Por Aylin Herrera Reyes
La Habana– Pensar en 1912 es volver a nombres como el de Pedro Ivonet y Evaristo Estenoz, y hablar del Partido de los Independientes de Color (PIC), fundado por ambos y por hombres negros y mulatos que aspiraban a ocupar cargos políticos en aquella República que nunca cumplió los sueños de José Martí, Apóstol de la independencia.
Remontarse a ese momento prácticamente olvidado de la historia de Cuba es recordar el horror de un período marcado por la discriminación racial, la segregación y el racismo, pagado en la mayoría de las ocasiones con sangre como ocurrió tras los alzamientos del PIC en La Habana, Pinar del Río, Matanzas, Las Villas y Oriente ese mismo año.
De romper el silencio, más de un siglo después, se encarga “Voces de 1012”, una obra unipersonal del proyecto Ritual Cubano Teatro, que lidera el actor Jorge Enrique Caballero Elizalde.
Caballero Elizalde comentó en entrevista exclusiva con la Agencia Cubana de Noticias (ACN), que la puesta en escena que tendrá su estreno este 4 de agosto en la sala El Sótano forma parte de la trilogía teatral antecedida por “Kid Chocolate” (2012) “Le Chevalier Brindis de Salas” (2017).
La tercera entrega, precisó el actor y director de la obra, habla de la presencia negra cubana en la política y también de los horrores de la guerra, y aunque tenía varios personajes en mente como Juan Gualberto Gómez, los hermanos Antonio y José Maceo y Quintín Banderas, me encontré con los sucesos de 1912 y asumí el reto de abordar un hecho más abarcador.
Según reveló Caballero Elizalde, el público no encontrará en el espectáculo la historia del PIC ni pasajes en orden cronológico, sino que verá inconexos episodios de una masacre continuada que están ligadas únicamente por el objetivo de su único personaje, Francisco –interpretado por el propio actor-, cuya misión es cerrar huecos por esas voces del pasado que lo atormentan.
Para ello, comentó, Francisco acude a ceremonias, deidades y antiguos espíritus para que se le revelen y le hablen claramente sobre lo que debe hacer, pero por más que logra realiza sus rituales no logra curar esas heridas que dependen del esfuerzo de todos.
Lo que más me impresionó de la masacre de 1912 no fue la naturaleza horrenda de ese suceso, sino descubrir el silencio que aún persiste alrededor de él y el tratamiento solapado o casi nulo de quienes desde la investigación lo han abordado, subrayó el actor.
Declaró que ese fenómeno ocurre en la Cuba contemporánea donde se lucha, desde las instancias de Gobierno en contra del racismo y la discriminación racial.
Quise desde Ritual Cubano Teatro seguir hablando de razas, de racialidad y de racismo, y eso pretendo con esta puesta: hacer saber que Cuba y el amor hacia esta tierra van más allá de las diferencias entre negros, blancos y mulatos y que esta nación es sinónimo de compresión, tolerancia y diálogo entre todos sus hijos, dijo Caballero Elizalde.
Sobre las características de “Voces de 1912” se refirió al empleo del trabajo corporal que se manifiesta en las danzas afrocubanas y populares que tradujo a la escena, donde sobresalen el guaguancó y el punto guajiro por solo mencionar algunas.
Apuntó que la puesta requirió, además, de investigación musical para su empleo sobre las tablas con músicos en vivo que aportan a la obra una nueva visualidad.
El actor resaltó que dos grandes referentes le han ayudado en estos tiempos de preparación para el montaje de la pieza: las maestras Flora Lauten y Raquel Carrió, ambas de Teatro Buendía, la agrupación donde se formó profesionalmente por varios años.
Subrayó los aportes del documental “1912, Voces para un silencio”, de la cineasta Gloria Rolando, así como los textos de Serafín Portuondo, uno de los investigadores más dedicados a difundir la historia y trascendencia del PIC.
Para Caballero Elizalde, una dinámica muy provechosa ha sido la de los ensayos abiertos al público, que en dos ocasiones lo acercó a los espectadores, le permitió “romper el hielo” ante ellos y le otorgó la posibilidad de conocer sus reacciones ante un hecho histórico casi desconocido entre los cubanos.
De cierta manera, afirmó, sabemos a qué tipo de receptores nos vamos a dirigir con este unipersonal, y nos ayuda a perfilar el mensaje y las emociones que queremos transmitir.
A pocas horas del estreno, su director y actor confesó que tiene muchas expectativas con “Voces de 1912”, tanto por los que se encontrarán por vez primera con los sucesos de aquel año nefasto para el país, como para quienes sí dominan el tema y esperan ver tal cual reflejados los acontecimientos en la obra.
No pretendo dar una clase de historia, solo me gustaría que quienes asistan reciban una única enseñanza: que mientras nos escuchemos, nos miremos y nos toleremos entre todos, podremos obrar por Cuba, más allá del color, de las discrepancias o de las diferencias ideológicas.
Ritual Cubano Teatro pretende ser más que un proyecto teatral para convertirse en un espacio sociocultural en el barrio de El Cerro donde vivo y aspira a que estos unipersonales se transformen en audiovisuales que se mueven, desde la creación artística, por los mismos rieles del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, aseveró el artista.
Desde esa trilogía Caballero Elizalde aporta e insiste en fortalecer la voluntad de Cuba y los cubanos en su proyección hacia el mundo.
Para mí Ritual Cubano Teatro ha sido un giro grande en mi vida porque me ha llevado a conocerme a mí mismo, a mi país y a lo que considero son sus esencias.
Es una experiencia profesional y personal que necesitaba y que me dicta lo que quiero hacer de ahora en adelante como actor, aseguró.
De cada una de estas obras y sus personajes me llevo aprendizajes distintos: de Kid Chocolate, el amor a Cuba y a la madre; de Brindis de Salas, la obsesión casi enfermiza por la perfección y el querer ser el mejor cada día y de las voces de 1912, la intención perenne de que este país es amor y solo desde ese sentimiento se puede pensar en él.
Mi obra habla de tolerancia, entendimiento y de trabajar desde las coincidencias para eliminar el racismo, las desigualdades sociales y de género en función de una nación mejor que nos incluirá a todos, sentenció.
El espectáculo “Voces de 1912” se estrenará este viernes 4 de agosto a las 7:00 p.m. en la sala El Sótano del Vedado capitalino.
Las funciones se extenderán durante los días 5 y 6 de agosto a las 7:00 p.m. y 5: 00 p.m., respectivamente, mientras que en la jornada del 8 de agosto se realizará un coloquio homónimo en la sala Nicolás Guillén de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba para dialogar sobre el rescate de la historia, la racialidad y la identidad cultural, social y religiosa que propone la puesta en escena.
(Fuente: ACN)