Miles de habaneros amanecieron este miércoles en un sitio simbólico de la capital, la Tribuna Antiimperialista. Este espacio que aún se reconstruye, fue testigo de la celebración por el Día Internacional de los Trabajadores.
Ante el apacible malecón de La Habana, en el primer día de mayo, se reunieron cubanos de varias generaciones, inundando la explanada con los colores de nuestra bandera y la de otros pueblos amigos. Y es que eso somos, un archipiélago colorido, que irradia luz y se crece, en medio de las dificultades.
Raúl y Díaz-Canel llegaron a ocupar sus lugares, de pie, junto al pueblo capitalino, para presenciar el acto. El General de Ejército, guerrillero incansable, vistiendo su uniforme militar; y el mandatario cubano llevando el tradicional pañuelo blanco y negro, símbolo de la resistencia palestina, porque esta conmemoración en Cuba también es por los hermanos que luchan defendiendo la paz.
La Banda de Música de Boyeros abrió la jornada con la interpretación del Himno Nacional y dio paso a una estremecedora alocución de Fidel hablando a los obreros. Para el Comandante en Jefe, «los trabajadores son los verdaderos héroes de la Revolución».
Por ello, en la tribuna de Martí y Fidel, la primera oradora fue Darían Oramas Campo, trabajadora destacada de la Organización Básica Eléctrica de La Habana, quien habló en representación de un sector que, duramente golpeado por el bloqueo y las carencias, siendo de alta sensibilidad para la población, está repleto de mujeres y hombres que nos muestran heroicidades cotidianas.
En sus palabras, la joven se refirió a los desafíos permanentes de nuestro pueblo y su capacidad de resistencia frente a las adversidades.
La música y la danza colmaron la tribuna. Otra vez nuestros artistas nos trajeron a Silvio Rodríguez y se escucharon emblemáticas obras que son poesía, pero también himnos de combate, como la monumental letra de “El Necio”. También hizo vibrar el lugar, con su genuino verso, la décima comprometida de reconocidos repentistas.
Al cierre de la jornada, el miembro del Buró Político y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte de Nacimiento, recordó que, a la misma hora, «millones de cubanos, a lo largo y ancho de la geografía nacional, demuestran una vez más, en combativas y coloridas movilizaciones, que seguimos firmes y unidos en torno a nuestra gloriosa Revolución socialista, defendiendo sus ideales de independencia, soberanía y justicia social».
El dirigente sindical repasó varios temas que preocupan a los obreros y a todo el país: el contexto socioeconómico, complejo y adverso; el recrudecimiento de la política del gobierno norteamericano; nuestras insuficiencias internas; los impactos negativos en la realidad económica y social de la familia cubana…
Por ello, señaló Guilarte de Nacimiento, «ante estas desafiantes circunstancias, la fiesta del proletariado mundial la hemos dedicado a la heroicidad del pueblo trabajador, que concentra sus esfuerzos en la recuperación económica como la batalla fundamental».
A Palestina, víctima del mayor crimen que comete el gobierno de Israel con la complicidad de Estados Unidos, también dedicó sus palabras, en nombre de los trabajadores cubanos, que condenan este genocidio clamando justicia y paz.
«Mientras más complejas sean las circunstancias, más fortalecida debe estar la unidad, la que nos ha traído hasta aquí y nos ha permitido sortear los retos más desafiantes», concluyó su intervención el máximo dirigente de la CTC, quien recordó las palabras pronunciadas por Raúl el pasado primero de enero, cuando afirmaba que «la unidad es el arma estratégica de la Revolución».
En la Tribuna Antimperialista, junto al General de Ejército y el Presidente de la República, estuvieron presentes miembros del Buró Político, del Estado y el Gobierno, de las organizaciones políticas y de masas. Con la misma energía y optimismo de siempre, asistió al acto otro legendario combatiente, el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura.
De manera especial, la clase obrera de la capital recibió el abrazo entrañable y solidario de más de mil amigos de casi sesenta países, que como cada año viajan a La Habana para participar en las celebraciones.
Para sellar la conmemoración, se escuchó vibrante la Primera Internacional Comunista, justo allí, en la tribuna de la unidad y el antimperialismo, a escasos metros de la embajada que representa al país que, aunque dio origen a esta conmemoración del proletariado mundial, el primero de mayo no celebra el Día del Trabajador.
En Cuba, cuando se cumplen 65 años de aquel primer desfile de los obreros en la entonces Plaza Cívica, donde Raúl Castro ante un mar de pueblo alertó: «O nos unimos o quedaremos a merced de los poderosos enemigos que tiene la Revolución»; el pueblo sigue apostando por la unidad, desafiando amenazas y contratiempos, siempre con la verdad, la firmeza y el honor.