La
Habana,
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Siempre
Presente |
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Revolucionario
sin fronteras |
Por
su modo de actuar, por su sencillez, valor y capacidad, Ernesto
Guevara causó una significativa impresión
en muchos de los que tuvieron la posibilidad de tratarlo,
incluso desde el instante en que lo conocieron.
Raúl Roa, quien después del triunfo de la Revolución desempeñó las
funciones de ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Corroboró lo anteriormente
señalado al describir lo que experimentó cuando conoció al
entonces joven argentino que se había relacionado con los cubanos que
se hallaban en México.
“Conocí al Che durante mi destierro en México, una noche
en que fue a visitar a su compatriota Ricardo Rojo. Acababa de llegar de Guatemala,
donde había ejercitado adversamente sus primeras armas revolucionarias
y antiimperialistas. Aún le obsedía el recuerdo
pugnaz de la batalla trunca.
“Parecía y era muy joven. Su imagen se me clavó en la retina;
inteligente lúcida, palidez ascética, respiración asmática,
frente protuberante, cabellera tupida, talante seco, mentón enérgico,
ademán sereno, mirada inquisitiva, pensamiento afilado, palabra reposada,
sensorio vibrante, risa clara y como una irradiación de sueños
magnos nimbándole la figura”.
Cuando Raúl Roa conoció al Che Guevara ya este
se hallaba trabajando en el departamento de alergia de un hospital
en la capital mexicana.
La primera conversación sostenida por ellos trató acerca de Argentina,
Guatemala y Cuba, y de sus problemas como parte del problema general de América
Latina.
Roa precisó que el Che se había transpuesto el angosto horizonte
de los nacionalismo criollos para transformarse en un revolucionario continental,
y al referirse a lo que sabía sobre la situación específica
de Cuba, detalló:
“Su conocimiento de la dramática situación imperante en Cuba
y de la estrategia revolucionaria planteada por Fidel Castro con su asalto al
cuartel Moncada, lo decía, en buena medida, a sus largas conversaciones
en Guatemala con Ñico López, sobreviviente de la audaz acción.
El heroico episodio y la indoblegable determinación de Fidel de proseguir
la contienda hasta coronarla le habían cimentado las convicciones y abierto
nuevas perspectivas”.
También Raúl Roa valoró el significado que tuvo en la vida
del Che su encuentro con Fidel Castro en México, y dijo que esto decidió su
total y definitiva incorporación a la Revolución
Cubana, y que en los anales de la historia revolucionaria se
inscribiese un nombre tan breve como potencialmente henchido
de resonancias descomunales como es el caso del Che.
Roa puntualizó igualmente la trascendencia que para el propio Che tendría
su aporte al desarrollo de la lucha de liberación de
Cuba.
“Y en la Sierra Maestra, primer avatar de su biografía de revolucionario
sin fronteras, encontraría el Che su verdadero camino, el que ya había
vislumbrado confusamente en sus andanzas por América
Latina”
Noviembre
Ernesto consigue trabajo como médico en Ciudad México. Labora en
la sala de alergia del Hospital General de la capital mexicana. Es precisamente
en este centro donde se encuentra, de forma casual con el cubano Antonio (Ñico)
López, a quien había conocido en Guatemala.
Ñico había acudido al hospital acompañando a un amigo
enfermo. El reencuentro entre ambos fue doblemente emotivo por lo inesperado.
“(...) en tierra azteca me volví a encontrar con algunos elementos
del 26 de julio que yo había conocido en Guatemala(...)” |
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Audio: Clara Álvarez López y José
L. Vidal
del Amo
Textos: Victor Pérez-Galdós
Ortiz |
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• Raúl
Roa: revolucionario sin fronteras |
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• Faustino
Pérez |
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Montané: formador de hombres y cuadros |
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• Vilma
Espín |
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Los
por qué del Comandante Guevara |
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El primer encuentro de Alexandro Alexeev con el
Che |
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Un educador del raciocinio |
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Jorge
Ricardo Massetti |
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El
Che como jefe militar |
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Aleida
Guevara March
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General de
Brigada Harry Villegas
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Alicia Alonso
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Citio Vitier
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Jesús
Orta Ruiz, Indio Naborí
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Rigoberta
Menchú |
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• Julio
Cortázar |
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Hasta Siempre: Natalie Cardone, España |
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Che declama un poema: Ministerio de Industria, Cuba |
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Che en el triunfo: Ministerio de Industria, Cuba |
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Che internacionalista: Intervención en la ONU |
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LLegada del Destacamento de Refuerzo |
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Che comandante, Nicolás Guillén (983KB)
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Comunicado al Che, Luis Vidales (496KB)
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Concierto para metralletas, Otto Raúl (825KB)
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Consternados, rabiosos, Mario Benedetti (812KB) |
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Décimas al Che, Pedro Rivera (537KB)
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Lectura de domingo, Nicolás Guillén (463KB)
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Sangue o Orvalho, Tiago de Melho (1.579MB)
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Suit de las Américas, Dámaso Pérez Prado
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Hasta siempre Comandante, Carlos Puebla (1.1MB)
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Hombre, Silvio Rodríguez (1.758MB)
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Para mover su mundo, Pablo Milanés (1.376MB)
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Remero del triunfo, Dúo Guarde Barranco (1.47MB) |
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Si el poeta eres tú, Pablo Milanés (662KB)
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Son
los sueños todavía, Gerardo Alfonso (1.376MB)
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Una canción necesaria, Santiago Feliú (580KB)
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Zamba del Che, Víctor Jara (1.071MB)
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