París, Francia- Cuando Lorenzo Pérez Escalona salió de la piscina situada en la Defensa Arena, alrededor de las 5:35 minutos de la tarde hora de esta ciudad, se despedía de la Paranatación uno de los grandes atletas del deporte paralímpico de Cuba, quien a base de tesón, fuerza de voluntad y un talento natural, alcanzó 4 preseas en estas citas, incluida una de oro en Río de Janeiro 2016.
En el mar dio sus primeras brazadas en la natación, específicamente en su municipio natal, Niquero, en la provincia de Granma. Lorenzo (38 años) no se despidió como soñó de la capital francesa, con una medalla, pero se va tranquilo porque escribió su nombre con letras doradas en las albercas.
Esta figura emblemática del deporte para personas en situación de discapacidad asistió a sus 4tos Juegos Paralímpicos, alcanzando preseas en dos de ellos, Londres 2012, con una plata y un bronce, además en Río, se llevó un título y un metal bronceado.
En la final de los 400 metros, categoría S6, se ubicó en el 7mo puesto, con un crono por debajo de sus mejores marcas, 5:23:52, minutos. “Estas citas paralímpicas son una gran fiesta deportiva, todos los que estamos en este movimiento, soñamos con estar presente, ya son mis 4tos, que serán los últimos en la natación. Pienso irme para el Atletismo, en el área de los lanzamientos”.
Lorenzo agradece las horas que le dedicó su entrenador. “Ernesto Garrido Oliva, es el paradigma más grande que tiene la natación paralímpica cubana, yo estoy orgulloso de haber sido su discípulo, de estar bajo su sombra y su mirada”.
Ernesto Garrido fue el primer medallista de la paranatación cubana en estas citas, obtuvo plata en Barcelona 1992, en los 50 metros libres, categoría S10.
El “pinto” como lo llaman sus amigos del deporte, no puede evitar emocionarse cuando habla de Lorenzo. “Todo ha sido basado en un respeto, una disciplina, una abnegación, la vida me dio la posibilidad de unirnos y con él pude cumplir sueños que no logré como atleta”.
Garrido se refirió a la cantera en la paranatación. “Tenemos cuatro niñas entre 12 y 13 años, pero queremos empezar el trabajo desde cero y recoger los frutos a largo plazo”.
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