Miozotis Fabelo Pinares
Corresponsal Rebelde
Moncadistas en Camagüey
22
de Julio de 2008, 3:45p .m.
Camagüey, Cuba.- Alicia García Font, es una tunera que desde hace casi 60 años se trasladó con sus padres a esta localidad, vecina de su pueblo natal, en el centro oriente del país.
En la década de 1940, Alicia matricula en la Universidad de La Habana, entonces un privilegio para muchos jóvenes, y especialmente para las muchachas. Allí conoce al estudiante Fidel Castro Ruz, con quien comparte ideales.
En junio de 1953, un mes antes de los sucesos del Moncada, Alicia García Font se gradúa y regresa a Camagüey, donde residen sus padres, dueños del Hotel América, en la céntrica calle Avellaneda.
Pero la joven no pierde el vínculo con Fidel y la Juventud Ortodoxa, a pesar de la oposición del padre español, y cuando en julio llegan cinco compañeros pidiendo ayuda para continuar viaje hacia la ciudad de Santiago de Cuba, ella no duda en colaborar:
"Yo lo hice a espaldas de él. Yo estaba graduada, pero mantenía el contacto con antiguos compañeros. Ellos llegaron a mi casa, en Lope Recio, casi esquina a San Esteban, en el centro de Camagüey. Fueron a saludarme, como amigos, y ex-condiscípulos de la Universidad. Todo fue muy normal: los invitamos a merendar, y estuvieron allí varias horas, cantamos, tocamos el piano, nos divertimos muchísimo; pero, a la hora de dormir no podían quedarse en casa, porque como eran varones, mi papá no lo permitía. No obstante, él me dijo:
--"Hija, lo que ellos necesiten está bien, pero en el Hotel."
De esa manera, y por intermedio de la amistad con Alicia García, los cinco jóvenes revolucionarios se alojaron en el Hotel América, de la ciudad de Camagüey.
"Y allá se hospedaron, hasta que al otro día, de madrugada, se fueron en un ómnibus de la ruta Santiago-Habana, con vistas a reunirse para los preparativos del asalto al Cuartel Moncada.
Hoy, en la fachada del viejo edificio, convertido en Recinto Académico de la Universidad de Camagüey, una tarja recuerda el hecho:
El 25 de julio de 1953 estuvieron en este lugar, procedentes de La Habana, en un ómnibus Santiago-Habana, cinco jóvenes que se dirigían a Santiago de Cuba, con el fin de participar en el asalto al Cuartel Moncada.
Desde los años juveniles, en la Universidad de La Habana, Alicia confiaba en Fidel: "Yo sí, porque siempre vi en él unas cualidades y unas actitudes, y una inteligencia extraordinaria; porque él no solamente es una persona capacitada que estudió la Carrera de Derecho, sino porque en él se reúnen, además, sentimientos humanistas, solidarios. El ayudaba mucho a los compañeros que no tenían las posibilidades económicas de él, nunca hizo ostentación de su posición, al contrario, prestaba libros, pagaba la matrícula de quienes no podían; y siempre estaba atento a lo que pudiera surgir alrededor de él. En realidad yo siempre vi en él un ser privilegiado. Esa es la verdad."
Hoy, Alicia García Font ya transita por la tercera edad; pero el brío de la juventud no la abandona para hablar de Fidel y su Revolución.
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