Segundo Frente, Santiago de Cuba–. Amanecía este siete de abril en las montañas del Segundo Frente.
Es el cumpleaños 95 de Vilma Espín Guillois, la combatiente de la clandestinidad, la guerrillera, la dirigente ejemplar, la genuina defensora de los derechos de las mujeres; y el líder de la Revolución cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, su compañero en la lucha y en la vida, encabezó el acto en ocasión del natalicio de la heroína del llano y de la sierra, junto al Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En la conmemoración, realizada en el Mausoleo del Segundo Frente Oriental “Frank País”, ubicado al pie de la montaña de Mícara, estuvieron presentes otros miembros del Buró Político, dirigentes del Partido, el Gobierno, la Federación de Mujeres Cubanas, las organizaciones de masas, la Unión de Jóvenes Comunistas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del Interior y una representación del pueblo de Segundo Frente.
En la serranía, donde sobresalen las califas rojas y las erguidas palmeras, se escuchó el Himno de la Patria; y luego, fueron depositadas por manos de jóvenes mujeres, sendas ofrendas florales en nombre del pueblo de Cuba, a la heroína, y a los héroes y mártires del II Frente Oriental, que Vilma también fundó junto a Raúl.

La música y la poesía acompañaron el homenaje a la entrañable revolucionaria. La joven Celia Jerez Ochoa declamó el poema “A Vilma”; y Gricel Gómez interpretó la canción “Sin ti”, del autor mexicano Pepe Guizar, canción que fuera una de las preferidas por la guerrillera de exquisita sensibilidad artística. Y la voz de Vilma también se escuchó, a través de una grabación, en el corazón del lomerío, tan dulce y firme, serena y sabia, como siempre.
Y allí, donde la historia se funde con la leyenda, ante una representación del heroico pueblo de Segundo Frente, Teresa Amarelle Boué, miembro del Buró Político y secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), recordó a la guerrillera excepcional, de alma noble y singular inteligencia.
«Vilma se entregó a la defensa de la justicia social, la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres y la soberanía de su patria; con la misma intensidad que se entregó a la lucha clandestina, empuñó las armas en estas montañas. Esta fusión, de mujer de acero y miel, la convirtió en un ser único e irrepetible, forjada en los crisoles de la Revolución triunfante».
De igual manera, destacó que «con su liderazgo excepcional, junto a Fidel y por voluntad de las mujeres, fundó la FMC, organización que sigue siendo voz y fuerza en la Revolución. No solo luchó por la erradicación de la discriminación, sino también por la plena participación en todos los ámbitos de la vida económica, política y social del país».
Más adelante, afirmó que «el legado de Vilma nos inspira, compromete y nos convoca a seguir adelante. Por su vida extraordinaria, sentirla entre nosotras no es difícil. Su legado se materializa hoy con las conquistas que las cubanas hemos alcanzado».
En sus palabras, al repasar la vida y obra de Vilma, la dirigente de la organización femenina aseveró que «su vida está en las mujeres cubanas que con valentía y firmeza salen cada día, a defender estoicamente la Revolución».
Al concluir el acto en homenaje a la querida Vilma, Raúl y Díaz-Canel saludaron a los participantes que acudieron a la celebración del natalicio de la querida hija de la tierra santiaguera.
Seguidamente, el General de Ejército y el Presidente de la República, junto a los miembros de la presidencia e invitados, colocaron rosas rojas ante la Llama Eterna en el mausoleo que perpetúa la memoria de los heroicos guerrilleros del Segundo Frente.
Luego Raúl, como tributo permanente a su compañera en la lucha revolucionaria y en la vida, depositó un ramo de flores blancas ante el monolito que atesora sus cenizas, con la ternura y el respeto, de quien compartió, junto a ella, el amor por su hermosa familia y por Cuba. Ante la roca, lo acompañó Díaz-Canel, quien también ofreció su homenaje a Vilma.



Los helechos brotan del jardín plantado junto a la piedra monumento, donde descansa una de las mujeres más valientes que les nació a Santiago y a Cuba, el 7 de abril de 1930, la leal gestora y ejecutora de la Revolución de las mujeres dentro de la Revolución.
Mucha razón tenía Fidel cuando vaticinó, que el ejemplo de Vilma Espín es hoy más necesario que nunca.
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