La Habana– Por segundo año consecutivo, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, saludó al cuerpo diplomático de los países árabes e islámicos acreditados en la Isla con motivo de la ceremonia del Iftar (el rompimiento del ayuno en el sagrado mes del Ramadán).
Este jueves, en el Salón de Protocolo del Laguito se desarrolló la actividad, convocada por el embajador de la República de Yemen, Mohamed Saleh Nasher, donde se se reconocieron las relaciones de amistad y hermandad entre Cuba y este grupo de naciones.
Por tal motivo el dignatario cubano recibió un sable tradicional que es símbolo del acervo cultural de estos pueblos y un ícono de la lucha contra el colonialismo.
El representante de Yemen en la Isla, decano del Cuerpo diplomático Árabe acreditado en La Habana, reconoció la deferencia del jefe de Estado cubano al acompañarlos con motivo del mes del Ramadán, una oportunidad para promover valores de tolerancia, solidaridad y cooperación.
Durante el saludo el diplomático expresó a la dirección del país caribeño que ellos apoyan a Cuba y están junto a la nación en la lucha contra el bloqueo estadounidense, al tiempo de exigir que se levante ese cerco y que se excluya a la Mayor de las Antillas de la fraudulenta lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo.

En declaraciones al equipo de prensa de la Presidencia de la República de Cuba, el Decano expresó que “el mes sagrado del Ramadán es un mes de bondad y bendiciones, y constituye una oportunidad para promover los valores de la tolerancia, la solidaridad y la cooperación. Nosotros, como países árabes, velamos por resaltar estos valores a través de estas ocasiones que nos reúnen con nuestros hermanos y amigos de Cuba”.
Igualmente destacó el papel que la Mayor de las Antillas desempeña en el apoyo a la paz y a la justicia internacional, así como el destacado espacio que ocupa en la batalla por la causa del pueblo palestino.
Acompañaron al mandatario, los miembros del Buró Político, Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz y el canciller Bruno Rodríguez Parrilla.
La ocasión constituyó una oportunidad para acercarse a una tradición que simboliza la unidad, la fraternidad, la paz, la tolerancia y la convivencia entre los pueblos, un momento para fomentar el intercambio cultural, el respeto y el conocimiento de tradiciones arraigadas en el rico acervo patrimonial de las naciones islámicas.
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