El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció que no dimitirá luego de que la semana pasada, diera a conocer que cancelaría todos sus compromisos oficiales después de que un tribunal abriera una investigación inicial sobre su esposa, Begoña Gómez, por acusaciones de supuesto tráfico de influencias.
Sánchez calificó las acusaciones como una campaña de acoso orquestada por medios de derecha.
“Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará, llevamos 10 años sufriéndola”, dijo Sánchez.
“He decidido seguir, seguir con más fuerza si cabe al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Esta decisión no supone un punto seguido, es un punto y aparte, se lo garantizo”, aseveró.
El presidente español agradeció las multitudinarias marchas del fin de semana en aquel país para pedir que se quedara en el poder. También, elogió las muestras de cariño llegadas desde el ámbito de la política y la cultura.
La denuncia
El pasado miércoles, luego de conocer que un juzgado abría diligencias contra su esposa, el presidente difundió una “carta dirigida a la ciudadanía” en el cual llamaba a la reflexión sobre la virulencia de la oposición y sus formas políticas, así como el uso de herramientas mediáticas y judiciales en su contra.
Detrás de estas denuncias se encuentra la organización Manos Limpias, que en su página web se identifica como un «sindicato independiente» y que posee nexos con la ultraderecha.
Según el rotativo El País, el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, ha señalado de que “saldrán nuevas pruebas”, esta vez contra Sánchez directamente.