Los caminos de la historia de la radio en Cuba nos dicen que Humberto Giquel fue otro de los grandes de nuestro medio por su labor profesional.
Radioaficionado de los buenos, fue considerado por su trabajo durante los años 20. Quiso estudiar en los Estados Unidos ingeniería eléctrica, pero su papá lo inclinó hacia el oficio del Comercio.
Fue así que su gran preocupación por todo lo que puso en venta estuvo relacionado con los últimos adelantos técnicos en la radio, lo mismo para los radioaficionados como para los profesionales de nuestro medio en Cuba.
Así se convirtió en fabricante e importador de aparatos de radiotelefonía y sus accesorios. Posteriormente fue a los Estados Unidos.
Al volver, lo hizo con nuevas mercancías para la venta en su negocio, incluso un periódico llamado Heraldo de Cuba del 14 de junio de 1923, publicó que en breve los amantes de la radio podrían ver en la calle Escobar número 65 el nuevo transmisor adquirido.
Además de esa adquisición tecnológica, Humberto Giquel hizo demostraciones de cuanto aparato trajo para vender en Cuba.
En una entrevista que concediera a la prensa el 11 de agosto de 1923, dijo que su nueva emisora comenzaría a trasmitir a partir del 10 de octubre de ese propio año por lo que tendría entre finales de agosto y septiembre para realizar la instalación y hacer las pruebas pertinentes.
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