Se ha reiterado tanto que ya debía estar en sangre como práctica cotidiana: debemos buscar soluciones propias a los problemas de cada lugar y tomar como punto de partida la reserva de inteligencia que tenemos.
Escuchar a estas alturas a un directivo, en cualquier nivel, decir que espera instrucciones es como se conoce en el argot deportivo «arrancar en falso», porque nadie mejor que quienes viven el problema cada día lo sufren o conocen para saber cuál es la mejor manera de resolverlo y cuál es su prioridad para identificar qué hacer en cada lugar.
Pareciera una lección aprendida, pero desgraciadamente no lo es, porque no siempre el cambio de mentalidad que implica igualmente transformar prácticas en el hacer marchan con la celeridad que necesitamos. Es una clara verdad.
Todo está relacionado: sentido de pertenencia, identificación de prioridades, vínculo permanente con el pueblo para saber qué está pasando y cómo se piensa, control popular.
Por eso es tan importante trabajar con la opinión del pueblo, no por gusto la Comunicación Social que, tiene múltiples maneras de manifestarse, es uno de los pilares del ejercicio del Gobierno, y no sólo se trata de comunicar, sino de hacerlo bien que significa interactuar, escuchar, trasladar y por supuesto buscar la salida más adecuada.
El barrio es esencial y hoy, en época de muy limitados recursos, se hace muy necesaria la participación popular que requiere primero identificar los planteamientos de los electores, consensuar el debate sobre cómo resolverlos y sus prioridades, y retornar ese debate de las Asambleas Municipales del Poder Popular al barrio, para que no solo se conozca, sino también para lograr mayor participación desde el principio de aprender haciendo, participando.
Eso se denomina el Gobierno en la calle, ser proactivos, pensar desde el pedacito donde cada responsable realiza su actividad.
No solo se necesita del compromiso, que es punto de partida, sino también de la capacidad para concretar ese compromiso en una labor de conducción de procesos que hale al resto del colectivo y lo conduzca hacia puerto seguro.
Es clave en nuestro empeño para lograr avanzar como necesitamos en el 2023, con indicadores y metas concretas, medibles y posibles de alcanzar.
Inteligencia, creatividad y pensamiento innovador no deben faltar.