Héroes nacionales para todos los tiempos, los ganadores de medallas de los Juegos Olímpicos Modernos atraen el cariño y el respeto de un pueblo conocedor y devoto del quehacer deportivo.
Héctor Rodríguez Torres: “Coquito” puso la suya
Alrededor de las tres de la tarde del 30 de julio de 1976, el cubano Héctor Rodríguez Torres, uno de los contados atletas de la raza negra practicantes del judo, por esa fecha se presentaba en la arena Maurice Richard, ubicada al norte de la canadiense ciudad de Montreal.
Era su segunda participación en Juegos Olímpicos, pues cuatro años atrás debutó en Munich, pero regresó a casa con las manos vacías.
De fuerte complexión física, 63 kilogramos de peso corporal, repartidos en 1,57 metros de estatura y próximo a cumplir 25 años de edad, aguardaba en el tatami por el anuncio oficial que lo declaró vencedor mediante fusengashi (no presentación del adversario) del camerunés Enmanuel Abolo.
Aunque el muchacho no se sintió satisfecho con ese tipo de victoria, daba el primer paso rumbo a la conquista del título.
Transcurrida una hora exacta lo llamaron para enfrentarse al polaco Marian Standowicz. El estadounidense de origen japonés Eichi Koiwai dio la voz de hajime (a combatir). Héctor sabía que la victoria sería decisiva en las ambiciosas aspiraciones de llegar a lo más alto del podio.
En la primera acción agarró al oponente por la solapa e intentó sacarlo fuera de balance. Standowicz tenía suficiente experiencia, dominio técnico y fuerza para dejarse sorprender. A pocos segundos de concluir las acciones por fin Héctor pudo marcar ventaja y recibió el veredicto ushi gari.
La tercera pelea la ganó por un ushi mata, sin lugar a dudas su movimiento preferido y a los tres minutos y 25 segundos ganó el derecho a combatir en la final contra el sudcoreano Chang Eun-Yung.
El esfuerzo realizado en el pleito anterior provocó el resentimiento de una vieja lesión en las costillas del lado derecho. Chang Eun-Yung intentó por todos los medios sacar partido al punto débil, pero la primera ventaja fue para el criollo con yuko; Chang logró nivelar. Olvidado el dolor, ahora Héctor arriesgó más y consiguió dos kokas de manera consecutiva. Mientra, se movía como lince, los músculos firmes y al máximo la flexibilidad para no perder el equilibrio.
Resultados en Juegos Olímpicos |
MUNICH (1972) |
Victoria por ushi mata en 28 segundos ante Renato Repuyán (FIL) |
Victoria por yusei gashi 3-0 sobre Marian Talaj (POL) |
Derrota por yusei gashi 3-0 ante Jean -Jacques Mounier (FRA) |
Derrota por ushi mata a los dos minutos 14 ante Kim Yong Ik (COR) |
MONTREAL (1976) |
Victoria por fusenghashi sobre Enmanuel Abolo (CAM) |
Victoria por ushi gari sobre Marian Standowicz (POL) |
Victoria por ushi mata a los dos minutos 36 ante José Pinto (POR) |
Victoria ushi mata a los seis minutos ante Jozsef Tuncsik (HUN) |
Victoria por superioridad sobre Chang Eun - Yung (COR) |
MOSCÚ 1980 |
Perdió por ippon a los dos minutos 29 ante Nikolai Solodujin (URS) |
Perdió por koka en cinco minutos ante Jaroslav Kriz (CHE) |
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Faltaban casi tres minutos y parecía que el reloj no quería moverse. Después de una entrada violenta del asiático, Héctor sintió como si un puñal hubiera penetrado hasta lo más profundo en el costado derecho.
Los jueces detuvieron el combate y reclamaron la presencia del doctor Raúl Mazorra, médico de la delegación cubana. Una de las costillas estaba ahora fracturada y quedaba en peligro la posibilidad de conquistar la medalla dorada. Coraje y valentía pudieron más que el dolor físico y finalizó en pie...
Como cualquier niño campesino de su época vivió y creció en un hogar humilde. A la edad de 13 años comenzó a visitar el pequeño e improvisado gimnasio de la localidad y la práctica del judo lo cautivó. Matriculado en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) de Pinar del Río para el curso 1966-1967, en menos de un año participó en los V Juegos Escolares Nacionales y alcanzó el primer galardón: medalla de bronce.
Pasados cinco años viajó a Munich y el 4 de septiembre de 1972 celebró la primera pelea olímpica y en apenas 28 segundos derrotó por ushi mata al filipino Renato Repuyán.
A su juicio, el contrario más difícil que tuvo fue el canadiense Brad Farrow, fornido judoca de 1,70 metros de estatura, quien durante cinco años se preparó en Japón había derrotado a Héctor en la final de los Juegos Deportivos Panamericanos, Ciudad de México (1975) y algún tiempo más tarde, el cubano tomó desquite en el torneo internacional José Ramón Rodríguez, Ciudad de la Habana (1980).
Isao Inokuma, monarca olímpico en Tokio (1964) en la división de 80 kilogramos, una verdadera autoridad en la materia cuando valoró las actuaciones de Héctor Rodríguez señaló:
"Nunca un judoca latinoamericano, y menos de la raza negra, dominó con tanta maestría las variadas y complejas técnicas de la disciplina.
Poseía una gran combatividad y formas muy correctas de adoptar las posiciones básicas".
Odalys Revé Jiménez: más allá de los sueños
Esta combativa atleta holguinera, nacida en el municipio Sagua de Tánamo, 15 enero de 1970, jamás pensó que durante varios años su vida estaría íntimamente ligada a los kimonos y los tatamis, hasta el punto de conquistar el primer título discutido en la división de los 66 kilogramos.
Por el contrario, desde niña siempre soñó con estudiar Medicina, tal vez confiada en convertirse en una brillante cirujana.
Sin embargo, los azares de la vida provocaron cambios inimaginables al concluir el noveno grado de la enseñanza secundaria, luego de tres años internada en la escuela al campo.
En datos biográficos publicados recientemente leo y cito sus propias palabras: "En el Instituto Preuniversitario de Mayarí Abajo, bajo el régimen de internado, no me sentía bien, porque debía trabajar mucho y eso no me agradaba.
Entonces, vi el cielo abierto cuando llegaron los entrenadores de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) de Holguín captando muchachas para practicar el judo".
Odalys confiesa que se esmeró por pasar todas las pruebas de aptitudes como una vía de escape. Lo de agarres, llaves y caídas no era lo suyo…
El verdadero interés consistía en concluir los estudios en la ciudad e incluso, aún sudada con el kimono, se imaginaba ataviada con la bata blanca y el estetoscopio al cuello.
Pasados casi dos años completos de puras formalidades y discretos resultados competitivos, ella no sabe explicar qué la llevó a la reflexión.
Comenzó a vivir en la Capital como alumna del profesor Ronaldo Veitía en la preselección nacional y sobre aquel difícil período de adaptación en el Centro de Entrenamiento Cerro Pelado algunas de sus compañeras recuerdan: "Cuando Odalys llegó traía los ariques puestos, era tímida, poco sociable y discutía por cualquier cosa".
La paciente labor educativa de Veitía, constantemente exigiéndole progresos en los órdenes técnicos y tácticos, le permitieron ganarse el respeto y el cariño de la futura monarca.
A propósito, el destacado profesor apunta: "Odalys es muy disciplinada. Para ella lo fundamental es la preparación. Entrena como un hombre porque su nivel es muy alto".
El comienzo de un nuevo ciclo olímpico frente al debut del judo femenino en el calendario de las citas cuatrienales constituyó un verdadero acicate en la carrera deportiva de Odalys Revé.
En 1989 asistió a la primera confrontación mundialista y estuvo a punto de discutir el título con la italiana Emanuella Pirantozzi. Unos meses más tarde compitió en los XVI Juegos Centroamericanos y del Caribe, Ciudad de México (1990), y alcanzó la medalla de oro tras derrotar en el combate decisivo a la dominicana Dulce Piña.
En el ámbito continental consiguió la consagración durante los XVI Juegos Deportivos Panamericanos, cuyas sedes alternas fueron Ciudad de La Habana y Santiago de Cuba (1991).
Por esos días en su mente bullía una aspiración especial: "Conquistar la medalla de oro delante de mis compatriotas".
Sobre el tatami santiaguero completó una faena colosal con victorias sucesivas sobre la canadiense Kimberly B. Dawn, derrotada por ippon, la venezolana Francis J. Gómez, a quien eliminó por wazari, y la argentina Alejandra Martínez, también vencida por ippon.
La siguiente meta estaba ubicada en el torneo mundialista fijado para finales del mes de septiembre de 1991 en el Palacio Blaugrana de Barcelona, la misma instalación que en los Juegos Olímpicos utilizarían los judocas.
Ahora la cubana pudo enfrentar a la invencible Pirantozzi por el título, pero una lesión crónica en la mano izquierda le jugó una mala pasada y debió conformarse con la medalla de plata. Por supuesto, lo sucedido dejó bien disgustada a la criolla y por todos los medios se propuso buscar la revancha a toda costa.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) ORO |
DERROTÓ POR JOGO-GACHI A MEI-LING WO (TAI) |
DERROTÓ POR KO-SOTO-GARI A GRACE JIVIDEN (EUA) |
VENCIÓ POR MOROT-GARI A ANITA KIRALY (HUN) |
DERROTÓ POR YUSEI-GACHI A KATE HOWEY (GBR) |
DERROTÓ POR WAZAARI A EMANUELA PIERANTOZZI (ITA) |
ATLANTA (1996) BRONCE |
VENCIÓ POR IPPON A CARLY DIXON (AUS) |
PERDIÓ POR SUPERIORIDAD ANTE ALICE DUBOIS (FRA) |
DERROTÓ POR SUPERIORIDAD A MARIELA SPACEK (AUT) |
PERDIÓ POR IPPON FRENTE A CLAUDIA ZWIERA (HOL) |
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De lleno en el escenario olímpico las cosas fueron distintas al año anterior, pues debutó con triunfos por técnica de control sobre la china Ling Wu-Mei.
En la segunda salida superó por yuko a la estadounidense Grace L. Jividen, después derrotó por koka a la húngara Anita Kiraly en semifinales venció por puntos a la británica Kate Howey.
La tarde del 28 de julio se produjo el tan esperado enfrentamiento con Emanuella Pirantozzi y el público congregado en la sala admiró el magnífico desempeño de la antillana frente a su reconocida rival. Esta vez se movió con sorprendente velocidad y aplicó efectivas técnicas de agarre para alcanzar la victoria por wazari. Así se convirtió en la primera judoca del continente americano conquistadora de un título olímpico y en el podio de premiación recibió el merecido reconocimiento de todos los amantes de la disciplina.
Driulys González Morales: voluntad a toda prueba
A lo largo de un siglo exacto de competiciones deportivas individuales y colectivas la historia de los Juegos Olímpicos recoge infinidad de acontecimientos, donde el valor humano superó el límite del dolor físico o sentimental con evidentes muestras de entregas del quehacer atlético.
Uno de estos ejemplos, con categoría de hazaña, pertenece a la joven judoca guantanamera, nacida el 21 de septiembre de 1973, cuyo físico de 1,63 metros de estatura y 56 kilogramos de peso, a simple vista lleva a pensar en la supuesta fragilidad femenina, pero como sentencia un viejo refrán: Las apariencias engañan.
Su participación en Atlanta se puso en dudas, , porque durante una sesión de entrenamiento, a comienzo del mes de abril, sufrió la fractura de dos vértebras cervicales y el doctor Rodrigo Alvarez Cambra diagnosticó de lesión grave, aunque no necesitaría intervención quirúrgica.
Sin embargo, ella pasó por un proceso de completa inmovilización del tronco casi dos meses y cumplida la rehabilitación, a unas tres semanas del compromiso olímpico, regresó a los entrenamientos.
Visitada en el hospital en los primeros días se le notaba triste e incluso tenía ciertas reservas sobre la posibilidad de intervenir en la cita atlética.
Pasadas las lógicas preocupaciones iniciales, la muchacha recuperó el optimismo con renovados bríos y esperaba ansiosa el alta médica para dedicarse por entero a la preparación en el tatami: "Lo mío es el judo y no quisiera perder un solo minuto más de entrenamiento"
Innumerables expectativas despertó la presencia de la criolla en la división de 56 kg., ya que a pesar de la calidad excepcional como medallista de bronce en Barcelona y monarca en varios certámenes de la envergadura de la Copa del Mundo, Juegos Panamericanos de Mar del Plata, Campeonato Mundial, Juegos Mundiales Universitarios y el torneo Villa de París, entre otros, todas las adversarias conocían las limitaciones físicas e intentaron inútilmente agotarla o aplicarle técnicas de combate cuerpo a cuerpo con el marcado objetivo de lesionarla.
Así sucedió en los dos primeros pleitos contra la francesa Monique Batoux y la holandesa Jessica Gal, las cuales buscaron varias veces agarrarla por los antebrazos y los hombros. En tal sentido, la cubana declaró: "En los minutos iniciales de las dos primeras peleas sentí un fuerte dolor en la columna, pero en ningún momento se lo dije a mi entrenador Ronaldo Veitía por temor a la decisión de retirarme de la competencia. A la francesa la derroté por Koka 2-1 y a la holandesa con Wazaari 7-0"
También Veitía sabía que la llegada de las semifinales supondría un mayor esfuerzo debido a la calidad de la oponente china Liu Chuang. La situación imponía alcanzar la victoria a toda costa y con firmeza dio las instrucciones a seguir: "No le des tregua, asume siempre la iniciativa en las acciones y trata de marcar rápidamente".
Driulys siguió al pie de la letra el paternal consejo y siempre llevó el dominio de las acciones hasta imponerse por Ippon 10-0. Antes del combate con la china Chuang venció por Yuko 5-0 a la británica Nicola Fairbrother y en total acumuló cuatro triunfos antes de discutir la medalla dorada con la coreana Jun Sun-Yong.
De acuerdo a los vaticinios precompetitivo, Driulys y Sun-Yong debían llegar a la final. Ellas presentaban los mejores resultados en los meses previos a la celebración de los Juegos y si algo podía impedir el enfrentamiento era el sorpresivo revés en las rondas eliminatorias.
La hoja de servicios de Jung Sun-Yong presentaba una amplia trayectoria en las lides cuatrienales, iniciada con un sexto lugar en Seúl y quinto en Barcelona. En 1995 ganó el título en el Campeonato de Asia y repitió los éxitos relevantes en la Copa Fukuoka de Japón y en los internacionales de Munich y París.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) BRONCE |
DERROTÓ POR KOKA A JEMINA ALVES (BRA) |
VENCIÓ POR SUPERIORIDAD A MARÍA GONTOWICZ (POL) |
VENCIÓ POR YUKO A H. MYHREN (SUE) |
PERDIÓ POR IPPON ANTE MIRIAM BLASCO (ESP) |
VENCIÓ POR UCHI-MATA A KATE DONAHUE (EUA) |
ATLANTA (1996) ORO |
GANÓ POR SUPERIORIDAD A MAGALY BATÓN (FRA) |
DERROTÓ POR SHIDO A JESSICA GAL (HOL) |
DERROTÓ POR SUPERIORIDAD A NICOLA FAIRBROTHER (GBR) |
VENCIÓ POR IPPON A CHIAN LIU (CHN) |
VENCIÓ POR YUKP A SUNG-YPNG JUNG (COR) |
SYDNEY (2000) PLATA |
DERROTÓ POR IPPON A BÁRBARA HAREL (FRA) |
DERROTÓ POR YUKO A MARISABELLE LOMBA (BEL) |
PERDIÓ POR YANTEI ANTE CELINE LEBRUN (FRA) |
DERROTÓ POR WAZAARI A ISABEL FERNÁNDEZ (ESP) |
ATENAS (2004) BRONCE |
PERDIÓ POR WAZAARI ANTE URSKA ZOLNIR (ESL) |
DERROTÓ POR IPPON A GELLA VANDECAVEYE (BRA) |
DERROTÓ POR NO PRESENTACIÓN A DANIELA KRUKOWER (ARG) |
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Ese año la asiática presentaba un solitario revés en la hoja de servicios, precisamente frente a la propia Driulis en el certamen mundialista efectuado en la ciudad japonesa de Chiba.
De lleno en el combate, la guantanamera sentó cátedra y concentró la técnica en flancos vulnerables hasta decidir por Yuko 5-0. Completada la hazaña, un fuerte abrazo la fundió con su entrenador y juntos pasearon la enseña tricolor ante el público reunido en el Georgia World Congress Center, escenario de la confrontación.
Las cámaras de la TV y de los fotógrafos siguieron por todas partes a la feliz triunfadora. En idéntica dimensión, los reporteros, en especial los asiáticos, la convirtieron en el blanco preferido y uno de ellos, Nogy Sugawara, destacado comentarista de la cadena japonesa NAR, afirmó: "Su victoria es verdaderamente conmovedora. Solo los deportistas con un corazón más grande que ellos mismos son capaces de acciones de tal naturaleza".
Driulys González marca el paso entre los atletas cubanos de cualquier disciplina al acumular nada menos que cuatro medallas de diferentes metales en citas olímpicas, todas contadas a partir de Barcelona y en total archiva 15 triunfos con tres reveses, lo que ofrece un excelente promedio de 82.24 por ciento.
Sibelis Veranes Morell: síndrome dorado en Sydney 2000
Cuando Ronaldo Veitía llevó desde el camerino hasta el tatami a la santiaguera para discutir el título olímpico de la división de los 70 kilogramos con la británica Kate Howey estaba convencido de que su pupila era capaz de derrotarla por cualquier vía, pero para lograrlo debía cumplir al pie de la letra la estrategia trazada.
La muchacha, nacida el 5 de febrero de 1974, llevaba alrededor de 10 años relacionadas con las actividades del judo, luego de un incierto comienzo en la academia Hiroshima de su natal Santiago de Cuba. Según confesara al reportero, la influencia deportiva familiar influyó de manera decisiva para dedicarse a alguna disciplina y la que más le gustó fue judo.
En los vaticinios precompetitivos, sus entrenadores siempre le orientaron que podía aspirar a la medalla de oro, aunque todo dependía de cuánto pudiera hacer frente a la coreana Min-Sun Cho, titular de la anterior cita en Sydney, y la alemana Ivonne Wansart.
El debut ante la germana Wansart quedaba planteado como el primer obstáculo en los planes de la muchacha, pero al vencerla por ippon respiró satisfecha y encaminó los pasos hacia posteriores empeños.
A continuación venció de manera inobjetable a la estadounidense Sandra Bacher, bronce en los Juegos Deportivos Panamericanos de Winnipeg, Canadá (1999) y si queremos aplicar aquello de "a la tercera va la vencida", en el siguiente combate rivalizó contra Min-Sun Cho.
Los especialistas apuntaron que se trataba de una final anticipada y así fue. Durante los primeros minutos del pleito, ambas contendientes buscaron un marcaje decisivo por cualquier técnica y tal ventaja correspondió a Sibelis con una koka que no dejó el más mínimo margen de dudas.
Entonces, la cubana vivió el más feliz de los momentos en su carrera dentro de los tatamis, pues en justa lid ganó el derecho de discutir el metal dorado ante la británica Kate Howey.
Resultados en Juegos Olímpicos |
SYDNEY (2000) |
DERROTÓ POR IPPON A IVONNE WANSART (ALE) |
DERROTÓ POR YUKO A SANDRA BACHER (EUA) |
DERROTÓ POR KOKA A MIN-SUN CHO (COR) |
DERROTÓ POR WAZAARI A Kate Howet (GBR) |
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Sibelis trabajó con efectividad en el ataque, mientras la adversaria buscaba a capa y espada sacarla de sus casillas. Mediante impecable técnica de control consiguió wazari a escasos segundos de concluir las acciones y brindó la posibilidad Cuba de ganar el segundo título (2-2-0) para finalizar delante de China (2-1-1) y Japón (1-1-2).
La actuación de Sibelis Veranes pasó a la historia de los certámenes del judo olímpico como algo inolvidable. Un merecido premio a quien la superación y la constancia ayudaron a poner en sitial más elevado la enseña patria.
Legna Verdecia Rodríguez: combatividad por arrobas
La holguinera Legna Verdecia –27 de octubre de 1972- llegó a la
sede olímpica de Sydney con una aspiración cada días más firme: “Conquistar el título en la división de los 52 kilogramos”.
Cuatro años antes, en Atlanta, vio escapar tal posibilidad en la víspera de la fiesta nacional cubana del 26 de Julio, pues en el tercer combate celebrado en el tatami de la Georgia World Congress Center fue derrotada por la norcoreana Sun Hui Kye.
Tal contratiempo limitó sus posibilidades a discutir la medalla de oro y después de imponerse por wazaari a la española Almudena Muñoz regreso a la casa con una presea bronceada colgada en su cuello.
Esta era la tercera experiencia olímpica de Legna, quien debutó en Barcelona (1992) sin cumplir los 20 años de edad y al recordar lo sucedido en aquella cita cuatrienal confiesa: “Entonces pagué la novatada”, lo cual solo reportó la experiencia de competir una sola vez.
Sin embargo, en Sydney no existió el más mínimo impedimento, sino todo lo contrario, ya que en la jornada precedente, Amarilys Savón perdió la posibilidad de conquistar una tercera medalla en forma consecutiva y Legna asumió el compromiso de recuperar el metal dorado.
El combate frente a la difícil japonesa Noriko Narazaki, ganadora de bronce en Atlanta, puso a prueba toda su capacidad técnico-táctica.
La hora cero llegó justó a las 06:25 a.m. (hora de Cuba) del 25 de septiembre. Noriko presentaba una victoria sobre Legna, conseguida en la final del Campeonato Mundial, Birmingham, Gran Bretaña (1999). Por consiguiente, se trataba de una pelea revancha.
El camino de la cubana hacia lo más alto del podio la enfrentó primero a la española Miren León y la superó por ippon; a continuación aceptó el reto de la conocida argentina Carolina Mariana para derrotarla por hantei. En la primera semifinal dejó atrás a la citada Sun Hui Kye, de nuevo por hantei.
A juicio de su profesor y entrenador Ronaldo Veitía: “La actuación de Legna fue excelente, si tomamos en cuenta que en el primer combate celebrado sufrió un esguince externo clavicular y así salió a darlo todo en los restantes.
Incluso en la discusión del oro comenzó debajo (wazari); logró (koka), por amonestación de la adversaria y cuando faltaba un minuto con 45 segundos liquidó las acciones con ippon.
Resultados en Juegos Olímpicos |
BARCELONA (1992) |
PERDIÓ POR PENALIZACIÓN CON CLAUDIA MARIANI (ARG) |
ATLANTA (1996) BRONCE |
DERROTÓ POR IPPON A ALEXA VON SCHICHOW (ALE) |
DERROTÓ POR SUPERIORIDAD A NORIKO SUGARAWA (JPN) |
PERDIÓ POR CHUI CON SOOK-HEE JUN (COR) |
DERROTÓ POR HANTAI A ALMUDENA MUÑIZ (ESP) |
SYDNEY (2000) |
DERROTÓ POR IPPON A MIREN LEÓN (ESP) |
DERROTÓ POR HANTEI A CLAUDIA MARIANI (ARG) |
DERROTÓ POR HANTEI A SUN KYE (COR) |
DERROTÓ POR IPPON A NORIKO NARAZAKI (JPN) |
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La alegría de Legna al saberse monarca olímpica conmovió a todos los miembros de la delegación cubana y algunas de sus compañeras de equipo no pudieron impedir que de sus ojos saltaran las lágrimas. También los gestos y las expresiones de júbilo de Veitía reflejaron la importancia del triunfo.
Apenas sin reponerse del esfuerzo realizado y del dolor persistente en la clavícula, la monarca expresó en rueda de prensa: “Acabo de cumplir mi gran sueño deportivo. La preparación fue larga y dura, yo quería esta medalla de oro para dedicarlo a todo mi pueblo. Estoy muy feliz, muy feliz”.
Así llegó la primera presea dorada para Cuba en Sydney. El calendario impuso que fuera una mujer la encargada de ver ondear bien alto nuestra enseña nacional y su calidad competitiva dejó como escoltas a tres atletas procedentes del continente asiático, Noriko Narazaki (Japón), Sun Hui Kye (República Popular Democrática de Corea) y Lyun Yuxiang (República Popular de China). No debemos olvidar que en esa región geográfica nació y creció la disciplina.
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