Por: Margarita Piedra Cesar/ TV Santiago
El 7 de diciembre de 1989, justo cuando se cumplían 93 años de la muerte en combate del Lugar Teniente General, Antonio Maceo Grajales, se llevó a cabo en los 169 municipios cubanos las honras fúnebres de los restos de los más de 2 289 combatientes internacionalistas caídos en el cumplimiento de solidarias misiones en otras tierras del mundo, sobre todo en África.
Entre el 24 de noviembre y el 4 de diciembre de 1989 fueron trasladados a Cuba los restos de los caídos, luego que especialistas del Instituto de Medicina Legal de nuestro país realizaran una minuciosa labor de identificación de cada osamenta o cadáver, en el lugar donde se encontraban sepultados.
Hasta ese momento, las difíciles condiciones impuestas por la guerra no habían permitido el traslado al país de los combatientes o civiles cubanos, que murieron cumpliendo misiones en naciones como Angola, Etiopía y Nicaragua, entre otros, situación que resultó muy dolorosa entre los familiares por los tantos años de espera por los restos de sus seres queridos.
No fue hasta el 7 de diciembre de 1989 que mediante la Operación Tributo los restos de los 2 085 combatientes muertos en operaciones militares y 204 fallecidos en colaboraciones civiles, recibieron e homenaje de toda la población cubana que con tristeza acompañó a los mártires de la Patria hasta el panteón de los caídos, levantados en los municipios de residencia de cada uno de ellos.
La ceremonia central de esta luctuosa jornada se llevó a cabo en El Cacahual, junto a la tumba del Titán de Bronce Antonio Maceo, y su ayudante Panchito Gómez Toro, a la cual asistieron los presidentes de las Repúblicas de Angola y de Cuba, José Eduardo Do Santos y el Comandante en Jefe Fidel Castro, respectivamente.
Al despedir el duelo, Fidel expresó: “Ellos murieron por el internacionalismo. Ellos murieron por el Socialismo. Ellos murieron por la Patria revolucionaria y digna que es hoy Cuba. ¡Sabremos ser capaces de seguir su ejemplo! Para ellos ¡Gloria Eterna!”
Esas palabras del líder de la Revolución cubana el 7 de diciembre de 1989, siguen siendo hoy 34 años después el mejor tributo a los hombres y mujeres cubanos que entregaron sus valiosas vidas en otras tierras del mundo. (Tomado de: TV Santiago).
Operación Carlota
La Operación Carlota fue el nombre con el cual se conoce a la ayuda militar internacionalista prestada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba a la República Popular de Angola, con el objetivo de preservar su independencia e integridad territorial.
Además, buscaba impedir una invasión de Sudáfrica por su frontera sur, país que junto a los Estados Unidos y el gobierno de Mobutu en Zaire, armó a las fuerzas antigubernamentales de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), encabezada por Jonás Savimbi, promoviendo una invasión por diferentes puntos del país para evitar la consumación de la independencia.
La Operación comenzó oficialmente el 4 de noviembre de 1975, cuando, al enterarse el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro de la muerte de asesores militares cubanos en Caporolo, tras un enfrentamiento con fuerzas invasoras, ordenó el traslado de las primeras unidades de combate, por vía aérea y naval, iniciándose así una de las más singulares hazañas militares de la historia moderna.
Entre ese año inicial y 1991, alrededor de 300 mil cubanos participaron en la epopeya y dos mil perdieron la vida en la contienda, cuyos restos fueron repatriados a Cuba durante la mencionada Operación Tributo. Otros 50 mil colaboradores civiles también brindaron su aporte solidario.
La misión militar cubana en Angola fue decisiva para preservar la independencia total del país. También logró la independencia de Namibia y el fin de la política del Apartheid en Sudáfrica.