Valoraciones
de Jorge Ricardo Massetti acerca de su encuentro con
el Che
La lucha de liberación
nacional en Cuba, a la que Ernesto Che Guevara diera
una valiosa contribución, atrajo la atención
internacional, y atendiendo a ello, en varias ocasiones
periodistas extranjeros visitaron nuestro país
con el objetivo de entrar en contacto y entrevistar,
tanto a Fidel Castro, como a otros de los más
relevantes luchadores.
Enviado por Radio “El Mundo”, de Buenos Aires, en 1958 llegó a
Cuba el periodista argentino Jorge Ricardo Masseti con la encomienda de entrevistar
a Fidel y a Ernesto Guevara.
Posteriormente Masseti escribió un libro titulado “Los que luchan
y los que lloran”, que se publicó en Buenos Aires, en diciembre
de 1959, y en el que narró, entre otros aspectos, su encuentro con el
Che en la Sierra Maestra.
“En pocos minutos lo que parecía un dormitorio se convirtió en
comedor, oficina y enfermería. Todo el mundo estaba en pie y lo único
que preguntaba, estuviese haciendo cualquier cosa, era si había llegado
el Comandante.
Guevara llegó a las 6, mientras yo observaba, admirado, a un grupo de
muchachos que se preocupaba insólitamente, en hacer algo que yo hacía
mucho tiempo había dejado de practicar: lavarse la cara. Comenzaron a
llegar desde distintos lados grupos de rebeldes sudados, cargados con su mochila
ligera y su pesado armamento. Los bolsillos estaban hinchados de balas y las
canana se cruzaban sobre el pecho. Era la gente que había tendido la noche
anterior una emboscada a las huestes de Sánchez Mosquera y volvía
cansada, con sueño, y con las ganas contenidas de enfrentarse con los
guardias del odiado coronel. A poco llegó Ernesto Guevara. Venía
montado en un mulo con las piernas colgando y la espalda encorvada, prolongada
en los caños de una Beretta y de un fusil con mira telescópica...
Cuando el mulo se fue acercando pude ver que le colgaba de la cintura una canana
de cuero colmada de cargadores y una pistola. En los bolsillo de la camisa asomaban
dos magazines. Del cuello colgaba una cámara de fotos y del mentón
anguloso algunos pelos que querían ser barba.
Bajó del mulo con toda calma, asentándose en la tierra con unas
botas enormes y embarradas y mientras se acercaba a mí, calculé
que mediría un metro 78, y que el asma que
padecía no debía crearle ninguna
inhibición.”
El periodista argentino Jorge Ricardo Masseti detalló
igualmente en su relato algunos aspectos de la
singular conversación que sostuviera con
el Che en la Sierra Maestra, durante la lucha de
liberación nacional en Cuba:
“Él había encendido su pipa y yo mi tabaco, y nos acomodamos
para una conversación larga. La primera pregunta al Che fue la siguiente:
¿Por qué estás aquí?...
Me contestó con su tono tranquilo que los
cubanos creían argentino y yo calificaba
una mezcla de cubano y mexicano: Estoy aquí
porque considero que la única forma de liberar
a América de dictadores es derribándolos,
ayudando a su caída de cualquier forma y
cuanto más directa mejor.
¿Y no temes que se pueda calificar tu intervención en los asuntos
internos de una Patria que no es la tuya como una intromisión?
En primer lugar yo no considero solamente a mi Patria la Argentina, sino toda
América; tengo antecedentes tan gloriosos como el de Martí y, es
precisamente en su tierra en donde yo me atengo a su doctrina; además
no puedo concebir que se llame intromisión al darme personalmente, al
darme entero, al ofrecer mi sangre para una causa que considero justa y popular,
al ayudar a un pueblo a librarse de una tiranía que si admite la intromisión
de una potencia extranjera que la ayuda con armas, con aviones, con dinero y
con oficiales instructores. Ningún país hasta ahora ha denunciado
la intromisión norteamericana en los asuntos cubanos, ningún diario
acusa a los yanquis de ayudar a Batista a masacrar a su pueblo. Pero muchos se
ocupan de mí. Yo soy el extranjero entrometido que ayuda a los rebeldes
con su sangre. Los que proporcionan las armas para una guerra interna no son
entrometidos. Yo, sí.”
|