La radio cubana de hace muchos años tuvo publicaciones que fueron del interés de los distintos públicos.
Según las investigaciones de Oscar Luis López contenidas en su libro La Radio en Cuba, Radiomanía (una de las publicaciones dedicadas a la radio que existieron) comenzó dando más interés a la parte técnica, y era enviada a todos los técnicos de radio.
Pronto incluyó esa publicación incluyó secciones dedicadas a los artistas y programas.
Surgió, entonces, un error de importancia: en una sección de Radio Guía, redactada por su propio director, comenzaron a publicarse algunas pequeñas notas llamadas “Chismes de Radio” con la publicación de intimidades y referencias de orden privado, sobre la vida de los artistas.
De inmediato se originó el gran revuelo en el sector radial. Es decir, se oficializaron los “dimes” y “diretes” en el ambiente radial.
Esto dio lugar a que la publicación Radiomanía incluyera también dos planas con “Chismes de la Radio”, y claro está, con esto, los directivos de la revista lograron desviar el interés del lector de las cuestiones técnicas y artísticas del mundo de la Radio, para entrar en la vida íntima de los ídolos radiales.
Esto, como es lógico, abrió el camino a un nuevo estilo de una crónica radial, que resultó altamente nociva y contraproducente.
El segundo error fue que la publicación se convirtiera en el órgano oficial del que mejor pagaba.
Y al igual que la prensa sensacionalista de la época a partir de ese momento, Radiomanía serviría a los intereses del monopolio radial.
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