Texto y fotos: Carlos Sanabia Marrero
Corresponsal de Radio Rebelde
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El altar de Abel en Santiago
23 de Julio del 2009, 10:30 a.m.
Santiago de Cuba.- Como parte de un conjunto monumental de incalculable valor histórico, se erige el Parque-Museo Abel Santamaría sobre los restos del hospital civil Saturnino Lora que fue construido en la segunda mitad del siglo XIX.
Bajo los códigos del estilo neoclásico y funcionando en sus inicios como hospital militar, sufrió cambios en la década de l940 en su fachada y algunos pabellones.
En el año 1953 el lugar fue escenario de dos hechos históricos de trascendental importancia: el 26 de julio Abel Santamaría Cuadrado con 22 combatientes, entre los que se encontraba el doctor Mario Muñoz y las compañeras Melba Hernández y Haydeé Santamaría, toman el hospital para apoyar el asalto al cuartel Moncada.
Abel, segundo jefe de la acción dirigida por Fidel, fue delatado y hecho prisionero. Trasladado a las mazmorras del Moncada sufrió crueles torturas llegando sus verdugos al paroxismo de arrancarle los ojos, pero ni una palabra que pusiera en peligro al resto de sus compañeros.
De él diría Fidel: “…Abel Santamaría, el más generoso querido e intrépido de nuestros jóvenes, cuya gloriosa resistencia lo inmortaliza ante la historia de Cuba”.
El conjunto monumental recoge también lo acaecido el 16 de octubre de 1953 en la sala de estudio de la escuela de enfermería, anexa al hospital, donde fue juzgado el doctor Fidel Castro Ruz por los sucesos del Moncada y donde pronunció su alegato de autodefensa conocido mundialmente como “La Historia Me Absolverá”.
El Museo Abel Santamaría Cuadrado se inauguró el 26 de julio de 1973 y a través de siete salas expone mobiliario original del antiguo hospital, fotos y objetos personales de combatientes que participaron en la acción, exponentes vinculados a la historia del lugar, la toga original utilizada por Fidel Castro Ruz en las sesiones del juicio y una muestra grafica de los problemas denunciados en su alegato histórico.
Un patio interior de forma simbólica, evoca con veinte palmas reales a los jóvenes protagonistas de la acción asesinados en el cuartel Moncada.
En el patio exterior y frente a una de los pabellones del antiguo hospital destinado a la biblioteca municipal de Santiago de Cuba, se yergue una fuente donde convergen cien surtidores de agua como emblema de pureza, unidad y fuerza de los ideales de la Generación del Centenario del natalicio de José Martí, de quien el museo atesora estas palabras:
“Hay un límite al llanto sobre la sepultura de los muertos y es el amor infinito a la patria y la gloria que se jura sobre sus cuerpos y que no teme ni se abate ni se debilita jamás, porque los cuerpos de los mártires son el altar más hermoso de la honra”.
Fuente: Centro Patrimonio. |