Con una estela de luz y unidad entre los pueblos del mundo, de defensa de las raíces más autóctonas que nos unen, y de una cultura que nos identifica en nuestras regiones del sur, más allá de fronteras, cerró sus puertas con broche de oro, en Venezuela, la primera edición del Encuentro Tambores del Alba, bajo la premisa Latidos de nuestra identidad”.
Más de quince países se encontraron en esta cita cultural y de amor, auspiciada por el ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos). Entre ellos, Venezuela, como anfitrión, Cuba, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, también Granada, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Benín, Trinidad y Tobago, Honduras, Colombia, Barbados y Uruguay.
Por Cuba estuvo presente el Ballet Folklórico de Camagüey con variadas propuestas representativas de las expresiones del folklore en nuestra isla, y tuvo una excelente acogida de público, como ratificó su director Reinaldo Echemendía Estrada, quien explicó que llegaron con tres espectáculos “entre ellos Todo Mezclado y Concierto Folklórico, los cuales recopilan los diferentes cantos, toques y danzas que practicamos en la cultura popular tradicional”.
La cita se efectuó entre el 20 y 23 de junio, pero también ha generado otros intercambios y proyectos futuros, y fue momento propicio para celebrar el 24 las fiestas del San Juan.
El escenario principal fue el Teatro y Plaza Bolívar, en el centro de Caracas, y llegó a otros espacios de la capital venezolana y a otras regiones del país.
A propósito, Echemendía comenta que “fue un momento impactante, una gran parte del público coreaba nuestros cantos, el pueblo venezolano se identificó con nosotros, conocía los cantos yorubas y de la santería, y trajimos también un espectáculo con textos de Guillén, muy bien acogidos, ha sido una gran conexión inmensa”.
Durante esta fiesta de los Tambores del Alba se realizaron presentaciones de las agrupaciones nacionales y foráneas participantes.
Asimismo, como saldo positivo un grupo de expertos de varias naciones impartieron conferencias con temas tan actuales como “La Presencia africana en América Latina y el Caribe”, “Cultura y política”, “Caribeñidad y espiritualidad”, “Economía y turismo cultural”, “La intelectualidad del Caribe”, “Mujer tambor”, y tuvieron lugar otras actividades como caminatas y la celebración del Día de la espiritualidad de Caracas.
Kairé Infante, Embajadora del Tambor venezolano 2024, significó la trascendencia del evento, también gestado bajo la iniciativa de la Fundación FestaCove, organización representante de las manifestaciones más auténticas del tambor en la Costa Venezolana.
La joven especialista expresó que “el encuentro ha dado la posibilidad de entrar en contacto con la cultura de todos los países, identificar el punto de unión que manifesta el tambor como identidad a través del arte, con puentes de amor entre nuestras naciones”.
Para el Director del Ballet Folkórico de Camagüey, el evento dejó saldos muy positivos pues en su criterio “fiestas de este tipo caracterizan el sentido de integración como esencia del ALBA, ha sido un proceso de retroalimentación constante, todos hemos aprendido de nuestras culturas”.
Geraldine Gallardo Muñoz, Directora musical de la compañía cubana, significó la trascendencia de estos tambores identitarios, tan bien recibidos por el público venezolano, y con mucha alegría declaró que el encuentro “ha sido algo lindo, maravilloso, que debe perdurar en el tiempo, y estamos muy felices al apreciar cómo el pueblo nos acogió, bailando junto a nosotros con ovaciones”.
Tambores que significan cultura, identidad, reconocimiento de todo lo que nos identifica.
Para Kairé, esta cita cultural ya dejó sus huellas, pues “gracias a la madre África, tenemos una gran herencia, el tambor viajó a nuestros pueblos, se transformó y se apropió de cada país, aquí mostramos nuestra identidad y sentido de pertenencia a lo nuestro”.
Entretanto, Reinaldo ratificó que “El tambor es raíz de pueblo, es la unión entre los países de Latinoamérica y el Caribe, una idea a la que se unió Geraldine, quien concluyó: “el tambor es vida, es madre, es esperanza, y esos conceptos nos identifican a nuestros pueblos”.
Con broche de oro y bajo la premisa de que la cultura es esencial para salvaguardar nuestra soberanía, cerró sus puertas la primera edición del Encuentro Tambores del Alba, donde se escucharon, bien altos, los Latidos de nuestra identidad.
Detalles en la porpuesta radial.