Aroldo García Fombellida
Corresponsal de Radio Rebelde
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La Plaza de Holguín se llenó de convicciones
27 de Julio del 2009, 11:58 a.m.
Holguín, Cuba. - Siete de la mañana del lunes. Transcurrieron veinticuatro horas exactas. El acto nacional de este año para conmemorar el aniversario 56 de lo que en síntesis los cubanos llamamos El Moncada, y que es mucho más que eso, ya es historia.
Siete de la mañana del lunes, aunque parece domingo. En Cuba es día feriado.
En Holguín, hoy, es el tema de toda conversación...¡ que clase de acto compay !
Había que llenar la Plaza...y se llenó. Y si hubiera sido más grande, también, me dijo un vecino.
Es que, con las razones y las convicciones unidas como ingrediente principal, resultaba un hecho seguro. El 2008 iba terminando muy bien en Holguín. En julio, el panorama resultaba muy bueno. Los resultados se calificaban de notables.
Pero adentrándose el año, ahí estaba la etapa peligrosa del Caribe. Hasta el aún cercano septiembre, hace apenas diez meses, los holguineros siempre vieron pasar los huracanes desde lejos. Pero el Ike, quiso sumar, en solo unas horas, todas las posibles cuentas anteriores, y lo logró.
Literalmente le pasó por encima a Holguín, y descargó su furia. Fue aquella del 8 de septiembre, una mañana triste y gris. Ciento veinticinco mil viviendas destruidas no es cosa de juego, y si se le suman cifras centenarias de escuelas, de bodegas, de almacenes. Era como para decir...Por dónde empezamos caray??...y lo peor...con qué contamos?
Pero haber nacido en la misma tierra que el general Calixto García Iñiguez es privilegio. Y haber nacido en la misma tierra de Fidel y Raúl Castro es premio que se lleva en el corazón. La palabra derrota no es conocida aquí.
Aquella misma noche, oscura y lluviosa entraban por la calle principal de Banes, municipio grande y casi destruido, los primeros recursos materiales enviados por la máxima dirección del estado cubano.
Más allá de esos imprescindibles recursos materiales, resultaba ostensible, palpable y cercano, el principio de que la Revolución no deja a ninguno de sus hijos desamparado.
Por eso los holguineros no se amilanaron, ni se derrotaron. Harían falta verdaderas proezas laborales. Y se hicieron. Harían falta hazañas. Y se hicieron. De lo que si estoy seguro es que aquí nadie pensó en hacer mucho para ganarse un premio, ni para ganar la sede de un acto nacional.
De lo que si estoy seguro es que aquí todos tuvieron por delante el enorme desafío de convertir en victoria el golpe, brusco y devastador, dado en solo unas horas por la fuerza de la naturaleza. Miles de coterráneos lo necesitaban. Y la justeza de la Revolución volvió a aflorar. Y Holguín ganó la sede nacional del
26 de Julio.
Ayer, a la salida de la plaza, vi al ingeniero Chiong, joven y talentoso. Es el Delegado en Holguín del Ministro de Comunicaciones e informática. Lo vi feliz.
Chiong es uno de entre tantos profesionales formados por la Revolución.
Al pasar, alcancé ver, apretado sobre su pecho, el diploma de cristal recién recibido, durante el acto en la plaza.. Ni multiplicando su tamaño infinitamente, sería posible incluir todas las hermosas cuotas de insomne trabajo de sus compañeros de las comunicaciones y la informática para restablecer toda la destrucción dejada a su paso por el Ike.
Como Chiong miles...decenas de miles...y mucho más. Había que llenar la Plaza de Holguín, y se llenó...de convicciones. |