En el momento y lugar precisos, los artilleros cubanos batearon 14 imparables de diferentes dimensiones (cuatro de ellos jonrones), para derrotar al seleccionado de Estados Unidos con marcador de 10 x 2 en el torneo de béisbol de los XXIX Juegos Olímpicos. Los abridores Stephen Strasburg y Norge Luís Vera fueron los seleccionados como respectivos abridores por los directores Dave Johnson y Antonio Pacheco, sin lugar a ningún sus mejores cartas de triunfo.
Durante las primeras dos entradas quedaron redondeados igual cantidad de ceros en el pizarrón. Los estadounidenses recibieron otra argolla en la apertura del tercero, pero los antillanos respondieron en la parte baja, cuando Giorvis Duvergel recibió boleto y acto seguido Héctor Olivera pegó largo triple y anotó por error en tiro del camarero Brian Barden. La ventaja, aunque pequeña, parecía motivadora y así fue hasta que los norteños fabricaron la primera en el cuarto, gracias a deficiencias de la defensa criolla.
El designado Alfredo Despaigne conectó largo vuela cercas por el mismo centro del terreno para mantener las dos anotaciones de ventaja. Sin embargo, Vera permitió la última en el gasto ofensivo enemigo y concluyó seis episodios completos de actuación.
Pedro Luís Lazo vino en el rol de relevista en el séptimo capítulo con margen favorable de 4 x 2 y colgó par de argollas antes de que sus compañeros se soltaran a batear. Entonces, llegó la debacle desde el plato frente a los envíos de los serpentineros Jeff Stevens y Blain Neal, quienes soportaron definitivo racimo de seis (incluidos los vuelacercas de Alexei Bell y Ariel Pestano, impulsores de tres carreras cada uno.
Sobre el terreno de juego, consumado el out 27, los tres veces monarcas olímpicos celebraban por todo lo alto la victoria frente a los eternos rivales de Norteamérica, mientras en el dogout de los derrotados la angustia y la impotencia de director Jonson eran evidentes. Ahora aprendió una nueva lección y es que el último torneo de béisbol olímpico, nadie le iba a quitar a los titulares cubanos la oportunidad de disputar el oro. Ni siquiera el país donde se inventó el juego. Cuba ahora irá por su cuarta medalla de oro en cinco Juegos Olímpicos. La ganaron por primera vez en Barcelona 1992, repitieron en Atlanta 1996 y en Atenas 2004.
En el 2000, en Sidney, fueron subcampeones detrás de Estados Unidos. La víspera a la jornada del cierre de los Juegos Olímpicos de Beijing depara otro duelo entre grandes, Corea del Sur (8-0) medirá fuerzas con Cuba (7-1) y los pronósticos se antojan bien divididos para los especialistas. Unos consideran que los asiáticos serán los nuevos campeones en la despedida del deporte de las bolas y los strikes de los escenarios cuatrienales.
Otros opinan que los retadores pagarán como los estadounidenses la totalidad de los platos rotos, porque ya se soltaron los caballos ofensivos caribeños y nadie los podrá parar. La realidad del terreno dirá la última palabra. El redactor apuesta a los suyos y reafirma: Lo mío primero…