Con ella cantó un pueblo, en la evocación compartida de una gesta. Ella fue cronista de una Revolución a la que consagró buena parte de su creación artística. La historia nacional recreada con el lirismo y la fuerza de una voz.
Ella integró un movimiento esencial de la cultura cubana, la nueva trova, que era en definitiva la trova de siempre, comprometida con las demandas, los desafíos, las realizaciones de los nuevos tiempos.
Y al mismo tiempo, le cantó a los temas eternos, con una fuerza y una verdad que la distinguieron en su largo y fructífero itinerario creativo.
Sara González hubiera cumplido hoy años. Sigue acompañando, con su franqueza y jovialidad, a un público que la considera un clásico de la cultura cubana.
(Fuente: Yuris Nórido/CubaSí)