Un adiós a Paulito FG, el «sofocador» de la salsa y la timba cubana

La Habana.- Paulito FG era un cantante popular y lo disfrutaba, llegaba al escenario con la energía de quien tiene 20 años y arrasaba, hoy la salsa, la timba y el son cubano se resienten con su muerte.

Un accidente automovilístico ha dejado a los bailadores sin el «sofocador de la salsa», pero seguramente muchos seguirán bajando «pa’l piso como Paulito», uno de sus movimientos que causaba furor.

La popularidad y el cariño de la gente es lo más grande que he tenido en mi carrera artística, según dijo a Prensa Latina cuando su agrupación cumplió 25 años en 2017.

«El público es lo principal y siempre será nuestro termómetro, tanto en Cuba como en el extranjero», declaró en esa oportunidad.

Desde el inicio, quería ser un cantante popular y me interesaba abordar la música bailable con toda la calidad que lleva, fiel a la historia de esta isla, apuntó.

“Tampoco me gustaba que me dijeran salsero, porque yo quería ser mucho más”.

A los 19 años —cuando todavía era solo Paulo Fernández Gallo— comenzó a tomar clases de clarinete en el Conservatorio Ignacio Cervantes, pero fue el timbre de su voz lo que llamó la atención de los especialistas de la Empresa Musical Benny Moré.

Tras su paso por orquestas como la de Adalberto Álvarez y su Son, y Dan Den de Juan Carlos Alfonso, llegó a Opus 13 y todavía muchos recuerdan los éxitos que popularizó en ese grupo.

En 1992, decidió lanzarse con su propia banda Paulo FG y su Élite: apenas un año después publicaron su primer disco Tú no me calculas y al siguiente, salió al mercado Sofocándote, que estuvo más de 20 semanas en las listas de éxito de la radio cubana.

Paulito también grabó con la Fania, uno de los sellos de mayor renombre de la música salsa: Con la conciencia tranquila (1997) fue el nombre de esta placa que incluía hits como “Entre dos amigos” y “De La Habana”.

Con el inicio del milenio llegaron también varias de sus producciones más populares Una vez más por amor (2000) y Te deseo suerte (2002).

Luego experimentó con géneros en los que había trabajado poco y en 2005, vio la luz Ilusión, disco de conocidos boleros a los que imprimió un sello contemporáneo y mereció un Premio Cubadisco.

En tanto, Un poquito de to´ (2006), Sin etiqueta (2010) y Abre que voy (2013) bebieron de tendencias actuales de la música, como el pop-rock, el reguetón y la timba, y consiguieron el ansiado favor del público.

Además, Paulito incursionó en 2015 en el cine con la película Vuelos prohibidos, del realizador Rigoberto López. Y ese mismo año, lo atraparon las cámaras de televisión como director general de Sonando en Cuba.

Allí se propuso revitalizar la escena de la música cubana por medio de un concurso para noveles cantantes.

Su orquesta también fue un espacio para impulsar a jóvenes talentos, a quienes siempre recibió con los brazos abiertos.

Habanero hasta la médula, a Paulito siempre le interesó que su música «tuviera gancho», que sus estribillos pegaran, que el público bailara y coreara sus temas.

Con su Élite, sofocó al público cubano y extranjero por más de tres décadas y hace pocos días, en el Festival de la Salsa en La Habana, volvió a encender la pista a sus 63 años.

“Saber que mi música está viva me da tremendo regocijo. Eso es lo más importante para mí”, solía decir.

Descansa en paz, sofocador, el público bailador te recuerda, te quiere y te llora.

(Fuente: Prensa Latina)

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