París, Francia: Quién le iba a decir a la “niña” de solo 16 años de edad que debutó en los Juegos Paralímpicos de Beijing en el año 2008, que incluso volvió a casa sin presea, que se convertiría en la “reina de las pistas” entre las personas en situación de discapacidad.
Omara Durand (T12) ganó este jueves su décima medalla de oro en estas citas, segunda aquí en la conocida ciudad luz. Uno lo dice fácil, pero se trata de una vida de sacrificios, de una mujer que se alejó de las pistas para ser madre, que regresó con la visión más deteriorada, más peso corporal.
Sin embargo volvió con más ímpetu, con la fuerza inacabable que le dio ser la mamá de Erika, con un lazarillo que le acompaña en todo momento y que es tan sacrificado como ella.
No por esperado, se deja de disfrutar al máximo este nuevo triunfo de Omara y su compañero en las pistas, Yunior Kindelán. En la final realizaron el mejor tiempo de la temporada, con 11.81 segundos.
“Sabemos que se esperaba, pero ya cuando se concreta el resultado, las sensaciones son diferentes. Estoy muy contenta con mi décima medalla de oro, son bastantes, pesan en mi cuello, en mi corazón”.
Omara y Yunior ya han salido seis veces a la pista violeta del Stand de France. Aun le restan otras tres carreras. “Verdaderamente es desgastante lo que estamos haciendo, ya tenemos seis carreras encima, a veces hemos tenido menos de 24 horas de recuperación entre una y otra”.
La estelar paraatleta reiteró que su prueba preferida son los 200 metros. “Me encanta correr los 200 metros, ahí serán otras tres, como se sabe ya tenemos tres encima, pero vamos por esa otra corona”.
Omara tiene 10 títulos paralímpicos, ella tiene a Cuba en el olimpo, sin embargo nunca se niega al periodista insistente, es la amiga sincera que se alegra por los triunfos de Mijaín, es la diputada que se prepara, que atiende sus responsabilidades.
Omara es sencilla, modesta, alegre, Omara también es Cuba, tan heroica y cálida como su natal Santiago.
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