La manzanilla es una planta que guarda secretos. Crece de forma copiosa por lo que su sembrado es admirado por todos. Eso sí, prefiere la exposición al sol con medida, riego diario y sobre todo atención constante de los dueños a sus necesidades.
Lo anterior se traduce en vigilar la agresión de plagas, entre estos los temidos caracoles, las orugas que comen sus hojas y también remover la tierra de forma frecuente.
A la manzanilla o camomila como también se le conoce, muchos la relacionan con infusiones que mejoran la digestión, o baños que alivian dolencias de la piel, sin embargo, su utilidad va mucho más allá.
Manzanilla, significa “manzana molida”; esta planta es muy apreciada por las propiedades antiespasmódicas y antiinflamatorias.
En Egipto se utilizaba para tratar la malaria, en Roma como remedio para las infecciones urinarias y el dolor de cabeza, en África del sur se consumía para combatir el insomnio, el reumatismo y el dolor de garganta, entre otros, pero cuando se volvió más popular fue durante la Edad Media en Europa, utilizándose como diurético, relajante, tónico digestivo y para aliviar el dolor abdominal.
Uno de los usos más populares de la manzanilla es el tratamiento del estrés y la ansiedad. Esta planta tiene la propiedad de reducir la intensidad de los signos ansiosos, y mejorar la depresión, especialmente utilizada en aromaterapia o tomada en infusión como complemento a otros tratamientos. Además, tiene antioxidantes que ayudan a reducir el riesgo de padecer diversas enfermedades, incluidas las cardíacas y el cáncer.
La manzanilla tiene algunas propiedades únicas que pueden beneficiar la calidad del sueño. Esto se debe a que contiene apigenina, un antioxidante que se une a ciertos receptores del cerebro promoviendo la somnolencia y reduciendo el insomnio o la incapacidad crónica para dormir.
Sus propiedades antiespasmódicas y antiinflamatorias hacen de esta infusión una opción popular para las mujeres que sufren los síntomas de la menstruación como inflamación, calambres, ansiedad, sudoración, incapacidad para dormir y cambios de humor.
Tomar infusiones de manzanilla puede ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre. Sus propiedades antiinflamatorias pueden prevenir el daño en las células pancreáticas que aparece cuando los niveles de azúcar se encuentran elevados de forma crónica. Y la salud del páncreas es extremadamente importante, ya que es el encargado de producir insulina, la hormona responsable de eliminar el azúcar de la sangre.
La aplicación tópica de té de la planta en cuestión, cura las irritaciones o las afecciones de la piel como el eccema. También puede mejorar significativamente la cicatrización y disminuir la aparición de imperfecciones y arrugas en la cara, ya que tiene el potencial de eliminar el estrés oxidativo.
El extracto de manzanilla es abundante en flavonoides, un tipo de antioxidantes que se estudia por su potencial para reducir la presión arterial y los niveles de colesterol, que son marcadores importantes en el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca. Los compuestos fenólicos presentes en la planta ayudan a fortalecer el sistema inmune y evitar infecciones. Los otros compuestos presentes en esta ayudan a combatir el resfriado, la gripe, y alivian la congestión de los senos paranasales.
Igualmente contribuye a estimular la actividad de osteoblastos, las células que forman los huesos. Por lo tanto, esta planta puede ayudar a aumentar la densidad ósea y, en última instancia, nos mantiene alejados de la osteoporosis.
Las infusiones de manzanilla tienen la capacidad de combatir las infecciones bacterianas orales, prevenir las caries y proteger los dientes y las encías. Además, sus propiedades antiinflamatorias ayudan a calmar los dolores de muelas.
La manzanilla también ayuda a tratar las hemorroides; en pomada es eficaz para aliviarlas.
Se ha demostrado en estudios en probeta que el antioxidante apigenina de la manzanilla tiene el potencial de combatir las células cancerosas, especialmente las de la mama, el tracto digestivo, la piel, la próstata y el útero.
Gracias a su rico contenido en colina, un nutriente que pertenece al grupo de las vitaminas B y que participa en múltiples reacciones metabólicas del cuerpo, la manzanilla protege al hígado de la acumulación de grasa y ayuda a eliminarla de la sangre.
En los jardines y patios donde la manzanilla florece el ambiente es agradable por el olor que tienen esas plantas, más aún cuando sobre estas revolotean las mariposas.