Japón registró recientemente su número récord de muertes por coronavirus, con un total de 420, según datos publicados por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar del país asiático.
El país registró 192.063 casos confirmados acercándose al récord histórico del pasado agosto, cuando alcanzó los 260.000 casos en un día, según la misma fuente, aunque en ese momento los muertos no superaban los 300 en un día.
Al decir de expertos, este aumento en el número de fallecimientos podría estar relacionado con el empeoramiento de la enfermedad entre pacientes crónicos, la mayor parte de ellos de avanzada edad.
Esto convierte al país asiático en el primero con más casos confirmados en todo el mundo en la última semana y el segundo en número de muertos, sólo por detrás de Estados Unidos, según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La noticia se produce después de que Japón anunciara que reforzará sus controles fronterizos para viajeros procedentes de China exigiéndoles, entre otras cosas, un test PCR al aterrizar.
Temor por nuevas variantes
En los últimos 3 meses, según los datos registrados por las autoridades, se han detectado más de 130 derivados de la variante Ómicron. De todos ellos, hay dos que están predominando en los nuevos casos conocidos en estas semanas: la variante BA-5-2 y la BF-7.
Esta última es la que más preocupa: su tasa de contagio es más alta que las hasta ahora variantes registradas en países como, por ejemplo, España. Si Ómicron tenía una tasa de contagio de 5 personas, esta nueva variante podría transmitirse a entre 10 y 18 personas, entre el doble y el triple.
A pesar de ello, los expertos insisten: según los primeros análisis recogidos, los efectos o síntomas de BF-7 no serían más graves que los hasta ahora conocidos.