Aroldo García Fombellida
Corresponsal de Radio Rebelde
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El cumpleaños holguinero de una heroína cubana
27 de Julio del 2009, 11:54 a.m.
Holguín, Cuba.- Fue como la extensión de una histórica jornada. Apenas un rato después de concluir en la Plaza de la Revolución Mayor General Calixto García el grandioso acto de conmemoración nacional por el aniversario 56 del Moncada, una de sus protagonistas, Melba Hernández, recibió una sorpresa muy especial. Melba está de cumpleaños, y el privilegio enorme de tenerla por unas horas en Holguín no podía pasar inadvertido. Fue, en resumen, una tarde colmada de alegrías. Niños, jóvenes y el pueblo holguinero festejaron junto a la heroína del Moncada su 88 cumpleaños.
Saludada con besos infantiles y de sus compañeros de la gesta del Moncada, que también asistieron al acto central por el Día de la Rebeldía Nacional, Melba disfrutó la felicidad de un momento inolvidable para todos los asistentes.
La combatiente que compartió con Haydeé Santamaría Cuadrado la representación de las mujeres cubanas en la acción de la mañana de la Santa Ana de 1953, fue inundada entonces literalmente de regalos y flores, muchas flores para uno de los pétalos más queridos de la Revolución.
Un álbum con fotografías de su paso por el hotel El Bosque y Holguín, firmada por moncadistas y expedicionarios del Granma, la totalidad de los trabajadores de esta instalación del turismo y muchos de los presentes, estuvo entre los obsequios.
También recibió los de la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de
Combatientes de la Revolución Cubana, la Unión de Jóvenes Comunistas, la Federación Estudiantil Universitaria, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, la Asociación Hermanos Saíz, y las máximas autoridades políticas y del gobierno en la provincia de Holguín.
El cumpleaños de la heroína tuvo además la participación de las jóvenes artistas del Ballet Español de Holguín y los de la Casa de la Cultura Manuel Dositeo Aguilera junto a actores del teatro Alas Buenas.
Razones convincentes en un manojo humilde de nobles ofrendas, esas que hicieron brotar en la querida Melba Hernández aplausos y no pocas sonrisas, en una tarde llena de alegría, amor y fervor revolucionario. |