Playita de Cajobabo, imías, Guantánamo.–El pueblo cubano no va a rendirse jamás. Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Partido, y Presidente de la República, lo ratificó en este sitio, escenario hace 130 años del desembarco de Martí, Gómez y otros patriotas, para incorporarse a la Guerra Necesaria.
Que «a nosotros nadie nos puede doblegar», también lo dijo con absoluta certeza el dirigente cubano, en diálogo a orillas del Mar Caribe, al pie de la historia, con jóvenes que, procedentes de todas las provincias cubanas, llegaron aquí para rememorar la proeza.
«Si van a apretar el bloqueo, que lo hagan –enfatizó Díaz-Canel–. Con talento, convicciones, creatividad, y trabajando duro, vamos a salvar la Revolución», afirmó.

Al dirigente cubano lo acompañaron en el encuentro el miembro del Buró Político del Partido y Secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda, así como las máximas autoridades políticas y del Gobierno en el Alto Oriente, junto a Meyvis Estévez Echeverría, quien lidera la Unión de Jóvenes Comunistas.
Motivadora resultó la introducción del encuentro a cargo de Noralis Palomo, presidenta de la Sociedad Cultural José Martí en Guantánamo, quien hizo notar el calificativo de «Ayacucho cubano», dado por El Generalísimo al desembarco.
Destacó también el optimismo que habitaba a Martí al llegar a tierra cubana, pese a que habían transcurrido apenas dos meses desde la traición que condujo al fracaso de La Fernandina, con la pérdida de logística y armamento que ese duro golpe significó.
«Si a pesar de todo eso vinieron –sostuvo la historiadora– fue por su voluntad indómita, por honrar el compromiso con la patria y por cumplir la palabra empeñada».
En su disertación citó revelaciones de José Martí que, a pesar de su resquebrajada salud, experimentaba «la paz de un niño» y en el alma la sensación de ir «en marcha de triunfo», entre otras expresiones que dan fe de su felicidad total en tierra guantanamera.




DESDE EL AUDITORIIO
«Martí nos ha removido la fibra del corazón», confesó por su parte el joven Roniel Reyes Ávila, de Las Tunas. «Lo mejor que podemos hacer para honrar su ejemplo es trabajar bien donde estemos –agregó–, el compromiso nuestro con él, con Fidel, es muy grande. No los defraudaremos».
Como expresión de gratitud similar, e inspirada en el mismo ejemplo, Dayesi Santelices, una muchacha de 27 años que se desempeña como subdirectora en el hospital Oncológico de Camagüey, narró las peripecias del colectivo frente a los obstáculos que les impone el bloqueo estadounidense.
La lista de pacientes en espera para recibir tratamiento de radioterapia en la institución se alargó, por lo difícil que resulta adquirir piezas y componentes para reparar los equipos. Mas, con los pocos que funcionan, los especialistas del centro implementan el doble turno, lo que incluso implica riesgos para el personal de Salud por exposición a las radiaciones, pero ellos los asumen, relató Dayesi; «de esa manera hemos reducido la lista de pacientes que esperan».
Experiencias de actitudes y aportes concretos, salidos de jóvenes en sus respectivos entornos, como los del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, expuestos por Roberto Cabaña, y los de la Universidad de Guantánamo, citados por la profesora Yaima Pérez, dan la misma fe de que en esta isla la fidelidad a la historia no es expresión abstracta.

Díaz-Canel encomió tales experiencias, y la realización de encuentros como este, por su impacto en lo formativo y por ser otra vía para cultivar valores.
Agregó que al respecto ya se ven resultados y citó un ejemplo: «después que fuimos a La Plata, ha crecido la cantidad de visitas al sitio», dijo, y vaticinó que esa tendencia también se repetirá con Baraguá, Baire, San Lorenzo y Playita de Cajobabo.
Si en Duaba, con el desembarco de los Maceo y Flor Crombet tuvimos el honor enfrentado a la adversidad, matizó el dirigente, en Playita la dicha crece frente a lo adverso; eso tiene que ver mucho con la significación y el legado de este suceso.
«¡Dicha grande –proclamó Díaz-Canel– por esta historia, por tener figuras como Martí, Gómez, Maceo, Fidel, Raúl, Camilo, el Che, Frank País, por vivir este momento que es decisivo, en el que tenemos que defender la Revolución; ¡dicha grande por la patria y el socialismo!
«El mayor aporte de las generaciones que hoy participamos en esta Revolución, es hacer que perdure, y eso lo tenemos que hacer como mismo lo hicieron ellos».
