Hay algunos incrédulos todavía que no aprecian en toda su dimensión el valor del término resistencia creativa quizás porque continúan pensando que el ¨manᨠseguirá cayendo del cielo, o porque no han visto con ojos propios, cuánta inteligencia y resultados están detrás de una solución a problemas que envejecían en los territorios hasta que, de los saberes colectivos, llegó la mejor salida.
Hay que caminar Cuba para sorprenderse sobre cómo se empuja fuerte cuando se carecen de materias primas o del producto habitual para mantener la sostenibilidad de determinado surtido, o la manera en que el aporte del uno por ciento de las empresas locales logra ¨despertar¨ una fábrica destinada a la producción de materiales destinados a la construcción que parecía condenada a la quietud, o con la inventiva de nuevos herrajes con materiales propios que ayudan a mantener la vitalidad de un programa de construcción de viviendas para el mejoramiento de la calidad de vida de la población, y que también son fuente de empleo.
Todo eso y más, hemos podido apreciar durante los intercambios de los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional en centros laborales y con representación del pueblo.
Se choca con la verdad, desde el intercambio con el obrero en su horno, o con quien la ¨pule¨ muy duro haciendo bloques de hormigón que después sostendrán nuestros programas constructivos, o al lado de una ¨ruidosa¨ máquina destinada a la generación distribuida de energía eléctrica, algunas montadas en tiempo récord, porque de ellas dependen continuar generando cuando nuestras plantas ¨tradicionales¨ salen de servicio; o con solo escuchar la experiencia atesorada – algunas muy buenas, otras todavía por perfeccionarse-, de los trabajadores que laboran en formas no estatales de producción; o la de un productor de bates de béisbol que todavía no ha encontrado todo el apoyo para expandir la producción pero ya certificó su producto que podría suplir la carencia de este implemento- costoso por cierto-, para la práctica del pasatiempo nacionales en las comunidades y áreas deportivas.
Hay personas, -muchas por cierto-, heroínas y héroes anónimos, que lo dan todo desde que se levantan hasta que se acuestan. Que son capaces de recibir tanto cariño cuando llegan delante de la gente que representa, que de golpe y porrazo logran borrar el cansancio o las malas noches. Fue el caso de uno de los candidatos a diputados cuando intercambió justo en la demarcación donde realiza la labor como delegado de base en una de las provincias centrales del país. Estremeció el gesto de agradecimiento; en pocos minutos la frase de que el ser humano sigue siendo vital en cualquier empeño, subió a la cúspide.
Son ejemplos pequeños que hacen la obra más grande. Son como pedacitos de materiales humanos que van conformando una obra humana más grande aún, y constituye un verdadero ejemplo de resistencia colectiva y creativa. Es parte de lo que nos sostiene.
