Discretas actuaciones de Cuba
Jorge Alfonso
Colaborador de Rebelde
12 de Agosto de 2008, 12:25 p.m.
El día no fue bueno, porque, salvo el meritorio cuarto lugar del pesista Yordanis Borrero en la división de 69 kilogramos, hoy escasearon las sonrisas y, más bien, asomaron algunas lágrimas, ante la despedida de la legendaria yudoca Driulis González y el luchador del estilo greco Roberto Monzón en los XXIX Juegos Olímpicos.
Yordanis llegó a Beijing en pleno conocimiento de que la batalla sobre la plataforma lo obligaría a buscar resultados superiores a su mejor total de 328 kilogramos (152-186), si aspiraba a entrar en el selecto grupo de medallistas.
Frente a los hierros comenzó en el arranque con discreto peso de 140 kilogramos y lo hizo de maravillas; después aumentó cinco kilos y cerró con 148, ubicado en la séptima posición.
Nuevamente en envión las solicitudes fueron discretas, con apertura de 171 y no pudo elevarla en el primer intento. Luego de conseguirlo en la siguiente opción, en la barra colocaron 180 y al ejecutarlo a la perfección concluyó la actuación con total de 328.
Aunque pareció que podía superarse asimismo en el orden del resultado individual, la cuarta posición es válida, pues solo cedió ante el chino Hui Liao (158-190-348), el francés Vencelas Dabaya (151-187-338) y el armenio Tigran Martirosyan (153-185-338).
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Driuslis González avanzó a la semifinal en la división de 63 kg, tras imponerse sin mayores contratiempos en los dos primeros combates, pero, según ella confesara a los medios informativos cubanos, sintió bastante cansancio y cedió por Ippón ante la japonesa Ayumi Tanimoto, monarca en Atenas, Grecia (2004), y en la búsqueda del bronce tampoco estuvo a la altura esperada contra la holandesa Elizabeth Willeboorde y le marcaron pasividad.
Así dijo adiós a su larga carrera de par décadas en los tatamis, una atleta clasificada, sin discusión, entre las mejores judocas del mundo, junto a la nipona Ryoko Tani, también vencida tres días atrás, (dos medallas de oro y dos de plata) en cinco presentaciones por los escenarios olímpicos.
Driulis conquistó la primera presea individual en Barcelona, España (1992), cuando en su debut entre las grandes consiguió la medalla de bronce en 56 kilogramos.
En sucesivos resultados ganó el título en Atlanta, Estados Unidos (1996), y sendos metales bronceados en Sydney, Australia (2000), y Atenas.
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Tampoco el gladiador Roberto Monzón pudo cumplimentar la aspiración de despedirse del colchón con una medalla de cualquier color y debió acepta resignado abandonar el deporte activo, tras 15 años de incesante bregar.
Monzón discutió la medalla dorada y perdió cerrado pleito frente al coreano Ji Jun Jung en compromiso ateniense y ahora esperaba, al menos repetir ese resultado.
En realidad, el hombre vendió bien cara la derrota, porque en la primera pelea derrotó al francés Sebastián Hidalgo y luego aceptó el revés a manos del ruso Islam-Beka Albiev, definitivo vencedor, con victoria final contra el azeri Vitaly Rahimov.
Cuando venció al turco Soner Sucu entró de lleno a la discusión del tercer lugar, pero se fue en blanco frente al kirguizio Ruslan Tiumenbaev.
Dentro de la propia línea de los derrotados sufrió sorpresivo Ippón, durante la segunda presentación, el judoca criollo Oscar Cárdenas en la división de 81 kilogramos.
Cárdenas debutó por todo lo alto al imponerse al francés Anthony Rodrigues, medalla de plata en el Campeonato Mundial de Río de Janeiro, Brasil (2007), pero en la segunda visita al colchón perdió con el portugués Joao Neto.
En el voleibol playero, las cubanas Tamara Larrea y Dalixia Fernández, a pesar de ofrecer tenaz resistencia las estadounidenses Misty May-Treanor y Terri Walsh, clasificadas en el número uno del ranking mundial.
El resultado definitivo 2-0 (15-21 y 16-21) no ofrece en toda la magnitud deseada, el férreo planteo de las criollas frente a la dupla estelar net por medio, porque en determinados momentos la diferencia fue mínima en constante toma y daca.
Tal vez esa motivación explica porqué ellas exhiben gran confianza al afirmar que el próximo jueves avanzarán a la siguiente ronda de octavos de final, luego de superar a sus rivales de turno, las japonesas Mika Saiki y Chiaki Kusuhara. |