Minoska Cadalso Navarro
Corresponsal de Radio Rebelde
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Todo el que viole el derecho del pueblo debe ser castigado
1ro de Julio del 2009, 1:15 p.m.
Santa Clara, Cuba.- “Soy de la ciudad de Tegucigalpa, capital del país. Y he visto cómo Zelaya ha tratado de marcar una diferencia con respecto a los otros gobernantes. Estoy en contra de lo que está sucediendo allí”. Así dijo al colega Yandrey Lay, la hondureña Kenia Acosta, residente en la especialidad de Dermatología en Villa Clara.
Todos los centroamericanos repudiamos los últimos zarpazos de la derecha hondureña. Nadie puede estar de acuerdo con esa actitud retrógrada. Sencillamente es una muestra de terror, de pánico. La élite le teme al cambio. Son manotadas de desesperación: armar todo este caos por una pregunta, una encuesta. Están seguros de que la consulta va a ser positiva y por eso el temor.
Esta élite se ha mantenido en el poder desde hace años. Sin importar al partido que pertenezcan. Todo va a parar a los mismos bolsillos.
Ahora mismo yo no sé nada de lo que sucede allá, nada sobre mi familia. Supimos, por la embajada de Honduras, que los hondureños están muy desinformados.
Pero nosotros, gracias a la televisión cubana y venezolana, tuvimos información desde ayer hasta bien entrada la madrugada de hoy. En la propia Honduras hay una desinformación tremenda. Allá se fue la corriente y cortaron muchos canales de televisión. Lo único que vieron es la toma de poder de este hombre. Seguro que con la armada dándole ánimos.
Una amiga de nosotros pudo comunicarse con su mamá. Le decían: “El presidente Zelaya dimitió» y mi amiga le rectificaba: «No, está reunido con los dirigentes del Alba”.
En Honduras todo es rumores, no se ha televisado nada. Todavía piensan que el presidente está en Costa Rica y que tienen detenida a la canciller, Patricia Rodas.
La gente no se creyó lo de la renuncia, a pesar del documento que falsificaron.
Imagínate, estaba firmado del día 25 cuando Zelaya todavía luchaba por mantenerse.
En la capital de Honduras uno vive con temor. Mi esposo es salvadoreño y tenemos un niño que nació en Cuba. Mi esposo se enteró conmigo de que El Salvador no es el país más violento de América. Es Honduras. Hay mucha violencia y te hablo de los robos, de los asesinatos y las pandillas. No hay tranquilidad.
Me han sucedido una cantidad de cosas que mejor ni te cuento. A los doce años me pusieron un cuchillo en el cuello y me dijeron: “Ni hables”. Se llevaron todo lo que tenía.
En Honduras todo está parcelado. Usted puede ver dónde está la miseria y la gente rica, agrupados. Mira, yo soy de la primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM). Y es duro lo que usted puede ver allí. Hay mucha gente que no tiene acceso a la medicina, a nada.
La reacción va a tener que retroceder porque uno no puede violar la ley y quedar impune. Violaron todos los principios. Todo el que viole el derecho del pueblo debe ser castigado”. |