos en 1963, bajo la dirección de Rolando Urrutia en el gimnasio Luyanó Moderno.
En realidad, el muchacho llegó al pugilismo con cierta limitación física debido a una lesión sufrida en la clavícula izquierda producto de una caída.
La circunstancia apuntada tal vez en cierta medida contribuyó a convertirlo en un verdadero artífice de la pelea a riposta, o sea, contragolpear después del ataque adversario.
Sus desplazamientos en todas las direcciones del cuadrilátero, basados en supersónica velocidad y constante golpeo con el recto de derecha asemejaron una sombra imposible de eliminar.
Por supuesto, Orlandito no era invencible y en el accionar de una extensa carrera cayó derrotado en 15 ocasiones, pero sólo una vez perdió por KO en cerca de 200 pleitos.
Esa derrota ocurrió en el primer asalto y la hazaña pudo lograrla en 1968, el también zurdo capitalino Luis Mariano Cesé.
Orlandito ganó el primer fajín nacional en 1964 al derrotar en la división de 51 kg. al veterano peleador oriental Rafael Carbonell. Por motivos de enfermedad estuvo alejado del deporte activo un par de años y regresó en 1967 para recuperar la condición de titular en la división mosca imponiéndose decisivamente al matancero Diosdado Ramos.
La celebración en Ciudad de la Habana (1968) del primer torneo internacional Giraldo Córdova Cardín le permitió, ese mismo año, desquitarse del duro revés ante Luis Mariano Cesé y obtuvo el derecho a representar a Cuba en los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México.
En el territorio azteca las cosas no salieron como esperaba y en el debut -14 de octubre- perdió decisión 4-1 frente al húngaro Tibor Badari.
En 1969 incursionó en la división de 54 kg. y volvió a coronarse monarca nacional en el Playa Girón con victoria sobre Ramón Ramírez.
De nuevo entre los moscas repitió en forma consecutiva triunfos en las ediciones del Córdova Cardín en 1971 y 1972. Por cierto, el primero de esos éxitos constituyó un cerrado veredicto 3-2 contra el santiaguero Douglas Rodríguez, fogoso joven fajador que lo obligó a utilizar todas las artes y mañas conocidas.
A pesar de anexarse el cetro del Córdova Cardín (1972) como peleador de la división mosca- venció al matancero Ambrosio Céspedes en la final-, el colectivo de entrenadores de la preselección nacional decidió incluir a Douglas en ese peso y pasaron a Orlandito a los 54 kg. con vista a la versión olímpica de Munich.
Resultados en Juegos Olímpicos |
CIUDAD DE MÉXICO (1968) |
Perdió decisión 4-1 ante Tibor Badari (HUN) |
MUNICH (1972) |
Ganó decisión 4-1 a Wing Maung (BIR) |
Ganó decisión 3-2 a Michael Dowling (IRL) |
Ganó decisión 5-0 a Ferry Moniaga (IND) |
Ganó decisión 3-2 a George Turpin (GBR) |
Ganó decisión 5-0 a Alfonso Zamora (MEX) |
MONTREAL (1996) |
Ganó decisión 5-0 a Jovito Reginfo (VEN) |
Perdió decisión 3-2 ante Chul Son Hwang (COR) |
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Sus cuatro victorias en línea recta por fallos judiciales: 4-1 a Wing Maung (BIR); 3-2 a Michael Dowling (IRL); 5-0 a Ferry Moniaga (IND); 3-2 a George Turpin (GBR), lo llevaron directo a la final entre los gallos.
Concluido el combate decisivo frente al mexicano Zamora, el criollo declaró en conferencia de prensa: "Ese muchacho me dio una pelea tremenda. Yo estaba convencido de que era muy bueno y en ningún momento me confié. Pude boxearle bien a la riposta y lo cruzaba con izquierdas rectas al rostro. Asimiló mucho y por eso terminó en pie. El va a llegar lejos..."
Las palabras del cubano fueron un tanto proféticas, ya que dos años después Alfonso Zamora pasó al profesionalismo y el 14 de marzo de 1975 noqueó en cuatro asaltos al sudcoreano Chul Soon Hwang Hong en el Forum de los Angeles para ganar el título mundial de la división gallo.
Mientras tanto, Orlandito Martínez siguió en la batalla amateur y acudió a una tercera cita olímpica en Montreal (1976), donde resultó eliminado por el mismo Soon Hwang.
Tras la retirada del deporte activo en 1978, comenzó a trabajar con jóvenes valores y es un prestigioso técnico en el arte de dar y que no te den, muy solicitado en casa y fuera de ella.
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Emilio Correa Vaillant: respondió y de que forma
Motivado por los triunfos de sus coterráneos santiagueros Roberto Caminero Chocolatico Pérez, Enrique Regüeiferos, Félix Betancourt y Rolando Garbey, el muchacho nacido el 20 de mayo de 1952 decidió probar suerte y según confiesa, un buen día dijo para sí mismo: "Correa, tú puedes ser uno de ellos".
Convencido de que podría lograrlo, se apareció cierta tarde del mes de mayo de 1966 -acababa de cumplir 14 años de edad-, en el gimnasio Los Hoyos, lugar donde nacieron deportivamente muchos pugilistas oriundos de la ciudad, y comenzó a darse trompadas con cualquiera que le pusieran delante.
Emilio no era guapo ni mucho menos, sino todo lo contrario, más bien tranquilo e introvertido, pero quería llegar y en lo adelante sólo tuvo en mente una aspiración: "Conquistar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos".
Para ejemplificar sobre la voluntad y la confianza demostrada por él en todo momento, bastaría mencionar la derrota sufrida en el debut oficial -20 de octubre de 1966-, a manos de Mario Tejeda y después el segundo fracaso consecutivo frente a Ramón Sánchez.
"Yo no tengo que ocultar nada de aquel comienzo. Si alguien dijo cierta vez que las derrotas duelen, en mi caso puedo agregar que también enseñan, y bastante..."
La llegada de Emilio Correa a los planos estelares siempre estuvo colmada de difíciles obstáculos, debido a la extraordinaria calidad encontrada en las divisiones de 63,5, 67 y 71 kg.
En 1969, durante la segunda edición del torneo Giraldo Córdova Cardín, enfrentó a uno de los consagrados de entonces, el capitalino Arnaldo "Látigo" Martínez y fue derrotado 4-1.
Al siguiente año, en el propio certamen internacional, alcanzó la victoria 2-1 sobre el búlgaro Hristo Hristov y en la final se midió nada menos que con uno de sus preferidos de antaño: Enrique Regüeiferos, dueño absoluto de la división de 63,5 kg.
Sin embargo, Correa no se amilanó ante su paisano y completó la distancia de los tres asaltos, aunque perdió 3-0.
De lleno entre los grandes de la preselección nacional respondió a la confianza depositada en él por los miembros del colectivo técnico, cuando lo designaron el hombre de los 67 kg. en la delegación cubana a los Juegos Deportivos Panamericanos de Cali, Colombia (1971).
En la discusión del título continental derrotó al estadounidense Larry Carlisle y sumó a la incipiente hoja de servicios el primer triunfo de envergadura internacional.
La consolidación de Correa tuvo lugar delante de sus parciales santiagueros en el torneo Playa Girón de 1972. En la tierra indómita hizo sentir la fortaleza de los puños y sentó cátedra al derrotar en la semifinal al villaclareño Andrés Molina y en la final a Félix Betancourt. Ahora no quedaban dudas sobre quién sería el welter cubano para Munich.
En el escenario alemán, uno a uno cayeron vencidos el italiano Damiano Lassandro (5-0), el alemán Manfred Wolke (KO en el segundo), otro germano Gunter Meier (3-2), el estadounidense Jessie Valdez (3-2) y el húngaro Janos Kadji (5-0).
A su juicio, aunque todos los adversarios presentaron oposición, las mayores dificultades las encontró frente a Jessie Valdez en el primer asalto, pues utilizó un estilo defensivo que lo confundió.
Había llegado el momento más esperado de su carrera. Correa conquistó en la misma jornada el segundo título para Cuba y la alegría contagió a todos los integrantes de la delegación criolla. Apenas tenía 20 años de edad y ya era un flamante monarca olímpico en una de las divisiones mejores dotadas en el boxeo.
En años sucesivos (1973-1976) mantuvo la condición de campeón nacional y en 1977, otra vez ante su público santiaguero ganó el título de la división de 71 kg. al imponerse contra el tunero José Gómez.
Durante esos cinco años, Emilio además fue titular de los 67 kg. en el Primer Campeonato Mundial, cuya sede resultara Ciudad de la Habana (1974), luego de derrotar por KO en el tercero al estadounidense Clinton Jackson.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MUNICH (1972) |
Ganó decisión 5-0 a Damiano Lassandro (ITA) |
Ganó KO en 2 a Manfred Wolke (RDA) |
Ganó decisión 3-2 a Gunter Meier (RFA) |
Ganó decisión 3-2 a Jessie Valdez (EUA) |
Ganó decisión 5 -0 a Janos Kadji (HUN) |
MONTREAL (1976) |
Ganó RSC en 2 a Plamen Yankov (BUL) |
Perdió por RSC en 3 ante Pedro Gamarro (VEN) |
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El evidente declive comenzó bien temprano y ya en los Juegos Deportivos Panamericanos en la Ciudad de México (1975) perdió por decisión ante Jackson y en la segunda participación olímpica lo derrotó por RSC en el tercero el venezolano Pedro Gamarro.
Su última pelea la efectuó en el torneo Playa Girón (1979), en la ciudad de Guantánamo, y alcanzó otra vez la faja nacional de los 71 kg. con victoria unánime ante el capitalino Luis Felipe Martínez.
La vida de Emilio Correa aún sigue en estricta vinculación con el mundo de las 12 cuerdas y desde que salió de las mismas, lo hace en el gimnasio y en funciones de segundo en la esquina.
Su hijo Emilito es integrante de la preselección nacional y en varias oportunidades defendió los colores patrios, en clara muestra de “de casta le viene al galgo”.
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Teófilo Stevenson Lawrence: grande entre los grandes
Recientemente, cuando la ciudad estadounidense de Atlanta (1896) conmemoró el primer centenario de la resurrección de los Juegos Olímpicos, el cubano Teófilo Stevenson apareció durante la ceremonia inaugural entre las notables figuras que en sus respectivos momentos dieron realce competitivo a las citas cuatrienales.
Este hombre cubano, nacido el 29 de marzo de 1952, en el apartado poblado oriental de Puerto Padre, aquella noche del 19 de julio de 1996 compartió el escenario con luminarias del pasado y el presente dentro del mundo atlético.
Antes de Teófilo, los anales boxísticos recogieron el nombre del húngaro Lazslo Papp como el único triple monarca olímpico consecutivo; primero en la división de 75 kilogramos, en Londres, Gran Bretaña (1948); y más tarde lo hizo en la de 71 para ganar sendos títulos en Helsinki, Finlandia (1952) y Melbourne, Australia (1956).
Lo singular en los triunfos del moreno caribeño fueron sus lauros alcanzados siempre en la máxima división, feudo de un casi absoluto dominio estadounidense.
Por ejemplo, los dos últimos predecesores de Stevenson, Joe Frazier (Tokio, Japón 1964) y George Foreman (Ciudad de México 1968), después llegaron a convertirse en campeones mundiales profesionales.
A la pareja citada podemos añadir que el vencedor de Roma 1960 en los 81 kilogramos, Cassius Clay o Mohammed Ali, como se hace llamar en la actualidad, reinó también varios años en los supercompletos.
La supremacía de estos tres hombres opacó por completo a otros boxeadores de la división a lo largo de dos décadas e incluso numerosos promotores y especialistas aceptaron, a modo de influyente causa para la evidente decadencia, la superioridad de los puños de Teófilo Stevenson, quien en tres ciclos quebró la lógica cadena de sucesores.
Comienza la "Era de Stevenson"
En su primera confrontación internacional de envergadura, los Juegos Deportivos Panamericanos de Cali, Colombia (1971), Teófilo enfrentó al primer rival estadounidense, Duane Bobick, y perdió en semifinales cerrada decisión 3x2.
Confiados en la posibilidad de que un pugilista de la raza blanca fuera capaz de continuar la tradición de los negros Frazier y Foreman, los federativos boxísticos en los Estados Unidos optaron por mantener a Bobick en el amateurismo y lo enviaron al compromiso de Munich (1972).
Pero a los deseos del grupo que regía los intereses de la ya bautizada "Esperanza Blanca" se opuso un poderoso recto de derecha en el tercer asalto. Tanto impresionó a los magnates reunidos aquel golpe que uno de ellos no tardó en acercarse a Stevenson y le propuso un contrato millonario.
Con firmes palabras de respuesta, el cubano se apuntó el segundo KO de la noche: "Los únicos millones que me interesan quedaron en Cuba con el cariño de ocho millones de compatriotas"
La extensa lista de rivales yanquis posteriores a Duane Bobick comenzó por Marvin Stinson, un forzudo camionero derrotado en el Campeonato Mundial de La Habana (1974).
Pasados algunos meses volvieron a agitar palmas y a los Juegos Deportivos Panamericanos en la Ciudad de México (1975) llevaron a Mike Doakes, quien tampoco llegó al límite de los tres asaltos.
El siguiente adversario resultó John Tate en los Juegos de Montreal 1976 y apenas aguantó un par de golpes en el capítulo de apertura. En la cartelera final Teófilo Stevenson alcanzó la segunda medalla dorada frente al escurridizo rumano Mircea Simon.
La fase preparatoria para Moscú 1980 le permitió mantener el azote sobre los supercompletos de los Estados Unidos. Así cayeron, Woody Clark en el torneo Batalla de Carabobo, Caracas (1977); Tony Tubbs en el Mundial de Belgrado (1978); Jimmy Clark en un tope bilateral celebrado ese mismo año en el Madison Square Garden de Nueva York; y Rufus Hadley en los Juegos Deportivos Panamericanos de San Juan, Puerto Rico (1979).
Stevenson asistió a la capital moscovita confiado en conquistar el tercer galardón. En la primera salida al cuadrilátero fulminó en el primero al nigeriano Salomón Ataga.
Volvió a la carga y ahora en tres liquidó al polaco Grzegorz Skrzesz. No constituye una exageración apuntar que los dos siguientes contrarios, el húngaro Istvan Levai en semifinal y el soviético Piotr Zaev en la final, se limitaron a rehuir el combate para escuchar el campanazo final.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MUNICH (1972) |
Ganó por KO en el primero a Ludwik Denderys (POL) |
Ganó por RSC en el tercero Duanne Bobick (EUA) |
Ganó por RSC en el segundo a Peter Hussing (RFA) |
Ganó por no presentación a Ion Alexe (RUM) |
MONTREAL (1976) |
Ganó por KO en el segundo a Henda Dravore (SEN) |
Ganó por RSC en el primero a Pekka Ruokola (FIN) |
Ganó por KO en el primero a John Tate (EUA) |
Ganó por abandono en el tercero a Mircea Simon (RUM) |
MOSCÚ (1980) |
Ganó por KO en el primero a Salomón Ataga (NGR) |
Ganó por KO en el tercero a Grzegorz Skrzesz (POL) |
Ganó por decisión 5x0 a Istvan Levai (HUN) |
Ganó por decisión 5x0 a Piotr Zaev (URS) |
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Sin entrar en un campo especulativo, podría asegurar que Teófilo Stevenson tuvo la oportunidad de convertirse en el primer púgil del boxeo olímpico capaz de conquistar cuatro títulos, pero la ausencia de la delegación cubana en el compromiso de Los Ángeles, Estados Unidos (1984), lo impidió.
El fundamento a la referida posibilidad queda plasmado al conocer que en esa misma fecha, un buen número de países que tampoco viajaron al escenario estadounidense organizaron competencias en diferentes disciplinas.
Acá en Cuba fue celebrado un certamen boxístico, reconocido como de mayor calidad que el de los Juegos Olímpicos y en dicha ocasión, Stevenson puso fuera de combate en tres asaltos al soviético () durante la discusión del metal dorado. Sobran los comentarios…
Esbozada en cortas líneas, pudiera considerarse simple la carrera del tunero entre las 12 cuerdas. En tal sentido, pensar así queda bien apartado de la realidad, pues Teófilo usó los guantes por primera vez en su natal Puerto Padre y perdió decisión ante un paisano nombrado Luís Enrique, el 7 de octubre de 1966.
Dos décadas después, el 17 de mayo de 1986, celebró el último combate y noqueó al estadounidense Alex García para ganar el tercer cetro mundial en la cuarta edición de estos certámenes, con sede en Reno, Nevada, EE.UU.
Peleas celebradas: 322; victorias: 307; derrotas: 15.
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Jorge Hernández Padrón: estilista impecable
Desde muy pequeño Jorgito siempre sintió una atracción especial por la natación, pero entonces los arcaicos criterios populares se oponían a que un niño asmático practicara esta disciplina.
Así, de manera accidental, llegó al gimnasio Roberto Poland, ubicado en la barrida marianense de Pogolotti, donde antes surgieron numerosos peleadores de reconocida calidad.
De aquella época recuerda que las primeras lecciones las recibió del entrenador Julio Yú, cuando apenas contaba unos 14 años de edad -nació el 17 de noviembre de 1954- y pasado algún tiempo lo llevaron hasta San Miguel del Padrón para celebrar el primer combate con un muchacho nombrado José Dorado y perdió por decisión.
Su constitución física, 1,60 metros de estatura y peso inferior a los 48 kilogramos, a menudo lo puso en desventaja a la hora de escalar el cuadrilátero en la etapa inicial.
A fuerza de voluntad y mayores deseos de igualar los triunfos del santiaguero Emilio Correa, su boxeador preferido, salió adelante para alcanzar en 1968 el título nacional en la categoría de menores y el crónico padecimiento pasó al olvido.
En el torneo Playa Girón, con sede en Santiago de Cuba (1972), ganó medalla de plata en la división de 48 kg., luego de perder cerrada decisión frente al villaclareño Julio Rivera.
En el comienzo del ciclo olímpico (1973 -1976) conquistó por primera vez el fajín de monarca superando al veterano Rafael Carbonell en la edición del Playa Girón, efectuada en Isla de Pinos (1973). Ese mismo año, de nuevo en Santiago de Cuba, aunque ahora en el Giraldo Córdova Cardín alcanzó medalla dorada con decisiva victoria sobre Renzo González.
Cuando la Ciudad de la Habana sirvió como sede al I Campeonato Mundial de Boxeo Amateur, en la mente de Jorgito daba vueltas la idea de convertirse en el primer titular en la historia de estos certámenes.
Durante el torneo Córdova Cardín, desarrollado en Camagüey, junio de 1974, no dejó lugar a las dudas y fue seleccionado para presentar a Cuba en la división minomosca del I Campeonato Mundial de Boxeo.
A la histórica cita de la capital cubana acudieron los mejores hombres en la división de 48 kg., entre ellos el estadounidense Alberto Sandoval, el húngaro Georgy Gedo, campeón olímpico en Munich 1972, el español Enrique Rodríguez, bronce en la misma confrontación muniquesa, y el sorprendente keniano Steve Mushoki. Los cuatro citados, más el tanzanio Enmanuel Mlundiva, cayeron derrotados por los puños del criollo y pudo cumplir el compromiso propuesto.
Después de imponerse el dominicano Leoncio Mercedes ganó la medalla dorada en los Juegos Deportivos Panamericanos, Ciudad de México (1975).
El siguiente paso consistía en consolidar la posición como primer minimosca del patio para participar en los Juegos Olímpicos de Montreal (1976).
Ese año lo comenzó con la recuperación del título nacional venciendo en la final del Playa Girón, allá en Camagüey, al zurdo Héctor Ramírez.
Posteriormente confirmó el boleto hacia Montreal derrotando unánimemente al santiaguero Jesús Ramos, en el Córdova Cardín organizado en Pinar del Río.
En el escenario canadiense debutó con triunfo por RSC en 3 contra el búlgaro Vladislav Foudjejiev y en la segunda presentación puso fuera de combate en dos asaltos al nigeriano Soffa Yarawi para alcanzar a las semifinales, donde venció por amplio margen al boricua Orlando Maldonado.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MONTREAL (1976) |
Ganó por RSC 3 a Vladislav Foudjejiev (BUL) |
Ganó por KO a Soffa Yarawi (UGA) |
Ganó decisión 5-0 contra Orlando Maldonado (PUR) |
Ganó decisión 4-1 a Byong Uk Li (RPC) |
MOSCÚ (1980) |
Perdió decisión 4-1 ante Vladimir Miroshmichenko (URS) |
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Una vez más volvió discutir un título en la primera pelea de la jornada final y su adversario resultó el coreano del Norte Byong Uk Li, el cual se comportó a gran altura hasta perder dividido veredicto 4-1.
Jorge Hernández participó además en cuatro topes bilaterales contra boxeadores estadounidenses: Houston (1977 ganó decisión 2-1 a Richard Sandoval; Ciudad de la Habana (1978) derrotó 3-0 a Félix Castillo; Nueva York (1978) perdió 2-1 ante Jerome Coffe y de nuevo en la Ciudad de la Habana (1979) tomó desquite y venció 2-1 en la revancha a Jerome Coffe.
Durante su segunda presentación en una edición olímpica, los Juegos de Moscú 1980, los entrenadores de la preselección nacional decidieron subirlo a la división de 51 kg., pero aparentemente, el paso de los años dentro de las cuerdas había comenzado a limitar sus cualidades de estilista impecable y fue derrotado en el primer pleito por el local Vladimir Miroshmichenko, quien más tarde logró la medalla de plata.
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Ángel Herrera Vera: dos para el zurdo del Guaso
Muy pocos boxeadores dentro de la preselección nacional tuvieron el vertiginoso ascenso de este guantanamero de pura cepa, nacido el 2 de agosto de 1957, pues prácticamente era un desconocido en el medio cuando combatió en el torneo nacional Playa Girón, celebrado en la provincia de Camagüey (1976).
El único detalle interesante en tan corta hoja de servicios lo presentaba como ganador de la medalla de bronce en el Campeonato Nacional Juvenil del año anterior.
Los nombres de Genovevo Griñán, Mariano Alvarez, medallista de bronce en la primera edición de un certamen mundialista, Reinaldo Valiente, Alberto Brea y Marcial Torrizo resultaban los preferidos a la hora de seleccionar los candidatos para discutir el título de los 57 kgs.
Herrera escaló al cuadrilátero camagüeyano supuestamente uno más entre tantos que buscaban la victoria. Todo cuanto ocurriera en el campeonato era importante porque los técnicos estaban a la caza de resultados frente a la inmediata perspectiva de la cita en Montreal. Ni corto ni perezoso, paso a paso, el muchacho pudo imponerse en las rondas preliminares y llegó a discutir el campeonato con Griñán. La experiencia y mejor boxeo a la distancia del santiaguero salieron airosos y recibió el veredicto de los oficiales, pero el debutante fue invitado a entrenar en la Capital.
Acerca de su comienzo, cuenta el incansable fajador que un buen día de 1973 se embulló y decidió ponerse los guantes en el gimnasio José María Chibás del terruño natal. Entonces tenía 16 años de edad y pesaba algo más de 60 kilogramos.
Angelito, como lo llaman aún los más íntimos, nunca llegó a convertirse en el virtuoso estilista y tampoco presentaba una buena defensa.
Si algo lo llevó a conquistar para de medallas doradas en los Juegos Olímpicos de Montreal y Moscú fue la valentía a toda prueba, porque siempre se plantó a pies firmes con cualquiera y en los intercambios sacó ventaja por la fortaleza de ambos puños.
Unas semanas antes de la cita veraniega canadiense, la ciudad de Pinar del Río organizó otra versión del certamen internacional Giraldo Córdova Cardín. Se trataba de la verdadera prueba de fuego, ya que el ganador recibiría el boleto para representar a Cuba en la división pluma.
Allí estaba Herrera, aunque ahora con cierto nivel de preparación y mayor fortaleza física. Los que lo vieron entrenar en el gimnasio Orbeín Quesada del Wajay, cuartel general de la preselección, ya no tenían dudas, con él habría que contar…
El debut contra el alemán Claude Zaraov le reportó una fácil victoria 5-0. En la segunda salida derrotó 4-1 al también joven y combativo santiaguero José Aguilar y ganó la medalla de oro sin pelear por no presentación del soviético Guennadi Saculin.
En Montreal salió por la puerta ancha en la primera presentación con triunfo por KO en el 1ro. ante el indio Ande Rai. Otro éxito sin mayores contratiempos lo alcanzó al imponerse 5-0 al venezolano Ángel Pacheco.
La posibilidad de incluirse dentro de los medallistas lo enfrentó al difícil estadounidense Davey Armstrong y debió sudar gotas gordas antes de llevarse apretado veredicto 3-2.
Aunque la decisión 5-0 frente al mexicano Juan Paredes pudiera suponer una victoria holgada, lo cierto es que el azteca vendió cara la derrota y obligó al cubano a otro fuerte pleito de toma y daca.
Sin embargo, por esas cosas que a menudo ocurren en los deportes de combate, la discusión de la medalla de oro contra el alemán Richard Nowakowski concluyó mucho antes de lo imaginado. Nowakoswski figuró como vencedor en el Giraldo Córdova Cardín de 1975, celebrado en Santa Clara y después afianzó posiciones en otras competencias en el Viejo Continente.
Llegado el momento de la verdad, 31 de julio de 1976, en la Arena Maurice Richard, sus puños aprovecharon muy bien un descuido defensivo y con potentísimo recto de izquierda al rostro Nowakowski cayó fulminado en el segundo asalto.
El boxeo cubano tenía su quinto monarca olímpico y por primera vez el nombre de Angel Herrera Vera apareció con grandes titulares en los diarios del mundo.
El desarrollo del próximo ciclo olímpico (1977-1980) reafirmó a Herrera en la cima de los 57 kgs. y como tal conquistó tres títulos nacionales consecutivos y triunfó otras tantas veces en los certámenes Córdova Cardín, dos de ellas (1977 y 1978) en los plumas y en 1980 en la división de 60, lo cual le valió para participar en el segundo compromiso olímpico.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MONTREAL (1976) |
Ganó por KO 1 a A. Rai (IND) |
Ganó decisión 5-0 a Angel Pacheco (VEN) |
Ganó decisión 3-2 a Davey Armstrong (EUA) |
Ganó decisión 5-0 a Juan Paredes (MEX) |
Ganó por KO 2 a Richard Nowakowski (RDA) |
MOSCÚ (1980) |
Ganó decisión 5-0 a Carlo Russolino (ITA) |
Ganó decisión 5-0 a Geza Thumbas (YUG) |
Ganó decisión 5-0 a Gelsandor Batbilec (MGL) |
Ganó por no presentación a Adach Kazimierz (POL) |
Ganó por RSC 3 a Viktor Damianenko (URS) |
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También en 1978 alcanzó el título mundial de los 57 kgs. al imponerse en la final de Belgrado, Yugoslavia, al local Borislav Ristic. Entre 1977 y 1980 intervino en cuatro topes bilaterales frente a pugilistas estadounidenses: Houston (1977) ganó decisión 3-0 a Rocky Lockbridge, Ciudad de La Habana (1978) derrotó 3-0 a Johnny Bumphus, New York (1978) perdió 2-1 con Bernard Taylor y Charlott (1980) venció por abandono en el primero a Davey Armstrong.
En el escenario moscovita Angel Herrera combatió en la división de 60 kgs. y confirmó una vez más su clase para dejar en el camino hacia la conquista de una segunda medalla de oro al italiano Carlo Russolino, al yugoslavo Geza Thumbas, al mongol. Gelsandor Batbilec, al polaco Adach Kazimierz y al soviético Viktor Damianenko.
Por cierto, aunque el cubano impuso en todo momento el tren de ataque en el pleito final, las acciones resultaron bastante deslucidas debido al escaso nivel técnico que exhibieron los dos contendientes. A la altura del tercer asalto el árbitro panameño César Fernández llamó al médico actuante y éste detuvo la pelea, tras observar una peligrosa herida en el ojo derecho de Damianenko.
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Juan Bautista Hernández Pérez: ¡sorprendió el muchacho!
Ciertamente, la carrera pugilística de Juan Bautista Hernández Pérez podemos considerarla casi de efímera, porque el muchacho, nacido en el poblado oriental de Pilón, 24 diciembre de 1962, pero educado desde pequeño en la provincia de Pinar del Río, llegó muy rápido a los planos estelares y por dificultades con los dedos de sus manos apenas se mantuvo unos cinco años activo, luego de conquistar de manera sorpresiva el título olímpico en Moscú (1980).
El primer resultado de envergadura lo alcanzó sin haber cumplido los 16 años de edad en la oncena edición del torneo internacional Giraldo Córdova Cardín (1978).
En la ciudad de Cienfuegos llegó a la final, luego de ganar cuatro combates de manera convincente, aunque n la discusión del metal dorado perdió decisión 5-0 ante el santiaguero Samuel Belford en la división de 51 kg.
Posteriormente ratificó clase en Guantánamo (1979), donde perdió cerrado veredicto 3-2 con el estelar Jorge Hernández también en la final del certamen Playa Girón.
Entonces, su impetuoso estilo de combatir en la media y corta distancia llamó la atención de los integrantes del colectivo técnico y decidieron incorporarlo a la preselección nacional, de cara al compromiso olìmpico de Moscú (1980).
Desde el primer momento recibió atención directa del experimentado Sarvelio Fuentes y unos meses antes de la cita moscovita, ahora peleando en los 54 kg. consiguió el título del Playa Girón organizado por los pinareños, imponiéndose en la final a Jesús Sollet y en la ciudad de Holguín, sede del Córdova Cardín, venció a Carlos Samalea para ganarse el puesto entre los 11 cubanos a la confrontación cuatrienal.
Bautista Hernández resultó el denominado "eléctrico" en el escenario del estadio cubierto Olimpiski, pues en aquellos momentos quizá los únicos convencidos de ganar la medalla dorada eran él y su entrenador Sarvelio.
En el primer combate derrotó 4-1 al húngaro Sandor Farkas y aunque la pelea en sí no presentó grandes contratiempos, a punto de concluir el segundo asalto sintió fuertes dolores en la mano derecha y la posibilidad de una fractura puso en peligro sus aspiraciones.
Sin embargo, dos días después regresó al cuadrilátero y prácticamente pulverizó en par de vueltas al etíope Mohammed Ayele para derrotarlo por RSC.
La tercera presentación le deparó otro triunfo antes del límite al disponer en el primer asalto del tanzanio Geraldi Issaick, quien apenas presentó pelea ante el cubano hasta que el árbitro detuvo el comabe por superioridad manifiesta.
El camino hacia la final pudo franquearlo con fácil triunfo 5-0 sobre el guyanés Michael Anthony, un adversario que nada quiso arriesgar y pareció satisfecho con llevarse el bronce.
La decisión 5-0 que le dio la victoria frente al venezolano José Bernardo Piñango fue bien merecida. Al comenzar la pelea Bautista salió dispuesto a no dar tregua y persiguió a su oponente por cada rincón del cuadrilátero y Piñango sólo atinaba a eludir el ataque con constantes agarres.
En el segundo, de nuevo el cubano pegó cuanto deseó con ambas manos y llegó a provocar una cortadura en la ceja derecha. Con ventaja decisiva y evidentemente dolorido, salió a boxear el tercero con extrema cautela los dos primeros minutos, pero cerró a todo tren pegando arriba y abajo con la mano izquierda hasta el sonido del campanazo.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MOSCÚ (1980) |
GANÓ DECISIÓN 4-1 A SANDOR FARKAS (HUN) |
DERROTÓ POR RSC 2 A MOHAMMED AYELE (ETI) |
DERROTÓ POR RSC 1 A GERALDI ISSAICK (TAN) |
GANÓ DECISIÓN 5-0 A MICHAEL ANTHONY (GUY) |
GANÓ DECISIÓN 5-0 A BERNARDO PIÑANGO (VEN) |
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Durante la tradicional rueda de prensa, el nuevo monarca confesó a los reporteros: "Desde mi primera pelea tuve la mano derecha inflamada y si pude conquistar el oro se lo debo a la estrategia trazada por Sarvelio de buscar siempre el cuerpo a cuerpo para neutralizar las posibilidades de los rivales. Lo mío era no dejarlos pensar y así lo hice…"
Juan Bautista participó en dos topes bilaterales contra los púgiles estadounidenses. En Charlotte (1980) perdió 2-1 con Jackie Beard y después en Ciudad de La Habana (1982) derrotó 4-1 a Tony Pruitt. En el ámbito regional sólo consiguió un triunfo importante en los Juegos Centroamericanos y del Caribe efectuados en la capital cubana (1982) al vencer en la final a otro venezolano, Manuel Vilches.
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Andrés Aldama Cabrera: misión cumplida
Aunque el matancero, nacido el 5 de abril de 1956, aparece entre los pugilistas cubanos con mejores resultados en los Juegos Olímpicos, luego de ganar medalla de plata en la división de 63,5 kgs. en Montreal (1976) y oro como representante de los 67 en Moscú (1980), pocas veces recibió el reconocimiento de la prensa especializada en virtud a los méritos dentro del cuadrilátero en una carrera que le permitió cruzar golpes con los mejores del mundo en casa y fuera de ella.
Tal parece que el destino reservó al yumurino las glorias en los escenarios olímpicos. Por ejemplo, antes de participar en la cita canadiense, Andrés Aldama apenas contaba dos medallas de bronce en las ediciones del torneo nacional Playa Girón, la primera en Isla de Pinos (1973) en 63,5 kgs. y la segunda en los 67, cuando el campeonato lo organizó Camagüey (1976).
Podría asegurarse que un momento decisivo lo vivió en el certamen internacional Giraldo Córdova Cardín, con sede en Pinar del Río (1976).
En la tierra del mejor tabaco del mundo, Aldama conquistó el título de los 63,5 kgs. y de paso el boleto hacia la consagración, luego de imponerse por abandono en el tercero al alemán Reinz Kruse, decisión 5-0 al costarricense José Luis Lizano, veredicto 4-1 ante el camagüeyano Victor Corona y de nuevo por puntos 5-0 al local Secundino Ferrer.
El colectivo técnico valoró en alto grado su mejor boxeo y decidieron incluirlo en una nómina de 11 peleadores, entre los cuales figuraban los consagrados monarcas mundiales de 1974, Jorge Hernández, Emilio Correa, Rolandol Garbey y Teófilo Stevenson.
Sin lugar a dudas, la responsabilidad se las traía porque ya el pugilismo cubano había dado una buena estocada en Munich (1972) con los respectivos títulos de Orlandito Martínez, Correa y Stevenson.
Desde la primera salida en la Arena Maurice Richard, Andrés Aldama mostró la clase de un boxeador dispuesto a discutir el cetro con cualquiera de los aspirantes a finalista.
En el debut derrotó con relativa facilidad al turco Sabahatan Burcu y en línea sucesiva no dejó llegar al límite de los tres asaltos al dominicano Jesús Sánchez, RSC 2, al húngaro Joszef Nagy, también RSC en el segundo, y por abandono en el propio capítulo intermedio al búlgaro Vladimir Kolev.
Esos triunfos fueron considerados sorpresivos, pues en realidad el criollo era un desconocido. Faltaba la gran prueba de fuego, ya que en la final tendría delante al joven estilista estadounidense Ray Leonard, el mejor peleador en la escuadra de ese país, quien en los Juegos Deportivos Panamericanos, Ciudad de México (1975), venció de manera indiscutible al cubano Víctor Corona por la discusión del título continental.
Aldama y Leonard pelearon con cautela el primer asalto y ambos hicieron gala de virtuosismo singular. En el segundo, ya el norteño comenzó a marcar buenos golpes en evidentes combinaciones e hizo otro tanto en el round del cierre para acreditarse la victoria por RSC.
Aun en la derrota la actuación de Andrés Aldama convenció a los presentes y como el mismo declaró algún tiempo después: "La pelea con Ray Leonard fue la más difícil de mi vida. Se trataba de un extraordinario boxeador, lo cual demostró largo tiempo en las filas profesionales. Yo sabía que no volveríamos a vernos frente a frente y por eso, en lo adelante, concentré mis aspiraciones en Moscú".
A lo largo de todo el ciclo olímpico (1977-1080), Andrés Aldama ganó tres títulos nacionales. En 1977 y 1979 peleó en la división de 67 kgs. y en el 1978 volvió a ratificar la condición de estelar en los 63,5.
Además, triunfó en todas las versiones del Giraldo Córdova Cardín durante ese período, dos veces en 63,5 (1977 y 1978) y otras dos en 67 (1979 y 1980). Su victoria en la sede de Holguín sobre el santiaguero Iván Meriño 5-0 lo ratificó en la división welter y en tal responsabilidad viajó a la cita moscovita.
Aparte del fácil triunfo sobre el peleador de Benín, Pierre Sotoumey, RSC en el tercero, en los cuatro restantes combates tuvo que poner a prueba cuanto había aprendido a partir de la actuación en Montreal.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MONTREAL (1976) |
DERROTÓ POR RSC 2 A SABAHATAN BURCU (TUR) |
DERROTÓ POR RSC 2 A JESÚS FERNÁNDEZ (DOM) |
DERROTÓ POR ABANDONO 2 A JOSZEF NAGY (HUN) |
DERROTÓ POR FC 1 A VLADIMIR KOLVEV (BUL) |
PERDIÓ POR RSC 3 CON RAY LEONARD (EUA) |
MOSCÚ (1980) |
DERROTÓ POR RSCH 3 A FAROUKJAWAD (IRQ) |
GANÓ DECISIÓN 4-1 A SERIK KONAKBAEV (URS) |
DERROTÓ POR FC 3 A PLAMEN YANKOV (BUL) |
GANÓ DECISIÓN 5-0 A KARL-HEINZ KRUGER (RDA) |
GANÓ DECISIÓN 4-1 A JOSEPH MUGABE (UGA) |
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Derrotó 3-2 al soviético Israel Akopkohyan, un hombre incansable en la corta y media distancia, sorprendió en el tercero al difícil búlgaro Plamer Yankov y lo puso a dormir con fortísimo "swing" de izquierda a la mandíbula.
El siguiente compromiso lo llevó ante el experimentado alemán Karl-Heinz Kruger y ahora puso en juego artes y mañas para llevarse el veredicto 5-0.
Sin embargo, a nuestro juicio, Aldama reafirmó las dotes de extraordinario boxeador al imponerse 4-1 frente al ugandés Joseph Mugabe - inexplicablemente votó en contra el juez tanzanio Narcis Tarimo - Mugabe llegó a la final precedido por tres impresionantes victorias por la vía rápida y en todo momento buscó conectar un golpe demoledor.
La táctica seguida por el criollo consistió en neutralizar las embestidas del africano y desde la distancia, a base de contraataques, sacó el margen decisivo en el segundo asalto.
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Armando Martínez Limendú: de la noche a la mañana
En menos de dos años, el avileño Armando Martínez Limendú, nacido en el poblado de Majagua, 29 de agosto de 1961, escaló posiciones en el ranking y aumentó el peso corporal desde los 57 kgs. hasta los 71 y se convirtió en una de las grandes revelaciones del pugilismo cubano en todos los tiempos.
Nunca antes un boxeador del patio transitó victoriosamente tan difícil camino dentro de la edad juvenil.
Armandito combatió entre los mayores en la edición camagüeyana del Playa Girón (1978) y ganó medalla de bronce en la división de 57 kgs.
Unos meses más tarde conquistó el título de los 60 en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Medellín, Colombia, luego de imponerse por decisión al local Juan Coello.
En el mes de agosto de 1980, exactamente el día 2, el público congregado en la moscovita sala Olimpiski presenció su obtención del título olímpico con victoria 4-1 sobre el soviético Aleksandr Koshkin.
Sin embargo, hacía algún tiempo ya estaba envuelto en los trajines boxísticos, pues desde la edad de 10 años, su tío Justo Manuel Limendú lo complació y guió sus primeros pasos.
Cuando en 1972 debutó en la categoría de menores llegó a tejer una impresionante cadena de 42 triunfos consecutivos y perdió el invicto ante el pinareño Alberto Pluma combatiendo en la división de 38 kgs. del campeonato nacional celebrado en Matanzas (1978).
Durante esa etapa trataba de imitar los movimientos del camagüeyano Adolfo Horta, su boxeador favorito. Participó en tres Juegos Escolares Nacionales (1975-1977) con destacado balance de dos medallas doradas y una de bronce.
Esos resultados competitivos le permitieron acumular méritos suficientes para matricular en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) en Camagüey, donde fue uno de los alumnos preferidos del entrenador Fermín Espinosa.
En corto tiempo hizo el grado como juvenil a las órdenes de Pedro Roque y siendo un adolescente llegó al Centro de Entrenamiento Orbeín Quesada , dirigido por Alcides Sagarra.
Armando Martínez podía boxear bien en cualquiera de las tres distancias, incluso por la estatura (1,75 metros) y largas extremidades utilizaba con precisión el recto de izquierda.
A pesar de la evidente ventaja, a menudo prefería intercambiar golpes y entonces parecía un incansable remolino. Quién no recuerda su pleito con el canadiense Shaw O. Sullivan en el torneo internacional Giraldo Córdova Cardín, con sede en San José de Las Lajas (1981) o la revancha frente al propio Aleksandr Koshkin en el Campeonato Mundial, Munich (1982).
La presencia del criollo en los Juegos de Moscú podemos considerarla un tanto sorpresiva, porque en el mes de enero, apenas seis meses antes del compromiso olímpico, ganó el fajín nacional de los 63,5 kgs. en el Playa Girón, organizado en Pinar del Río, luego de derrotar a José Luis Hernández.
En el mes de abril los aspirantes a los boletos de la cita cuatrienal realizaron una gira por la RDA, Checoslovaquia, Hungría y Rumania, entonces Armandito peleó en los 71 kgs. y alcanzó ocho victorias en nueve presentaciones.
En la versión del Córdova Cardín, Holguín (1980), aparentemente una contienda decisiva, combatió en el nuevo peso y en la primera pelea venció 5-0 a Julio Quintana, después propinó soberana paliza al alemán Rostankowski hasta derrotarlo por abandono en el segundo y en la semifinal perdió por no presentación con el vueltabajero Manuel Cordero.
De todas formas, Armando Martínez recibió el voto de confianza de los miembros del colectivo técnico y la prensa cubana reflejó su actuación en Moscú de la forma siguiente: "Y llegó el turno de quien fue la revelación del torneo y, por consiguiente, el mejor boxeador de la escuadra cubana: el avileño Armando Martínez, otro al que se le anticipó un rotundo fracaso por la poca asimilación en las divisiones inferiores.
Armandito demostró que asimila y por tanto borró esos falsos criterios. Sus combates siempre estuvieron cargados con altas dosis de emotividad".
Ante el polaco Zygmunt Gosiewski exhibió pegada y asimilación en triunfo 5-0; al ugandés George Kabuto lo eliminó por RSC en el primer asalto; al brasileño Francisco C. de Jesús lo venció 5-0 y al checoslovaco Jan Franek lo derrotó por RSC en el segundo.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MOSCÚ (1980) |
GANÓ DECISIÓN 5-0 A SIGMUND GOZLEWSKI (POL) |
DERROTÓ POR RSC-1 A GEORGE KABUTO (UGA) |
GANÓ DECISIÓN 5-0 A CARLOS FRANCISCO DE JESÚS (BRA) |
DERROTÓ POR RSC 2 A JAN FRANEK (CHE) |
GANÓ DECISIÓN 4-1 A ALEXANDER KOSHKIN |
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De lleno en el pleito final, frente al soviético Aleksandr Koshkin, un hombre que había demostrado fortaleza en la pegada y la clase de un campeón, alcanzó su verdadera dimensión al imponerse tan claramente que el numeroso público, en el comienzo aclamó por todo lo alto a su favorito y, poco a poco, fue callándose debido al empuje y disertación del joven peleador antillano.
El veredicto 4-1, el único voto adverso correspondió al juez polaco Popiolek".
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José Gómez Mustelier: pegó con todo el tunero
La historia del boxeo cubano en cualquier época recoge los nombres de varios peleadores que alcanzaron resultados sobresalientes debido a la fortaleza de los puños.
Uno de ellos es José Gómez Mustelier, joven de humilde origen campesino, nacido el 28 de enero de 1959, en los predios del central azucarero Colombia, quien por primera vez tuvo un par de guantes en sus manos a la edad de 15 años y desde entonces la principal aspiración consistió en seguir los pasos del paisano Teófilo Stevenson.
Gómez, aún sin la impresionante complexión física exhibida en Moscú, recibió las primeras enseñanzas dentro de las cuerdas del entrenador Rolando Guerra, allá en el terruño natal y pudiera afirmar que entró por la puerta grande a la senda de los estelares, pues dos días después de cumplir los 18 años de edad discutió el título nacional de los 71 kgs. nada menos que frente al consagrado Emilio Correa en el Playa Girón, Santiago de Cuba (1977).
En esa oportunidad perdió la decisión unánime, pero fue llamado a integrar la preselección nacional, donde conoció al profesor Sarvelio Fuentes.
Llegado el ansiado momento de participar en el certamen internacional Giraldo Córdova Cardín, Matanzas (1977), debutó con impresionante RSC en el segundo asalto ante el guyanés Anthony Thomas. Después venció 5-0 al santiaguero Juan Despaigne y en la final recibió cerrado veredicto 3-2 sobre Hermenegildo Báez.
Durante las competencias de boxeo correspondientes a la IV Espartaquiada de los Ejércitos Amigos, un imperdonable descuido defensivo lo llevó a perder por KO ante el soviético Leonid Shapornikov.
Ese duro revés reveló que aun debía aprender mucho entre las cuerdas y de lleno regresó al gimnasio dispuesto a demostrar que nadie podría arrebatarle la posición de representante cubano en la cita mundialista de Belgrado, Yugoslavia (1978). En Camagüey no dejó lugar a las dudas y aplastó a todos los rivales, incluido el veterano Alejandro Montoya. Otro tanto hizo semanas más tarde en la versión cienfueguera del Córdova Cardín.
La participación en el cuadrilátero de Belgrado fue convincente en todos los sentidos, ya que además de vencer en la revancha a Shapornikov, conquistó el título mundial con decisiva victoria ante el finlandés Tamuz Usivirta. La próxima meta quedaba establecida para la inmediata perspectiva de los Juegos Olímpicos (1980).
Durante el resto del ciclo preparatorio, José Gómez puso a prueba la pegada derrotó a cuantos rivales pretendieron oponerle resistencia en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Medellín, Colombia (1978), y Juegos Deportivos Panamericanos, San Juan, Puerto Rico (1979). También cosechó importantes triunfos en cinco topes bilaterales contra los peleadores estadounidenses: Houston (1977) ganó por RSC 2 a Lindell Holmes, Ciudad de La Habana (1978) derrotó por no presentación a Roger Leonard, New York (1978) venció 3-0 a Alex Ramos, Ciudad de La Habana (1979) KO en el 1 a Howard Montes, y en Charlotte (1980) victoria por no presentación sobre Jeff McCraken.
La presencia de José Gómez en la capital rusa pasó por cierto momento de incertidumbre, luego de un peligroso accidente automovilístico sufrido en territorio habanero.
En realidad, llegó al importante compromiso con ciertas limitaciones físicas y en la primera presentación pasó innumerables aprietos para derrotar 3-2 al inexperto zambiano Enock Shama.
Incluso en el combate frente al coreano Mung Jan Bong recibió un peligroso conteo de protección y gracias a su pegada pudo liquidarlo en el segundo asalto. Tampoco en la discusión del pase a la final contra el rumano Valentín Silaghi convenció a todos, a pesar de recibir favorable veredicto 5-0.
Con tales credenciales los fanáticos soviéticos daban por sentado que su favorito Viktor Savchenko dejaría en casa el título olímpico de los 75 kgs.
El sonido del campanazo puso frente a frente a dos locomotoras armadas de voluntad y mayores deseos de alcanzar la victoria. Savchenko golpeó fuerte y Gómez ripostó con mayor precisión hasta el punto de propinarle conteo de protección en el mismo primer capítulo y estaba al borde del fuera de combate cuando se cumplió el límite de tres minutos.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MOSCÚ (1980) |
GANÓ DECISIÓN 5-0 A ENOCK SHAMA (ZAM) |
DERROTÓ POR FC 2 A BONG MUNG JANG (RPC) |
GANÓ DECISIÓN 5-0 A VALENTÍN AILAGHI (RUM) |
GANÓ DECISIÓN 4-1 A VOKTOR SAVCHENKO (URS) |
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A lo largo de la pelea, el pugilista local hizo alarde de gran asimilación al recibir continuas andanadas del cubano en victoria 4-1. Sólo el juez argelino Omar Ould-Abbou vio ganar al soviético.
José Gómez brilló algún tiempo más en el plano nacional dentro de los 75 kgs. aunque después del referido accidente saltaban a la vista las dificultades en los desplazamientos, una limitación que constantemente lo exponía a combatir en el cuerpo a cuerpo con relativas posibilidades de éxito.
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Rogelio Marcelo García: cumplió el compromiso olímpico
Según consta en los documentos oficiales de la Federación Cubana de Boxeo, el monarca olímpico de los 48 kgs. nació en la oriental ciudad de Guantánamo, junio 11 de 1965, sin embargo, cuando conquistó la medalla de bronce en el torneo Playa Girón (1985) representó a la Capital.
Dos años más tarde, bajo la camiseta de la provincia natal, discutió el título nacional y perdió frente al santiaguero Juan Torres Odelín.
Podemos asegurar que a partir de 1989, luego de alcanzar por primera vez el fajín nacional con victoria ante otro santiaguero, Emilio Paisán, el muchacho ascendió al lugar cimero entre los minimoscas del patio y comenzó a labrar el camino hacia la cita cuatrienal catalana.
Antes presentaba muy poca experiencia en lides internacionales, pues combatió en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, cuya sede fuera Santiago de los Caballeros, República Dominicana (1986), donde perdió cerrada decisión con el local Jesús Herrera.
Bajo la condición de elegante boxeador zurdo, capaz de moverse y pegar preciso en las tres distancias, asistió a la contienda mundialista en Moscú (1989) y fue derrotado en la final por el estadounidense Eric Griffin.
A nuestro juicio, el norteño resultó el adversario más difícil que conoció a lo largo de una carrera de casi 15 años entre las cuerdas. Menciono el nombre de Griffin, porque en pleito revancha celebrado en el siguiente Mundial, Sidney, Australia (1991), Marcelo volvió a ceder terreno con el mismo rival y en total perdió cuatro veces sin desquite.
Al margen de los dos sonados fracasos dentro del ciclo olímpico, en medio de esos reveses revalidó el cetro nacional en 1990 y conquistó una medalla dorada en el certamen Giraldo Córdova Cardín al imponerse en las dos finales al camagüeyano Orlando Ascencio. También salió airoso en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Ciudad de México, con victoria ante el boricua Carlos Cepeda. Durante los Juegos Deportivos Panamericanos, Ciudad de La Habana y Santiago de Cuba (1991), ganó los tres combates efectuados, destacándose en la jornada de clausura del triunfo por RSC en el primer asalto sobre el mexicano Ricardo López.
Aunque Rogelio Marcelo recibió el visto bueno del colectivo técnico de la preselección nacional para competir en Barcelona, ciertamente durante los primeros meses de 1992 no consiguió buenos dividendos.
En dos oportunidades fue derrotado por el capitalino Maikro Romero (Playa Girón y Giraldo Córdova Cardín) y tales tropiezos hicieron pensar a muchos aficionados y especialistas que el boleto debió pertenecer a su joven vencedor.
Por otra parte, quienes cuestionaron la decisión de incluirlo en el seleccionado nacional, además argumentaron los reveses contra Eric Griffin, considerado en ese momento el virtual favorito en los vaticinios precompetitivos.
La realidad vivida en el cuadrilátero olímpico planteó una situación completamente distinta y el guantanamero debutó con RSC en el tercero frente a Mfamasibili Kwisi (SWZ), avanzó a la segunda ronda al imponerse 14-2 al mongol Erdenentsogt Tsogtjargal.
Mientras tanto, Griffin, colocado en la misma posición del organigrama, cayó derrotado 6-5 en discutida decisión ante el español Rafael Lozano. Posteriormente, Marcelo derrotó con relativa facilidad a Lozano 11-3 y se coló entre los medallistas.
En semifinales liquidó en la primera vuelta al filipino Roel Velasco y la escena quedó lista para discutir el título con el búlgaro Daniel Bojinov.
El planteo técnico-táctico del cubano desconcertó por completo al europeo desde el sonido del campanazo inicial, pues se movió y golpeó cuanto quiso durante los tres asaltos para recibir amplio veredicto de 24-10.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) |
DERROTÓ POR RSC 3 A TIBONISELE MNISI (ZUE) |
GANÓ DECISIÓN 14-2 A ERDENENTSOG TSOGTJARGAL (MON) |
GANÓ DECISIÓN 11-3 A RAFAEL LOZANO (ESP) |
DERROTÓ POR RSCH 1 A ROEL VELASCO (FIL) |
GANÓ DECISIÓN 24-10 A DANIEL PETROV (BUL) |
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Tal vez los años de dura brega comenzaron a mellar las posibilidades físicas de Rogelio Marcelo a los pocos meses de la consagración olímpica.
En la primera competencia e envergadura, campeonato nacional. Playa Girón, sufrió una tercera derrota consecutiva frente a Maikro Romero.
A pesar de esa evidente merma de las facultades fue incluido en la escuadra que viajó al Mundial de Tampere, Finlandia, unos meses más tarde y el fracaso en las eliminatorias 10-11 ante el ruso Edward Gaitulin no dejó lugar a las dudas de que la división minimosca necesitaba con urgencia un sustituto.
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Joel Casamayor Johnson: pocos esperaban su título
Cuando Joel Casamayor recibió la oportunidad de integrar el equipo a los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992) como sustituto del entonces lesionado Enrique Carrión, en ese momento primero del patio en el ranking de los 54 kgs. fueron muy contados los especialistas que le concedieron posibilidades al joven debutante de ganar una medalla en la difícil contienda.
De acuerdo a los púgiles inscriptos en la cita catalana podría enfrentar, entre otros, al búlgaro Serafin Todorov, el coreano Sik Li Gwang y el ruso Vladislav Antonov, todos medallistas en el Mundial de Sidney (1991).
Casamayor, oriundo de la ciudad de Guantánamo, donde nació el 12 de septiembre de 1971, dio los primeros pasos en el deporte de los puños desde muy pequeño, ya que recién cumplidos los 12 años de edad comenzó a boxear en la categoría escolar.
En los inicios del ciclo olímpico (1989-1992) cruzó guantes con los mejores del patio en las divisiones de 51 y 54 kgs., pero nunca pudo alcanzar una medalla dorada en el torneo nacional Playa Girón o en el internacional Giraldo Córdova Cardín, los dos certámenes más fuertes del pugilismo cubano.
Tal vez el primer resultado de interés lo consiguió en su tierra natal en 1989 al avanzar hasta la discusión del título en los 51 kgs. y aunque perdió con el pinareño Raúl González por decisión exhibió cualidades para imponerse en un futuro inmediato.
Unas semanas después fue incluido en la escuadra participante en el V Campeonato Mundial Juvenil, con sede en Bayamón, Puerto Rico, y allí logró derrotar en la jornada del cierre al soviético Kasenor Murat para conquistar el cetro de los 54 kgs.
Durante los XVI Juegos Centroamericanos y del Caribe, en la Ciudad de México (1990), sufrió la primera sorpresa desagradable en tan corta carrera al caer por RSCH en el segundo asalto ante el venezolano Luis Ojeda.
Posteriormente, en el Córdova Cardín (1991), celebrado en Sancti Spíritus, volvió a ceder terreno por la misma vía frente al local Eddy Suárez.
Sin embargo, Casamayor se propuso salir adelante, luego de un necesario descanso, y en los meses previos al compromiso de Barcelona sólo perdió un par de peleas en los 57 kgs. contra el holguinero Arnaldo Mesa.
Dadas esas circunstancias mereció la confianza del colectivo técnico en la preselección y por razones fortuitas apuntadas llegó al cuadrilátero olímpico.
Víctimas de la precisión de sus puños fueron eliminados, por este orden, el indio J. Veneatesan, el tunecino Turki Kdai, el filipino Roberto Janailtz y el marroquí Mohammed Achik.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) |
GANÓ DECISIÓN 17-7 A DEVARAJAN VENKATESAN (IND) |
GANÓ DECISIÓN 16-11 A RIADH KLAI (TUN) |
DERROTÓ POR FC 1 A ROBERTO JAINAIZ (FIL) |
DERROTÓ POR ABANDONO 1 A MOHAMMED ACHIK (MAR) |
GANÓ DECISIÓN 14-8 A WAYNE McCULLOUGH (IRL) |
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Curiosamente ninguno de los considerados virtuales favoritos llegó a la final. Todorov perdió en la discusión del bronce con Li Gwang y éste a su vez fue batido en semifinales por el irlandés Wayne McCullogh. Mientras tanto, Antonov no pasó del debut al derrotarlo un desconocido tailandés apellidado Suwanyod.
En el combate por la medalla de oro, Casamayor siempre salió dispuesto a jugarse el todo por el todo y no concedió un segundo de tregua a Wayne Mcullogh. El irlandés trató de boxear en la distancia con la intención de aprovechar el mayor alcance y apenas pudo mantener la táctica trazada, porque el cubano lo forzó a intercambiar a lo largo de los tres asaltos.
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Héctor Vinent Carón: par de títulos olímpicos
Cuando este peleador zurdo debutó en los Juegos Escolares Nacionales de 1984 apenas contaba 12 años de edad, pues nació en el poblado santiaguero de Alto Songo, julio 22 de 1972.
Desde ese momento siempre llamó la atención de los seguidores del deporte de los puños por la precisión en las combinaciones y la singular habilidad en el desarrollo de la esquiva.
Cinco años más tarde ganó el derecho a participar en la quinta edición del Campeonato Mundial Juvenil, con sede en Bayamón, Puerto rico (1989), y allí alcanzó la medalla de bronce.
La celebración de otro certamen mundialista en Lima, Perú (1990), le permitió asistir nuevamente como representante en la división de 63,5 kg., pero esta vez conquistó la presea dorada al imponerse por decisión ante el estadounidense Steve Johnson.
Aunque nadie ponía en dudas que Héctor Vinent era uno de los prospectos con mayores perspectivas, su ingreso a la preselección nacional se produjo en 1991 y debió esperar con paciencia que los miembros del colectivo técnico lo consideraran listo para sustituir al guantanamero Candelario Duvergel.
Duvergel fue el preferido a la hora de integrar el equipo a los Juegos Deportivos Panamericanos, Ciudad de la Habana (1991), y en la primera salida al cuadrilátero cayó por RSCH en el tercer asalto contra el desconocido pugilista guyanés Andrew Lewis.
La merecida oportunidad por fin llegó al incluirlo entre los 12 criollos participantes en los Juegos Olímpicos de Barcelona. El público catalán lo vio disertar desde el primer combate frente al colombiano Edwin Cassiani, a quien vapuleó de lo lindo en decisión 27-4.
Su gran prueba de fuego quizá quedó anticipada por los caprichos del sorteo y cruzó guantes en la segunda presentación ante el experimentado alemán Andreas Zuelow. La victoria de Vinent no dejó margen a los comentarios al recibir veredicto de 14-2, luego de trabajar en la distancia con relampagueantes entradas y salidas para golpear los puntos vulnerables del contrario.
Otro europeo, ahora Oleg Nikolaev, yugoslavo identificado en esta competencia bajo la sigla EUN (Estados Unificados), resultó la siguiente víctima al perder 26-3. Vinent estaba colado en el medallero y al responder una pregunta sobre sus posibilidades de triunfar en la final apuntó: "Hasta la medalla de oro no paro".
Y así fue... Un finés nombrado Jyri Kjal pagó los platos rotos en el incontenible ascenso del criollo y debió conformarse con la medalla de bronce al perder 13-3.
En la cartelera del cierre tuvo delante al canadiense Marc Leduc, peleador de fuerte complexión física e incesante fajador. Sin embargo, el santiaguero tenía una seria aspiración y lo barrió 11-1.
En los cinco combates celebrados Héctor Vinent marcó en total 91 golpes de puntuación y recibió 13, o lo que es lo mismo, pegó en proporción de 7 a 1.
Antes de intervenir en la cita de Atlanta (1996) acumuló una importante racha de triunfos, entre ellos la doble condición de campeón mundial en Tampere, Finlandia (1993) y Berlín, Alemania (1995).
A lo largo de todo el ciclo olímpico sólo perdió por decisión 13-7 con el argentino Walter Crucce en la discusión del título en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, Argentina (1995).
La victoria de Crucce, única medalla dorada de los púgiles anfitriones, lo proclamó ídolo de la región y saltó al profesionalismo sin esperar los Juegos de Atlanta.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 27-4 A EDWIN CASSIANI (COL). |
DERROTÓ POR DECISIÓN A ANDREAS ZUELOW (ALE) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 26-3 A OLEG NIKOLAEV (EUN) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 13-3 A JYRI KJALL (FIN) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 11-1 MARC LEDUC (CAN) |
ATLANTA (1996) |
DERROTÓ POR RSC 2 A HAN HYUNG-MIN (COR) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 23-1 A NURHAN SULEYMANOGLU (TUR) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 15-7 A EDWARD ZAKHAROV (RUS) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 23-6 A BLAT NIYAZYMBETOV (KAZ) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 20-13 A OKLAV URIACAL (ALE) |
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En modo alguno el mencionado revés afectó a Vinent, quien fue el primero en reconocer que equivocó el plan táctico del combate al preferir la pelea en la corta distancia. La mejor evidencia de lo planteado salta a la vista como integrante del equipo a la versión olímpica estadounidense.
Nuevamente Héctor Vinent derrochó clase por arrobas, aunque en esta ocasión vale decir que sus adversarios presentaron una mayor oposición, salvo el primer éxito por RSC en el segundo sobre el coreano Han Hyung-Min y tal vez la fácil decisión 23-1 contra el turco Suleymanoglu.
Por ejemplo, el ruso Edward Zakharov peleó de tú a tú antes de caer 15-7, algo similar hizo contra el kazajo Bolat Niyazymbetov (23-6) y el más difícil de todos fue el alemán Oklav Urical, peleador que vendió cara la derrota por el título con veredicto de 20-13.
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Juan Carlos Lemus García: barrió en Barcelona
Este fuerte pegador pinareño obtuvo el primer resultado importante dentro de las cuerdas en el Campeonato Mundial Juvenil, cuya sede fuera Bucarest, Rumania (1985), donde perdió por decisión en el combate final de los 67 Kg frente al búlgaro Angel Stoianov.
A partir de ese momento, el nombre de Juan Carlos Lemus García, febrero 6 de 1965, ocupó un lugar preferente entre los buenos boxeadores surgidos en los gimnasios de su provincia natal durante la década de 1980.
Cuando analizamos la carrera del vueltabajero salta a la vista un curioso detalle, pues dos de los peleadores más difíciles que enfrentó nacieron en Guantánamo y por añadidura tenían el apellido Duvergel, aunque no los unía parentesco alguno.
Uno de ellos, Candelario, dominaba en el plano nacional la división welter al debutar Juan Carlos contra los mayores en el propio 1985. Precisamente, perdió con el experimentado pugilista en la final del torneo Giraldo Córdova Cardín, celebrado en Ciego de Avila.
Candelario volvió a derrotar a Lemus en las ediciones del Playa Girón correspondientes a 1986 y 1987, pero el muchacho, un año después, por fin alcanzó el fajín nacional con victoria sobre el otro Duvergel, Alfredo.
Sin embargo, en 1989, el azote del apellido se puso de manifiesto por partida doble, al propinarles sendos reveses en el Playa Girón y el Giraldo Córdova Cardín, respectivamente.
En apariencia, los resultados de Lemus en 1990, triunfador sobre el matancero Pedro Duarte en las finales de los certámenes antes citados, no fueron del todo convincentes para los miembros del colectivo técnico y no lo incluyeron en la escuadra asistente a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Ciudad de México (1990).
Mientras Candelario viajó como representante criollo en los 63,5 Kg y Alfredo lo hizo en 71, la plaza de los 67 perteneció al también pinareño José Luis Hernández.
Ni corto ni perezoso, Juan Carlos esperó con paciencia su oportunidad y, por esas cosas que a veces no encuentran explicación lógica en el ámbito deportivo, a pesar de perder por decisión ante Alfredo Duvergel en el Playa Girón y ceder otro veredicto al capitalino Eduardo Correa en el Córdova Cardín, compitió en los Juegos Deportivos Panamericanos de Ciudad de La Habana y Santiago de Cuba (1991).
En los 71 Kg celebró cuatro pleitos victoriosos y el último de esos triunfos le permitió conquistar el cetro continental, luego de fulminar con potente derechazo al mentón en el primer asalto al boricua Miguel Jiménez.
Pocas semanas más tarde participó en el Mundial de Sidney, Australia, y allí logró su consagración al derrotar decisivamente a uno de los mejores pesos medianos del orbe, el ruso Israel Akopkoian.
Si algo limitó en buena medida la carrera de Juan Carlos Lemus fueron sus altas y bajas. Por ejemplo, en los meses previos a la cita olímpica de Barcelona perdió dos combates consecutivos con Alfredo Duvergel y muchos pensaron que los fracasos lo privarían del boleto.
Una vez más los entrenadores dijeron la última palabra y el 27 de julio debutó en el cuadrilátero catalán con impresionante decisión favorable 11-0 sobre el peligroso pugilista de origen kazajo Arkadi Topoev, entonces vestido con la camiseta de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), sigla que reunió a todos los atletas procedentes de las repúblicas otrora agrupadas en la Unión Soviética.
Puedo asegurar que de los 12 boxeadores cubanos participantes en los Juegos a Juan Carlos le tocó el sorteo más comprometido al caer en su lado del organigrama todos los virtuales favoritos.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 11-0 A ARKADI TOPAEV (EUA) |
DERROTÓ POR RSCH 1 A MARKUS BAYER (ALE) |
GANÓ DECISIÓN 12-2 A Igor SAPLAVSKI (LET) |
GANÓ DECISIÓN 10-2 A GYORGY MIZSEI (HUN) |
GANÓ DECISIÓN 6-1 A ORHAN DELIBAS (HOL) |
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En cinco presentaciones cruzó guantes con igual número de europeos y en los cuatro combates que llegaron al límite de tres asaltos marcó 46 golpes de puntuación y recibió seis.
Muy lejos estaba Juan Carlos Lemus de suponer que pasados unos seis meses recibiría la sorpresa más desagradable e incluso quedaría marcado el retiro definitivo. Sucedió en Matanzas durante el Playa Girón y el contrario Alfredo Duvergel, la misma "sombra" de los últimos años.
El golpe fue un recto de izquierda al rostro en el segundo asalto y el nocao no dejó lugar a las dudas. Lemus y Duvergel pelearon siete veces y el titular olímpico sólo ganó dos.
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Ariel Hernández Azcuy: de dos dos en rines olímpicos
Un total de 10 pugilistas en la historia de los Juegos Olímpicos subieron por lo menos en dos ocasiones a lo más alto del podio, entre ellos aparecen cinco cubanos, Teófilo Stevenson (3), Angel Herrera (2), Héctor Vinent (2), Ariel Hernández (2) y Félix Savón (2).
Por cierto, en el caso específico de Ariel llama poderosamente la atención que durante los 10 combates celebrados entre Barcelona y Atlanta apenas recibió 39 golpes de coincidencia marcados por los jueces en las computadoras.
La esquiva, factor básico para mantener una buena defensa, constituyó siempre el arma principal del joven pinareño, nacido el 8 de abril de 1973, en el poblado Isabel Rubio, perteneciente al municipio Guane.
A propósito, el muchacho recuerda que hasta concluir la cita en Atlanta celebró 223 peleas (206-17) y nunca escuchó tan siquiera un conteo de protección.
Cuando alguien se encuentra con cualquier practicante del deporte de los puños, lo primero que salta a la vista en el rostro son las huellas de los golpes recibidos. Sin embargo, la excepción de la regla podemos encontrarla en Ariel y por ello indagamos detalles acerca de la singular apariencia.
-Por mis características físicas (1,82 metros de estatura y 75 kilogramos de peso) soy un peleador rápido en la división, aunque a menudo aparecen rivales con mayor alcance.
Yo me preparo muy bien, sobre todo ejercito las piernas y las combinaciones en la media y larga distancias. Mis resultados descansan en el constante entrenamiento y el día que no piense así me retiro del boxeo".
A medida que transcurre el diálogo, Ariel toma confianza y sus palabras fluyen tan seguras como la condición de excepcional estilista. Entonces, aprovecho la oportunidad para indagar la posibilidad de alguna equivocación dentro del cuadrilátero.
"Si usted supiera, voy a contarle de una derrota y no quisiera que lo interprete como justificación. En el torneo internacional Giraldo Córdova Cardín de 1993, en Sancti Spíritus, frente a Juan Cumbá.
Yo acababa de regresar un poco cansado de Europa y no me sentía con la velocidad acostumbrada, quizá lo subestimé y me metí en la corta distancia sin necesidad".
Ariel Hernández es una persona de pocas palabras, respetuosa y dentro de la preselección nacional muchos atletas e incluso entrenadores se asombran de que haya llegado tan lejos en los rudos trajines boxísticos.
"Lo mío era jugar a la pelota y tiraba duro como lanzador zurdo. Yo nunca me he fajado en mi vida... Un día de 1984, Juan " Morito" Fernández, comisionado de boxeo en Pinar del Río, llegó a la casa buscando a mi hermano Luis, pues se trataba de un supercompleto. Yo sólo pesaba 48 kilogramos, si acaso. Pasado el tiempo empecé a imitarlo y probé ponerme los guantes para boxear como Teófilo Stevenson, mi preferido".
Julio Mena, miembro del colectivo de entrenadores de la preselección nacional, trabaja directamente con Ariel desde 1989 y nos cuenta los primeros pasos del zurdo en el alto rendimiento.
" El matriculó en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) de Pinar del Río para el curso 1987- 1988. Pesaba unos 54 kilogramos y el primer entrenador fue Emiliano Chirino. Algunos meses más tarde lo seleccionaron e ingresó en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) Nacional y allí trabajó con Waldo Santiago.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) |
GANÓ DECISIÓN 6-0 A JOSEPH NII ASHIAO LAYER (GHA) |
GANÓ DECISIÓN 13-2 A GILBERT WILLOMONT BROWN (ISV) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 14-6 A SVEN OTTKE (ALE) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 14-1 A SEUNG BAE LEE (COR) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 12-7 A CHRIS BYRD (EUA) |
ATLANTA (1996) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 11-4 A SALIM KABARY (EGI) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 5-0 A SVEN OTTKE (ALE) |
GANÓ DECISIÓN 15-8 A ALEXANDER LEBZIAK (RUS) |
GANÓ DECISIÓN 17-8 A ROSCHILL WELLS (EUA) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 11-3 A MALIK BEYLEROGLU (TUR) |
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La victoria de Ariel sobre el ruso Nurgam Smanov en el pleito final de la división de 67 kilogramos correspondiente a la sexta edición del Campeonato Mundial Juvenil, cuya sede fuera Lima, Perú, en 1990, lo convirtió en el único doble monarca de esta categoría, pues un año atrás conquistó idéntico título en Bayamón, Puerto Rico.
Frente al compromiso de Barcelona ya el muchacho dominaba la división de los 75 kg. al imponerse en los certámenes Playa Girón y Giraldo Córdova Cardín de 1992. Sobre lo ocurrido en la primera experiencia olímpica apunta:
"En realidad, no tuve grandes dificultades en las eliminatorias y semifinales. Esperaba que el estadounidense Chris Byrd saldría a demostrar toda la publicidad que recibió antes del combate final, pero no quiso arriesgar nada".
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Félix Savón Fabré: puños azucarados
La triunfal carrera de este atleta, en la actualidad toda una leyenda dentro del boxeo aficionado mundial, comenzó en 1981 en el guantanamero poblado de San Vicente, lugar donde nació el 22 de septiembre de 1967.
Desde entonces y hasta la fecha, el bonachón gigante, con permanente sonrisa y frases graciosas a flor de labios, mantuvo su estelarísima calidad en 302 combates, de los cuales sólo perdió 12.
Ni el paso del tiempo, ni la singular magnitud de los títulos conquistados a lo largo de tres lustros en los cuadriláteros de todas las latitudes consiguieron transformar el campechano temperamento de este ?muchacho grande?.
Para comprobarlo bastaría el simple diálogo, pues enseguida aparece la picaresca frase recordatoria de vivencias propias de la niñez o la adolescencia en el intrincado terruño oriental.
"No me digas nada, si te cuento cuando comencé a boxear, primero tengo que hablarte del tremendo berrinche que montó la vieja al enterarse.
Oye a Emelina -así se llama la mamá- no le gustó ni un poquito que al Nene le dieran golpes y hasta fue a sacarme de la EIDE provincial"
Aunque la distancia entre San Vicente y la ciudad de Guantánamo es de apenas seis kilómetros, la condición montañosa de ese lugar perteneciente al municipio Jamaica impidió durante largo tiempo que los vecinos de la zona tuvieran luz eléctrica.
De tal forma, según confiesa Savón, nunca oyó hablar sobre las hazañas de Teófilo Stevenson ni las de su coterráneo Angel Herrera, este último dos veces titular olímpico en Montreal y Moscú.
"Cuando yo era pequeño me gustaba jugar a la pelota o tirarme a nadar en el río Jamaica. Hasta mediados de 1982 en mi pueblo la única posibilidad de ver la televisión era en la casa de Jorge Amador, un hombre que ponía a funcionar dos o tres horas diarias su pequeña plantica eléctrica a partir de las siete de la noche y los fiñes aprovechábamos la oportunidad y veíamos los episodios"
Convertido por fin en alumno de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE), sin haber cumplido los 14 años de edad, peso de 71 kilogramos y estatura de 1,80 metros, Félix Savón salió por primera vez de Guantánamo para participar en un campeonato escolar celebrado en Santa Clara (1981).
Su pegada llamó tanto la atención que los técnicos de la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) Nacional hablaron con el entrenador Hugo Fernández y quedó matriculado para iniciar el curso 1981- 1982 en Ciudad de la Habana.
"Figúrate, ya estaba en la Capital y lo primero sería adaptarme a la lejanía de la familia. Después, el aprendizaje y los entrenamientos bajo la dirección de Pedro Roque y Francisco Oduardo.
Ahora pesaba 75 kilogramos y en esas divisiones grandes la ESPA estaba llena de ‘leones tusados’ (rapados)"
Pasados los primeros tres años de fuerte fogueo, sus preparadores lo consideraron listo y acudió como integrante del equipo cubano a la tercera edición del Campeonato Mundial Juvenil, cuya sede fuera Bucarest, capital de Rumania en 1985.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) |
DERROTÓ POR FC-2 A KRZYSZTOF ROJEK (POL) |
GANÓ POR DECISIÓN 11-2 A BERT TEUCHERT (ALE) |
GANÓ POR DECISIÓN 13-11 DANNELL NICHOLSON (EUA) |
GANÓ POR DECISIÓN 23-3 A ARNOLD VANDERLIJDE (HOL) |
GANÓ POR DECISIÓN 14-1 A DAVID IZONRITEL (NGR) |
ATLANTA (1996) |
GANÓ POR DECISIÓN 9-3 A ANDREI KURMYAVKA (KAZ) |
DERROTÓ POR FC-1 A KWAMANA TURKSON (SUE) |
GANÓ POR DECISIÓN 20-4 A GEORGI KANDELAKI (GEO) |
DERROTÓ POR NO PRESENTACIÓN A LUAN KRASNIQI (ALE) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 20-2 A DAVID DEFIAGBON (CAN) |
SYDNEY (2000) |
GANÓ POR RSC-2 A OJEMAYE RASMUS (NGR) |
GANÓ POR DECISIÓN 23-8 A MICHAEL BENNET (EUA) |
DERROTÓ POR 14-8 A SEBASTIAN KOEBER (ALE) |
GANÓ POR DECISIÓN 21-13 A SOULTANAKHMED IBRAGUINOV (RUS) |
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Con la victoria sobre el polaco Andreas Golota conquistó el título en la división de 91 kilogramos y de paso comenzó a escribir en la hoja de servicios una impresionante cadena de galardones, entre los cuales incluye dos cetros olímpicos, Barcelona y Atlanta? cinco fajas mundiales, Reno (1986), Moscú (1989), Sidney (1991), Tampere (1993) y Berlín (1995)? junto a tres coronas panamericanas, Indianapolis (1987), Ciudad de la Habana (1991) y Mar de Plata (1995).
La valiosa colección de trofeos y medallas alcanzadas por Félix en duros años de bregar habla por sí sola del esfuerzo, el tesón y la voluntad de este hombre surgido en uno de los lugares más recónditos en la geografía de la Isla.
Delante de la gran cantidad de galardones, lo invitamos a seleccionar el más importante. Pensativo, atiborrado de recuerdos gratos, y tal vez ingratos, el campeón prefiere tomar dos y exhibe una medalla en cada mano. Corresponden a Barcelona y Atlanta...
"Lo más grande para cualquier atleta es ganar un título olímpico, imagínese cómo se siente el que tiene dos"
Sobran las palabras y por ello prefiero mencionar que en la primera experiencia de esta envergadura dentro del cuadrilátero catalán, el criollo confirmó la extraordinaria calidad de indiscutible favorito. Algo parecido sucedió en Atlanta y Sydney, donde volvió a sentar cátedra y en total sumó 14 éxitos en igual número de salidas.
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Roberto Balado Méndez: “dar y que no me den”
La sencilla frase, insertada a modo de título, fue la respuesta del monarca olímpico al autor de estas líneas, luego de interrogarlo acerca de cuál era el secreto para llegar a mantenerse en el más elevado nivel de estelaridad, a pesar de las ostensibles desventajas en estatura y peso corporal ante la mayoría de los adversarios.
Para corroborar la certeza de su escueta afirmación basta remitirse a los datos de dos peleadores derrotados por él durante los Juegos de Barcelona, el estadounidense Larry Donald (1,88 metros de estatura y 104 kilogramos de peso) y el nigeriano Robert Igbineghu (1,86 y 103), mientras que el criollo presentó 1,80 y 94.
En la ronda eliminatoria los jueces marcaron en las computadoras 12 golpes de coincidencia a favor de Balado y sólo cuatro a Donald; algo muy similar ocurrió en la discusión de la medalla de oro al imponerse 13-2 frente a Igbineghu.
A no dudarlo, la principal virtud exhibida en los cuadriláteros por el campeón, nacido en el pueblo matancero de Jovellanos -15 de febrero de 1969- consistió en conjugar la habilidad de desmarcarse con las fintas y preciso golpeo en la media distancia.
Sin embargo, tal vez el lector se asombre al conocer que su entrada al pugilismo resultó pura casualidad...
"Aunque yo nací en Jovellanos, antes de cumplir un año de edad mi familia vino a vivir en La Habana Vieja y poco tiempo después se mudaron al barrio El Palenque, a un costado del puente de La Lisa. Cerca de mi casa estaba el gimnasio de Rolando Rey y a veces me paraba a ver a la gente boxeando y, que va, de ninguna manera me decidía a entrar. Aquello de coger golpes así porque sí no iba conmigo".
Alguien de los presentes en la conversación comentó en tono jocoso que en El Palenque todos los muchachos sabían boxear y que Balado era un gordito a quien le quitaban la merienda.
La cara de mi interlocutor se transformó en un verdadero poema y hasta "pucheros" hizo con la boca por el disgusto que le causó la intencionada observación.
Antes de responder miró al entrenador Raúl Fernández y de sus ojos parecieron salir dos contundentes ganchos.
"Yo nunca fui guapo ni me gustaba fajarme, pero le aseguro que tampoco podían quitarme la merienda en la escuela. Un día, no recuerdo cuál le dije a Rolando Rey que me pusiera los guantes. Eso fue en 1983 y todavía no había cumplido los 14 años y pesaba poco más de 70 kilogramos. Después de escuchar mi deseo me dijo: "Coño, gordo, por fin te decidiste... ".
Ahora es Raúl Fernández el que toma la palabra y nos relata cómo el ya decidido Roberto Balado llegó a la academia provincial en el Cacahual e inició la indetenible carrera hasta la empinada cumbre del pugilismo aficionado mundial.
"Roberto llevaba dos o tres semanas en el gimnasio de La Lisa y allí lo vio el comisionado Manuel Echazábal. Como era bastante corpulento y necesitábamos un futuro peso completo lo captó.
Le hablo con toda honestidad, yo no le vi de momento ninguna posibilidad, pues su estatura era más bien baja y el aumento de peso podía limitar el estirón. Durante un año completo, sin ponerle los guantes, trabajé en el fortalecimiento de las piernas y el tren superior, buscando sobre todo velocidad en la esquiva y en los brazos".
La llegada de Balado al mundo de las cuerdas coincidió con un instante definitorio en la máxima división del boxeo cubano. En 1984, Teófilo Stevenson, aunque conservaba buena forma física e incluso aspiraba a conquistar la cuarta medalla dorada en Juegos Olímpicos, ya necesitaba del relevo capaz de continuar la senda victoriosa iniciada en Munich.
De la provincia guantanamera se tenían alentadoras noticias del joven Félix Savón, mientras que en los predios camagüeyanos el entusiasta Eugenio "Titi" Basulto hablaba maravillas del prospecto Leonardo Martínez Fizz.
El traslado promocional de Raúl Fernández hacia el centro de entrenamiento Orbeín Quesada, cuartel general de la preselección nacional, jugó un papel decisivo en la formación y posterior consagración de Roberto Balado.
A propósito del indiscutible ascenso a los planos estelares apunta Alcides Sagarra: "Raúl habló conmigo del muchacho y sin ningún tipo de compromiso acepté que los preparara en la "finca".
Comenzó a evidenciar progresos y muy pronto lo suyo fue algo más que el simple aprendizaje. Siempre estuvo dispuesto a ayudar en los "sparrings" y no le importaba el nombre del contrario que tuviera enfrente".
Algunos especialistas del patio cuestionaron la decisión de incluir a Balado como el representante cubano en la división supercompleta del certamen mundialista de Moscú (1989).
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 16-2 A TOM GLESBY (CAN) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 10-4 A LARRY DONALD (EUA) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 15-1 A BRIAN NIELSEN (DIN) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 13-2 A RICHARD INDINEGHU (NGR) |
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La realidad competitiva desbarató las dudas. El debutante regresó con el título y mantuvo la continuidad. En años sucesivos (1989-1994), hasta el dos de julio del último de estos años, cuando falleció en trágico accidente automovilístico, llovieron los éxitos.
¿Qué tenías para imponerte? A base de puñetazos limpios pudiste convencer a los más escépticos y fueron 122 las victorias cosechadas.
Acabas de marchar sin revancha. Junto a las glorias, estás presente en cada día de esfuerzo diario por parte de entrenadores y boxeadores, porque ese puesto te pertenece sin discusión de ninguna índole.
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Maikro Romero Esquirol: donde las dan, las toman
Buscar los antecedentes acerca de la trayectoria pugilística de Maikro -Ciudad de la Habana, 9 de diciembre de 1972- nos llevó hasta mediados de la década de 1980, cuando desde pequeño frecuentaba los predios del gimnasio capitalino Rafael Trejo, lugar donde aprendió el ABC del rudo deporte de los puños e incluso siempre estuvo dispuesto a cruzar sus guantes con cuantos "fiñes" le pusieran delante.
Como otros muchos jóvenes que en todo el país abrazaron con pasión el deporte de los puños, la entrada a la estructura del Alto Rendimiento comenzó por los Juegos Escolares Nacionales y de ahí la promoción a la escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Mártires de Barbados.
Entonces, las aspiraciones de Maikro, quien apenas pesaba 45 kilogramos, estaban situadas bien alto, pues ya quería pelear contra los mayores y llegar a convertirse en monarca mundial, algo que no pudo lograr su paisano Pedro Orlando Reyes en el certamen de Moscú (1989), luego del controvertido fallo técnico en el combate final de la división de 51 Kg frente al local Yuri Abachakov.
Paso a paso Maikro pudo ganar espacio y si bien no fue un peleador con resultados sobresalientes en la categoría juvenil, a partir de la obtención del título nacional entre los minimoscas participantes en el Playa Girón (1992), su nombre empezó a escucharse fuerte a la hora de mencionar a los boxeadores con perspectivas dentro del ciclo olímpico (1993-1996).
El debut en una competencia internacional de envergadura se produjo en los XVII Juegos Centroamericanos y del Caribe, Ponce, Puerto Rico (1993), y allí después de imponerse decisivamente en el primer pleito ante el mexicano Román Rojas quedó en medalla de bronce al perder en la semifinal con él dominicano Joan Guzmán.
A partir de ese momento nació una interesante, pero nada constructiva polémica, sobre las actuaciones de Maikro en el exterior, ya que sus seguidores restaron importancia a ese resultado y no consideraron justo verlo relegado a un segundo plano dentro de la preselección nacional, a pesar de que en poco más de dos años derrotó siete veces al monarca olímpico Rogelio Marcelo.
Quizá influenciado un tanto en forma negativa por los aparentes defensores, el muchacho se sintió agraviado y estuvo alejado de los cuadriláteros casi un año completo y volvió a reaparecer en el campeonato nacional Playa Girón (1996), aunque esta vez lo hizo en la división de los 51 kilogramos.
La estelar clase y los sinceros deseos de olvidar lo pasado le permitieron colocarse junto a otros 23 aspirantes dispuestos a conquistar los 12 boletos puestos a discusión para los Juegos Olímpicos de Atlanta.
La senda victoriosa junto a la consagración pudo reafirmarla en un cartel eliminatorio al imponerse por veredicto 10-0 contra el holguinero Leonel Austin y por 12-5 al santiaguero Héctor Barrientos, los otros dos pugilistas con posibilidades de realizar el viaje.
Maikro boxeó como un certero estilista y si en algún instante debió golpear en la corta distancia lo hizo sin exponerse a riesgos innecesarios.
Resultados en Juegos Olímpicos |
ATLANTA (1996) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 24-12 A ERIC MORELL (EUA) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 22-6 A LERNIK PAPYAN (ARM) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 18-3 A ELÍAS RECAIDO (FIL) |
VENCIÓ POR DECISIÓN 12-6 A ALBERT PAKEEV (RUS) |
VENCIÓ POR DECISIÓN 12-11 A BOJAT DJUMADILOV (KAZ) |
SYDNEY (2000) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 15-1 A JOSÉ LUIS VARELA (VEN) |
DERROTÓ POR RSC 4 A MARIAN VELICU (RUM) |
DERROTÓ POR RSCH 1 A VALERI SIDORENKO (UCR) |
PERDIÓ DECISIÓN 13-12 ANTE BRAHIM ASLOU (FRA) |
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Ahora tendría por delante exhibir sus cualidades en el escenario estadounidense Alexander Memorial Coliseum. El primer triunfo lo alcanzó 24-12 frente a Eric Morell, joven boxeador que salió a jugarse el todo por el todo delante de sus parciales.
También la vía de los puntos lo llevó a vencer en forma sucesiva al armenio Lemik Papyan (22-6), el filipino Elía Recaido (12-8), el ruso Albert Pakeev (18-3) y ya en las finales superó a pies firmes la fuerte oposición planteada por el kazajo Bolaj Djumadilov para ganarle cerrado veredicto 12-11.
Maikro regresó a la casa convertido en el campeón olímpico de los 51 Kg y en lo adelante nadie pondría en dudas su extraordinaria valía dentro de las cuerdas. Al margen de cualquier tipo de comentarios, los libros registran al criollo como uno de los grandes del pugilismo amateur en todos los tiempos, porque supo aprovechar la bien ganada oportunidad y hacer realidad la sentencia de un viejo refrán: "Donde las dan, las toman"…
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Jorge Gutiérrez Espinosa: otro camagüeyano en lo más alto
Aunque la trayectoria pugilística del camagüeyano –18 de septiembre de 1975- fue relativamente corta, pues contamos a partir de la obtención del título mundial juvenil en la división de 71 kilogramos, Estambul, Turquía (1994), en tal breve período de tiempo pudo alcanzar el lauro más codiciado por cualquier atleta: la medalla de oro olímpica.
Este muchacho, de fuerte complexión física y respetable pegada comenzó a destacarse en su provincia natal desde las categorías escolares, lo cual constituyó el bautismo dentro de una disciplina exigente en valor personal y combatividad.
En corto tiempo ingresó en la preselección nacional juvenil bajo la órdenes del experimentado Pedro Roque, quien tiene hace años la responsabilidad de pulir los talentos que más tarde llegan a las mayores, y de ahí en lo adelante plantó tienda propia hasta debutar por la puerta grande en el torneo Boxam, España (1999).
La triunfal cosecha durante los meses previos a la cita olímpica de Sydney lo llevaron a titularse campeón en el tradicional certamen cubano Giraldo Córdova Cardín, y los Juegos Deportivos Panamericanos, Winnipeg, Canadá, en el propio año citado. Además logró medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Houston, Texas.
Si las credenciales de Gutiérrez en la arena internacional eran sólidas al momento de recibir la responsabilidad como el primer hombre en la división de los 75 kilogramos para Sydney, lo más significativo fue la admiración y el respaldo del público cubano al imponerse en tres ocasiones consecutivas al pinero Alfredo Duvergel, medallista de plata en Atlanta, Estados Unidos (1996).
Podemos afirmar que el agramontino llegó a convertirse en una pesadilla para Duvergel, hasta el punto de que el colectivo técnico decidiera alterar los planes y colocar a Juan Hernández Sierra en los 71, dar entrada a otro destacado exjuvenil, Roberto Guerra, en los 67.
Sobre el cuadrilátero australiano, el criollo fue indetenible desde el debut frente al tailandés Chirum Somchat, al que no le concedió un segundo de tregua hasta apabullarlo por contundente veredicto de 20-11.
Nuevamente sus puños impusieron clase contra el griego Adonios Giannoulas 20-7 y esa victoria le permitió medir fuerzas con el rumano Adrian Diaconu para ver cuál de ellos entraba en el cuadro de medallas.
Ahora Gutiérrez apenas necesitó 47 segundos al conectar combinación de recto de izquierda y derechazo cruzado para fulminar al oponente, mientras en las semifinales mantuvo el paso arrollador y paseó la distancia con el azeri Vucar Alekperov 19-9.
Resultados en Juegos Olímpicos |
SYDNEY (2000) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 20-11 A CHIRUM SOMCHAT (TAI) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 20-7 A ADONIS GIANNOULAS (GRE) |
DERROTÓ POR FC 1 A ADRIAN DIACONU (RUM) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 19-9 A VUCAR ALEKPEROV (AZE) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 17-15 A GAIDARBEK GAIDARBEKOV (RUS) |
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La pelea con el experimentado ruso Gaidarbek Gaidarbekov, sin dudas fue la más fuerte de todas y a lo argo de los cuatro asalto predominaron los intercambios de golpes.
A solo unos segundos de finalizar el pleito, la votación era pareja: 15-15. Dos precisos izquierdazos en el rostro de Gaidarbekov dieron ventaja definitiva de 17-15 al sonar el campanazo.
"Mi rival fue difícil todo el tiempo, pero creo que gane bien. Lo más importante es que le di el otra medalla de oro a Cuba y el triunfo se lo dedicó a mi familia", señaló en la rueda de prensa.
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Guillermo Rigondeaux Ortíz: por partida doble
En un lugar bien intrincado de la geografía oriental y con un nombrecito que se las trae, La Güira de Jarahueca, sitio perteneciente al montañoso municipio santiaguero Segundo Frente, nació este joven el 30 de septiembre de 1980, y nunca pensó en dedicarse al boxeo, según confesó al redactor.
-Yo soy una persona tranquila y si ahora boxeo con buenos resultados, mi entrada a este deporte la hice bastante tarde, porque empecé a la edad de 15 años, allá por 1995, cuando muchos otros acumulan hasta más de 100 combates, a partir de la categoría escolar.
La carrera de Rigondeaux entre las cuerdas podemos considerarla, además de exitosa muy vertiginosa, tras el debut en la edición del campeonato Playa Girón de 1996.
Sin embargo, ya en 1998 fue llamado al campo de entrenamiento Orbeín Quesada, en el habanero reparto Wajay, donde entrenan los miembros de la preselección nacional.
De aquellos primeros pasos recuerda con sentida expresión la relación establecida con su entrenador Rolando Garbey, otrora excelente pugilista y uno de los contados triunfadores en tres versiones de los Juegos Deportivos Panamericanos, Winnipeg, Canadá (1967), Cali, Colombia (1971) y Ciudad de México (1975), siempre en la división de 75 kilogramos.
-Con Garbey y los restantes entrenadores me llevo muy bien, pero en el caso específico de él mantengo especial trato, dentro y fuera del gimnasio. Imagine que en ocho años de trabajo solo he perdido cinco veces en más de 357 combates y desde el 2001 para acá salí derrotado dos.
La última fue en el Campeonato Mundial de Bankog, Tailandia (2003), ante el azeri Mammedov Agassi 16-13 en la segunda salida de las eliminatorias, pues antes le gané 15-1 al polaco Andjey Liczik.
Sin embargo, no llegamos a enfrentarnos en Atenas, Grecia (2004), porque perdió 27-13 con el tailandés Worapoj Petchkoon en una de las semifinales.
Entre los contados reveses del notable peleador indómito, salta a la vista un detalle bien significativo, pues el único peleador que pudo vencerlo en dos oportunidades fue el capitalino Waldemar Font, cuando lo hizo en 1998 y después repitió en 1999.
Aunque es un muchacho de pocas palabras, el doble monarca olímpico de los 54 kg, Sydney, Australia (2000), y en la capital ateniense, puede mencionar casi al detalle lo sucedido en la totalidad de los pleitos realizados. En tal sentido, lo interrogó sobre lo sucedido durante la primera experiencia olímpica en los cuadriláteros australianos y responde:
-Aquellos Juegos serán inolvidables para siempre, figúrese que en esa ciudad cumplí el cumpleaños 20 y me fijé el compromiso de regresar a Cuba con la medalla de oro.
En la primera pelea liquidé al tunecino Moex Zemzemi por fuera de combate en 23 segundos; la segunda victoria la conseguí también por la misma vía, en dos, frente al japonés Kazumasa Tsujimoto, pero el turco Agasi Agaguloglu se me hizo un poco difícil en los dos primeros rounds, a pesar de recibir votación favorable 14-5. Tampoco afronté muchas dificultades para eliminar al estadounidense Clarence Vinson con el mismo veredicto.
Casi de reojo miro al Garbey, quien solo atinaba a mover la cabeza en sentido positivo, pues en modo alguno estaba sorprendido y me dice:
“Viste el tipo se las sabe todas, por eso es capaz de resolver las situaciones arriba del ring dando sin recibir”.
De nuevo en la arena de Sydney, Rigondeaux habla sobre el combate de la final frente al ruso Rainkoul Malakhbekov, un peleador que lo superaba en alcance y pretendía llevarse el título para su país.
-Yo había visto los dos pleitos anteriores y el plan de combate trazado consistió trabajar en la media y corta distancias para acumular puntos suficientes sin cometer errores en la defensa. A base de entradas y salidas rápidas pude llevarlo a mi estilo y lo vencí 18-12.
Ahora interrogo a Rolando Garbey y le pido que revele el secreto fundamental de su triunfante pupilo.
-Mira, aquí no hay secreto ninguno, la principal virtud de Guillermo es la disciplina. Cumple a cabalidad la preparación, porque sabe que si se descuida los errores se pagan caros en el boxeo.
¿Qué me dices en lo referente a mantenerse todo el tiempo en el mismo peso de 54 kilogramos?
-Ese punto es bien importante. Él está consciente de que si baja los golpes no llevan la misma potencia y si subiera perdería velocidad ante hombres que lo superarían en estatura. Dicho renglón también forma parte de la maestría.
Resultados en Juegos Olímpicos |
SYDNEY (2000) |
DERROTÓ POR FC 1 A MOEZ ZEMZEMI (TUN) |
DERROTÓ POR RSC 2 A KAZUMASA TSUJIMOTO (JPN) |
DERROTÓ 14-5 A AGASI AGAGUNOGLU (TUR) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 18-6 A CLARENCE VENSON (EUA) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 18-12 A RAINKOUL MALAKHBEKOV (RUS) |
ATENAS (2004) |
VENCIÓ POR DECISIÓN 21-7 A AIBEK ABDYMOMUNOV (KGZ) |
VENCIÓ POR RSC 3 A MENAR ULLAR (PAK) |
VENCIÓ POR DECISIÓN 20-5 A GUENNADY KOVALEV (RUS) |
VENCIÓ POR DECISIÓN 27-13 A BAHODIRJON SOLTONOV (UZB) |
VENCIÓ POR DECISIÓN 22-13 WORAPOJ PETCHKOOM (TAI) |
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-Por encima de todo trato de hacerlo bien allá arriba. Estudio a los contrarios antes de cada pelea y busco ponerlo en acción desde el campanazo inicial. La defensa es un punto vital para cualquier boxeador, pues el golpe por descuido puede arruinarte largos meses de entrenamiento riguroso.
Sobre la marcha dispones de ocho minutos y debes pensar rápido, sin el menor descuido. Tampoco debes subestimar al peleador que tienes delante ni perder de vista el siguiente combate, uno o dos días más tarde.
Cualquiera diría que la totalidad de los boxeadores solo saben resolver los asuntos a puñetazos limpios. Rigondeaux constituye, entre otros, la clara equivocación de quienes piensan así.
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Mario Kindelán Mesa: paseó la distancia
El primer y único boxeador holguinero que conquistó una medalla en Juegos Olímpicos fue Arnaldo Mesa, quien en Atlanta ganó plata, luego de perder en la final frente al húngaro Istvan Kovacs por decisión de 14-7.
Cuatro años más tarde, en Sydney, su primo Mario Kindelán –10 de agosto de 1971- , escaló a lo más alto del podio, tras imponerse en los cuatro combates celebrados con una superioridad manifiesta.
Las demostraciones spbre el cuadrilátero lo convirtieron en fuerte candidato a la obtención de la Copa Val Baker, entregada al Boxeador Más Técnico de los Juegos, pero en definitiva el ejecutivo de la Asociaci´´on Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) seleccionó al ruso Oleg Saitov, monarca en la división de 67 kilogramos.
Sin embargo, Kindelán completó el añorado sueño de cualquier peleador al inscribir en la hoja de servicios la totalidad de los títulos otorgados por la referida entidad en los niveles regionales continentales y mundiales.
En este último rango se incluyen el trío de coronas logradas en los torneos de Houston, Estados Unidos (1999), Belfast, Irlanda del Norte (2001) y Bangkok, Tailandia (2003).
El debut del holguinero fue ante el difícil tailandés Wianguiest Phongest, al cual derrotó por amplio veredicto de 14-8, tras llevar la iniciativa durante los cuatro asaltos de combate. En la segunga presentación cruzó guantes con el griego Tigkran Ouzlian y el pleito concluyó antes del límite al detener las acciones el árbitro en el cuarto asalto.
De lleno en semifinales –para muchos una final adelantada- prácticamente salió a jugarse el todo por el todo contra el ruso Alexandr Maletin, experimentado peleador que gusta del combate en la corta distancia, pero Kindelán no cayó en la trampa y con mejor boxeo y velocidad de piernas trabajó en la distancia para superarlo en toda la línea 27-15.
En la discusión del oro tuvo delante al ucraniano Andriy Kotelnik y éste apenas pudo brindarle cierta oposición en el primer round, en el cual Kindelán logró sacarle un punto de ventaja. Después impuso su tren de combate en la distancia y con desplazamientos laterales hasta sorprenderlos el sonido del campanazo final con abultado margen favorable de 14-4.
Dentro de las cuerdas el muchacho se dio el gusto de hacer cuanto quiso, gracias al excelente boxeo en las tres distancias, aunque gustaba más de la larga y la media debido a la velocidad en los desplazamientos y privilegiado sentido de la distancia.
Ganar un título olímpico constituye de hecho toda una hazaña en cualquier disciplina deportiva y el holguinero alcanzó par de ellos en el rudo quehacer de los puños.
Resultados en Juegos Olímpicos |
SYDNEY (2000) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 14-8 A WIANGWISAS PONGEIT (TAI) |
DERROTÓ POR RSC 4 A TIGRAN OUZLIAN (GRE) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 27-15 A ALEXANDER MALETIN (RUS) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 14-4 A ANDREY KOTELNIK (UCR) |
ATENAS (2004) |
DERROTÓ POR RSC 3 A AHMED SADIQ (NGR) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 24-9 A ALI SHAH (PAK) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 23-11 A ROSHVAN HUSEYNOV (AZE) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 20-10 A MURAT KHRACHEV (RUS) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 30-22 A AMIR KHAN (GBR) |
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Cuando asistió al compromiso de Atenas sabía que, a punto de cumplir la edad reglamentaria, ese sería el reto más difícil, porque encontraría a numerosos jóvenes ansiosos por abrirse camino y, precisamente uno de ellos, el pakistaní nacionalizado británico Amir Khan fue el adversario del pleito final.
Sin embargo, la fogosidad y las ansias de vencer a toda costa de Amir, a lo largo de cuatro interesantes asaltos, encontró delante la veteranía del cubano, capaz de plantar firme y también dominarlo con mejor boxeo para llevarse holgado veredicto.
Así Mario Kindelán puso fin a una extensa y triunfal carrera que recoge triunfos sobre los mejores del mundo en los 57 y 60 kilogramos, incluida la condición de invicto en nueve peleas sobre los rines olímpicos de Sydney y Atenas.
Yan Bartelemí Varela: todo el tiempo en la pelea
Como tantos niños e incluso adolescentes cubanos, la primera relación de este capitalino, nacido el 5 de marzo de 1980, transcurrió con una pelota de béisbol entre las manos, primero de goma y más tarde la clásica para jugar al duro, con guante, bate y careta.
En realidad, su físico, muy delgado y de pequeña estatura, le impidió destacarse madero o aluminio en manos, razón por la cual no tuvo más remedio que aprender a defenderse con los propios puños y así llegó al boxeo.
La velocidad de piernas, buena defensa y mejor contraataque posibilitaron avanzar bastante, hasta el punto de destacarse en el grupo de pequeños, interesados en participar en los Juegos Escolares Nacionales de 1991.
Por esa misma fecha del verano, Ciudad de La Habana y Santiago de Cuba fueron las subsedes de los XI Juegos Deportivos Panamericanos.
En el caso específico de los pugilistas del patio, cada día los triunfos encendieron la pasión de los amantes a la disciplina y Barthelemí seguía hasta el último de los pleitos en las diferentes jornadas, pero en especial las actuaciones del guantanamero Rogelio Marcelo y de su coterráneo Roberto Balado, en definitiva titulares continentales en las divisiones de 48 y más de 91 kilogramos, respectivamente.
De lleno en los planos estelares, el camino hacia la estelaridad en modo alguno resultó fácil, pues entre los minimoscas encontró numerosos obstáculos, uno de ellos el también capitalino Maikro Romero, dueño y señor de la división en los diferentes niveles.
La salida de Maikro del deporte activo, luego de los Juegos de Sydney, Australia (2000), abrieron de par en par las puertas y tras imponerse en las versiones del torneo nacional Playa Girón y del Giraldo Córdova Cardín (2001), celebrados en casa, ocupó la primera posición del ranking local.
Bajo tal circunstancia asistió al Campeonato Mundial, con sede en Bangkok, Tailandia (2003), y allí cayó vencido (22-15) en el debut a manos del sorprendente chino Zou Shiming, algo que sin dudas fue un duro revés.
Apenas un mes más tarde integró la nómina del equipo grande participantes en el XIV compromiso continental, Santo Domingo, República Dominicana, donde ratificó clase con tres victorias en línea sobre el estadounidense Rayonta Latron (16-8), el venezolano Jefferson Pérez (12-5) y el colombiano Carlos Tamara (15-6).
La gran oportunidad se presentó en Atenas, donde peleó en cinco ocasiones y sacó provecho al mejor boxeo y velocidad frente a destacados peleadores, básicamente el tailandés Suban Pannon (23-14), el sudcoreano Won Hong Moo (30-11) y el mencionado chino Zou Shiming (29-17).
Resultados en Juegos Olímpicos |
ATENAS (2004) |
DERROTÓ 24-4 A MIGUEL MIRANDA (VEN) |
DERROTÓ 23-14 A SUBAN PANNON (TAI) |
DERROTÓ 30-11 A WON HONG MOO (COR) |
DERROTÓ 29-17 A ZOU SHIMING (CHN) |
DERROTÓ 21-16 A ATAGUL YALCINKAYA (TUR) |
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El indiscutible éxito contra Shiming lo puso en condiciones de discutir la medalla de oro con el turco Atagul Yalcinkaya, un eléctrico colado en la final, tras superar al favorito ruso Serguei Kazarov (26-20).
Desde el sonido del campanazo inicial, Barthelemí tomó la iniciativa y a ratos aceptó la pelea cuerpo a cuero, quizá interesado en demostrar su calidad frente a cualquier adversario. Sin embargo, sacó ventaja decisiva (21-16) en la rispota.
Yuriolkis Gamboa Toledano: buscó el título y lo encontró
Entre los 11 integrantes de la nómina cubana participantes en el certamen boxístico de Atenas, tal vez el nombre de Yuriolkis Gamboa apenas resultaba novedoso para los especialistas asistentes a la cita cuatrienal, desarrollada en el Salón Peristeri, porque junto a él aparecían otros dos antillanos, Guillermo Rigondeaux y Mario Kindelán, aspirantes a conquistar por segunda ocasión sendos títulos.
Sin embargo, la impresionante agresividad del joven guantanamero, nacido el 23 de diciembre de 1981, de inmediato llamó la atención entre los 28 peleadores inscritos para discutir palmo a palmo la medalla dorada en la división de 51 kilogramos.
Dentro de las filas del colectivo nacional, bajo la dirección del técnico Sarbelio Fuentes, ocurría todo lo contrario, pues el muchacho presentaba una interesante hoja de servicios a lo largo del ciclo olímpico.
La golpiza propinada al moldavo Igor Samoilenko (46-33) no dejo lugar a las dudas y ya al siguiente día ocupó espacio de primera plana en muchos diarios especializados, hasta el punto de que algunos redactores sin aprenderse aún su nombre decidieron apodarlo Ciclón guantanamero.
Así, por todo lo alto, comenzó a desbrozar el camino para repetir el triunfo de su compatriota Maikro Romero, vencedor en el compromiso de Atlanta, Estados Unidos (1996).
En la segunda salida al cuadrilátero pasó por encima del tailandés Somjit Jongjohor (26-21), en combate revancha, ya que el asiático un año atrás consiguió eliminarlo (23-22) en la semifinal del certamen mundialista desarrollado en Bangkok, controvertida decisión que muchos consideraron localista.
Dicho triunfo sobre el campeón mundial constituyó una significativa motivación, porque dejó sin posibilidades del subir al podio a un peligroso adversario y en el tercer enfrentamiento discutió colarse en el privilegiado grupo de medallistas.
Entre las 12 cuerdas, el combate frente al ruso Georgi Balakshin bien podría calificarse como digno de una gran final, dada las características de los contendientes, quienes a lo largo de cuatro asaltos nunca concedieron tregua
Gamboa sacó mejor provecho a la velocidad de manos y en franco alarde de buena preparación física y mayores deseos de salir adelante, dominó a sus anchos la última vuelta para recibir amplio veredicto 26-18.
Ahora tocaba el turno contra el alemán Rustamhodza Rahimov, otro de los grandes, también dispuesto a vender cara la derrota. La posibilidad real de victoria llegó en el mismo primer capítulo, cuando el germano optó a probar fuerza en constantes intercambios y fue aventajado 20-11.
Como si todo lo apuntado no bastara, a la hora de la verdad tuvo en la esquina contraria al conocido francés Jerome Thomas, veterano de mil campañas, con bronce olímpico en Sydney, y plata en la versión universal de Bangkok.
Resultados en Juegos Olímpicos |
ATENAS (2004) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 46-33 IGOR SAMOILENKO (MDA) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 26-21 A SOMJIT JONGJOHOR (TAI) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 26-18 A GEORGI BALAKSHIN (RUS) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 20-11 A RUSTAMHODZA RAHIMOV (ALE) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 38-23 A JEROME THOMAS (FRA) |
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El curso de las acciones en los dos primeros asaltos transcurrió por cauces tranquilos, cada uno sabía cuánto estaba en juego y esperaba los ataques del rival, razón que provocó la nivelación, pero ya en el tercero, el cubano salió a echar el resto, sin confiarse, mientras Thomas intentaba a toda costa esquivarlo a como diera lugar.
La votación (38-23) favorable a Yuriolkis Gamboa reveló con exactitud lo sucedido en cuatro minutos de constantes intercambios.
Odlanier Solís Fonte: todo salió a pedir de boca
La retirada del deporte activo del tricampeón olímpico Félix Savón Fabré dejó un aparecen vacío dentro de la división de 91 kilogramos, porque el gigante guantanamero mantuvo una permanente hegemonía desde Barcelona hasta Sydney, cosecha traducida en 14 triunfos consecutivos frente a los mejores del mundo.
En el municipio capitalino La Lisa, nació el 5 de abril de 1980, un joven con nombre un tanto raro, pues era el primero tal vez que lo recibía en el país, sencillamente Odnalier, o sea, Reinaldo al revés.
Hablamos del comienzo de las década de 1980, año en el cual el tunero Teófilo Stevenson Lawrence conquistó el tercer título olímpico en línea recta, con lo cual igualaba similar hazaña conseguida antes por el húgaro Lazslo Papp.
Bajo esos triunfantes signos inició el liseño decidido quehacer dentro del mundo se las cuerdas, cuando apenas contaba 11 años de edad, bastante motivado por los resultados del boxeo cubano en los XI Juegos Deportivos Panamericanos, con sede en Ciudad de La Habana y Santiago de Cuba.
En realidad, se trataba de un gordito que a diario visitaba el gimnasio y un buen día alguien lo invitó a ponerse los guantes, todo a manera de broma, pero quedó sorprendido al recibir positiva respuesta y mejor desempeño encima del cuadrilátero.
Así, tan espontáneo o si se quiere casual comenzó a escribir historia en el deporte de los puños Dos años más tarde debutó con buenos resultados en las filas escolares y antes de arribar a 17 fue llevado por el entrenador Raúl González al Centro de Entrenamiento Orbeín Quesada, cuartel general de la preselección nacional, entonces comandada por el profesor Alcides Sagarra.
Apoyado en la disciplina, muchos deseos de aprender y algo muy importante, interesado en pulir la defensa llegó a convertirse en verdadero azote de cuanto lo enfrentaban dentro de las 12 cuerdas.
Su movilidad impresionaba y, a pesar de poseer una estatura (1.83 metros), un tanto escasa para 91 kilogramos, siempre le permitió sacar buen margen de puntos a los rivales de turno.
El debut olímpico llegó en Atenas, Grecia (2004), precedido convincentes triunfos en los distintos niveles de los torneos auspiciados por la Federación Internacional de Boxeo Amateur (FIBA), entre ellos las medallas doradas en el Campeonato Mundial, celebrado en Bangkok, Tailandia, y los XIV Juegos Deportivos Panamericanos, Santo Domingo, República Dominicana, ambos en el 2003.
La revista cubana Bohemia recogió en apretada síntesis lo sucedido en la arena boxística durante la cartelera final del certamen, 28 de agosto, y aquí la presento a usted amigo lector.
“Cuba mantuvo su hegemonía en la división de 91 kilogramos del boxeo olímpico, al coronarse hoy Odlanier Solís tras disertar sobre el cuadrilátero ante el bielorruso Viktar Zuyev (22-13).
Solís, de 24 años de edad, heredó el cetro dejado por su compatriota Félix Savón, monarca en las tres ediciones olímpicas anteriores en la categoría de los superpesados.
Tras dos cerrados primeros asaltos, el cubano desarrolló su habitual estilo de pelea: marcar y danzar alrededor de su rival, sin que esquivar signifique huir, como hicieron otros boxeadores en este cartel final.
Resultados en Juegos Olímpicos |
ATENAS (2004) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 24-21 A ALEXANDER ALEXEEV (RUS) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 24-4 A JOSÉ VÁZQUEZ (VEN) |
DERROTÓ POR RSCH 3 A NASSER ALI SHAMI (SIR) |
DERROTÓ POR DECISIÓN 22-13 A VIKTAR ZUYEV (BLR) |
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Al sonar el campanazo definitivo, Solís alzó el puño en señal de victoria y corrió a abrazarse a sus entrenadores, Raúl Fernández y Sarbelio Fuentes, quienes compartieron con el púgil su emoción.
El himno nacional de Cuba enmudeció la sala Peristele por segunda ocasión en la jornada y, junto a Solís y Zuyev, escalaron el podio para recibir la medalla de bronce el sirio Naser Al Shami y el egipcio Mohamed Elsayed.
Después de la premiación, el antillano demoró en llegar al camerino, interceptado por numerosos aficionados que le pedían autógrafos y querían fotografiarse junto al nuevo campeón olímpico.
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