Tras reunirse con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, el presidente panameño, José Raúl Mulino, anunció que Panamá no renovará el memorándum de entendimiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, firmado con China en 2017.
De acuerdo a un comunicado del Departamento de Estado de la nación norteña, Rubio informó a Mulino y al ministro de Exteriores panameño, Javier Martínez-Acha, sobre la postura del presidente Donald Trump, quien considera que la influencia y el control de China en el área del canal de Panamá es una supuesta amenaza y una violación del Tratado de Neutralidad Permanente y Funcionamiento del canal de Panamá, dejando claro que la situación es inaceptable y que, sin cambios inmediatos, Washington tomaría medidas para proteger sus derechos según el tratado.
En una rueda de prensa, Mulino afirmó que el canal es operado por Panamá y seguirá siéndolo, destacando que la reunión fue respetuosa y cordial. También explicó que los puertos chinos son auditados por la autoridad panameña y aseguró que no hay amenazas sobre el control del canal o intervención militar estadounidense, reafirmando la soberanía de Panamá.
El presidente Trump ha expresado su intención de «recuperar el canal de Panamá» y ha reiterado que su gobierno intentará hacerse con el control de esta importante vía marítima, pese a que dos días antes de la llegada de Rubio, Mulino recordó que Panamá es un país soberano y su canal es neutral.
La visita de Rubio a Panamá fue la primera escala de una gira que lo llevará a El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, ante la que Analistas políticos advierten que Washington está reeditando la política del “gran garrote” del siglo XX, basada en el uso de la fuerza y la coerción para someter a los países de la región.
Mientras tanto, la movilización social en Panamá y en otros países latinoamericanos exigen la soberanía regional y el derecho de los pueblos a decidir su propio destino.