Reinaldo Rivera Escudero: «El dolor de irme y la alegría de partir»

Los años pasan, los principios no envejecen.

El embajador de la República de Panamá en Cuba, Reinaldo Rivera Escudero, ha finalizado su misión diplomática en la mayor de las Antillas. Nos recibe en su residencia con especial camaradería, como suelen hacerlo los amigos.

Foto: Bismark Claro Brito

Con su clásico sombrero panameño y su fraternal abrazo, nos asegura que tiene sentimientos encontrados: «el dolor de irme y la alegría de partir» a su querido Panamá.

Ya es hora, me espera mi familia. Pero no podía irme de Cuba sin despedirme de este pueblo que amo tanto como el mío”. Quería que fuera Radio Rebelde, quien transmitiera el mensaje de amor y agradecimiento por tanta amistad y solidaridad compartidas.

Reinaldo Rivera Escudero nos confiesa que, en su larga vida, ha viajado 62 veces a nuestro país y que siempre que llega vuelve a casa.

Entramos… y comienza a recorrer su vida a través de fotos y objetos que recuerdan momentos importantes de su existencia. Nos enseña a su familia, habla de sus hijos. Con orgullo, exhibe el origen humilde e indígena de su madre (Guaimí), así como el arraigo y laboriosidad de su padre carpintero de rivera de barco de madera, allá en una islita panameña donde nació en 1945.

Foto: Bismark Claro Brito

“Siempre me sentí parte de los de abajo. Desde joven, luché contra la oligarquía entreguista de Panamá. Me considero un rebelde con causa.

“Mi padre tenía en sus manos una revista Bohemia, lo recuerdo perfectamente. Leía en voz alta, comentaba lo ocurrido. En la publicación, estaba el relato de los hechos del Moncada. Yo vi las fotos de los jóvenes asesinados. Mi padre hablaba de Fidel, de la valentía de aquellos que decidieron luchar. El intentaba explicarme. Yo tenía 8 años, 1953. Entonces supe de Cuba y del joven abogado Fidel Castro.

“En 1959, al Triunfo de la Revolución cubana, yo tenía 14 años. Mi padre hablaba de Fidel, de los guerrilleros, de lo que acontecía en la Isla de Cuba y yo me interesaba por su historia. Por la valentía de un pueblo que intentaba elegir su camino muy cerca del imperialismo yanqui.

“Ya como estudiante universitario en la carrera de Ciencias Políticas soy elegido para participar en el IV Congreso Latinoamericano de Estudiantes, instancia movilizadora y coordinadora de las luchas antimperialistas del movimiento estudiantil de América latina y el Caribe. Viajó a Cuba representando a la facultad de Derecho y, aquí en La Habana, se fundó la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña (OCLAE). Sueño cumplido, tenía 21 años.

“La década del 60 fue convulsa para Cuba, recuerdo el acoso a la Isla, la invasión por Playa Girón. Para venir, tuvimos que recorrer casi medio mundo para llegar hasta aquí”.

Foto: Bismark Claro Brito

Reinaldo habla apasionadamente de hechos que unen a Cuba y Panamá. De un pasado que viaja hasta el presente… Invoca al general Omar Torrijos, habla de su amistad con Fidel. Para el líder cubano, el general panameño fue “un gran amigo, un hombre de firmes principios”, añade.

“Una de las recomendaciones fundamentales que le hizo Fidel a Torrijos fue que Panamá debía tener el apoyo de los pueblos del mundo en su lucha por alcanzar una mejor relación con Estados Unidos que no fuera de inequidad sobre el Canal, principal recurso natural. Por ello, el país ingresa en el Movimiento de Países No alineados en 1976”

Torrijos estuvo en Cuba en dos ocasiones: en enero de 1976 oficialmente y durante la VI Cumbre de Países no Alineados. En1977, logró firmar Los Tratados Torrijos-Carter. El acuerdo fue rubricado en la sede de la Organización de Estados Americanos con el presidente estadunidense Jimmy Carter. Con ello se establece el traspaso gradual de bienes del canal y del territorio de la zona a Panamá. Ello comprende, además, el desmantelamiento de las bases militares norteamericanas.

“Fue precisamente el general Torrijos quien recomendó que yo podría ser embajador en Cuba. No por mucho tiempo, solo 2 años. No soy diplomático de carrera, pero tuve la suerte de venir a Cuba y luego a Nicaragua, en momentos en que Washington le consideraba un país peligroso para la región por la influencia sandinista.

El general Torrijos murió en 1981. Su desaparición física fue un duro golpe a las aspiraciones nacionalistas del pueblo panameño. En 1989, Estados Unidos invadió Panamá y el embajador Reinaldo fue testigo de lo que ocurrió.

“Fue criminal, injusta, alevosa. Murieron más de tres mil personas y más de 35 mil heridos. Se destruyeron dos importantes ciudades: Ciudad Panamá y Colón; y este servidor fue objeto de persecución. Fui a una emisora para pedir la resistencia contra la invasión. Eso me costó el exilio y yo viajé a Cuba. En esos años (15), mi familia y yo fuimos abrazados por la solidaridad del pueblo cubano.

Escuche la versión sonora de la entrevista en nuestro canal de iVoox…

“Mira ese retrato”, dice Reinaldo. La foto está en la sala de su casa, le acompaña desde el 2005, es una suerte de talismán. El embajador está junto a Fidel. “Representa el comienzo de la operación Milagro. Me lo llevaré el 15 de julio, cuando termine mi misión diplomática», asegura. “La operación Milagro significó la atención en Cuba de casi cinco mil panameños y luego el traslado del programa a Panamá garantizó la operación quirúrgica de aproximadamente 92 mil pacientes”.

Tuve un sueño, que yo he realizado. Volví a Cuba como embajador (2019) y así ha sido hasta hoy. Sin duda alguna, estoy entre los tres embajadores de mayor edad del cuerpo diplomático acreditado aquí. Estos años y especialmente los últimos cuatro, me han permitido estar en contacto con un pueblo que amo tanto como el mío. Y eso es lo que quería decir antes de concluir. Y lo quería decir en la emisora Radio Rebelde, porque fue fundada en la Sierra Maestra por iniciativa de Fidel y el Che. Desde entonces, ellos transmitieron la esperanza y confianza en un futuro mejor. Por eso yo quiero transmitir que me voy con un sentimiento de tristeza al dejar las experiencias que he tenido por 58 años de solidaridad y hermandad, de identificación total con la Revolución cubana. Me voy con nostalgia. Con profundo agradecimiento por Cuba.

Foto: Bismark Claro Brito

“Hay algo que pasa siempre en los pueblos que se levantan. Hablo de la dignidad. No hay libertad sin dignidad. Y el pueblo de Cuba, no obstante a sus dificultades y a su pequeñez geográfica y demográfica, es un ejemplo de dignidad para el mundo. Torrijos lo decía… «Cada hora de aislamiento que sufre el hermano pueblo de cuba constituye 60 minutos de vergüenza hemisférica». No se ha levantado el bloqueo, pero Cuba está aquí.

“Me esperan otras tareas, quizás cuando algunos piensen que 80 años es bueno ya para retirarse; pero yo pienso como Pablo Neruda cuando escribió alguna vez en alguno de sus poemas que… los seres humanos salimos de un sueño, pero vienen otros. Y mientras tú tienes voluntad de luchar para convertir en realidad tu sueño, tú tienes vida. Seguiremos luchando por conseguir otros sueños, como lo hice al llegar a este querido, hermoso y noble pueblo de Cuba. Los años pasan, los principios no envejecen”.

*Con la colaboración de Bismark Claro Brito.

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