En Pedro Díaz Coello...un regalo especial
17 de Julio del 2009, 9:50 a.m.

Holguín, Cuba.- Algunos lo llaman el bosque, quizás por la ubicación geográfica de la zona,...otros,  Pedro Díaz Coello, su denominación oficial y nombre glorioso de un mártir de las Pascuas Sangrientas de 1956.

Lo cierto es que se trata de un enorme distrito al este de Holguín, distante unos cinco kilómetros del centro de la ciudad. Hace treinta años como promedio, el bosque  se fue llenando de edificios multifamiliares, de cuatro o cinco plantas...un supermercado, una escuela primaria, una secundaria, una policlínica, algunas pocas calles, unas  pocas luminarias esquineras...y nada más.

Se trataba de una clásica ciudad dormitorio donde, desde un simple corte de cabello, un minúsculo ofrecimiento gastronómico, o cualquier otra cosa  era necesario  buscarla...al pueblo como todos llamaban al centro de la enorme ciudad de Holguín.

Pero hace menos de dos meses, de pronto, todo empezó a cambiar en Pedro Díaz Coello. En realidad, la llegada del período especial detuvo la marcha de muchos de los planes y proyectos sociales concebidos. Sin embargo, con un esfuerzo  extraordinario del gobierno en la Provincia de Holguín, y una decisiva visión política del asunto, viene haciéndose realidad en  estos días, previos a la celebración nacional aquí del 26 de Julio, la ejecución del definitivo y necesario programa para la reanimación urbanística del reparto.

En medio del bullicio de camiones y equipos de la construcción, aparece a cualquier hora y en todos los sitios de labor, pues conste que es grande el área de trabajo, el ingeniero Gil Ricardo Ricardo, coordinador general de la obra, quien nos informa que se trata de la ejecución de unos 28 objetivos, encaminados hacia la reparación y restauración de decenas de inmuebles multifamiliares, instalaciones de salud, educación y comercio, así como vinculadas al trazado urbanístico de la zona.

Entre las acciones recibidas con mayor beneplácito por el vecindario figuran la impermeabilización de las azoteas de edificios multifamiliares, la pavimentación de calles, la construcción de más de  aceras y contenes, así como la colocación de luminarias en exteriores.

Es realmente una infraestructura que transforma totalmente la zona, llenándola de utilidad, belleza, y colorido, hasta con flores y plantas nuevas delante de los ahora  recién pintados edificios.  Incluso, no obstante la serias limitaciones económicas y materiales, hasta  las paredes interiores de los apartamentos reciben ahora el beneficio de  poder repararles fugas hidráulicas y otros sensibles problemas de las deterioradas redes hidrosanitarias.

El vecindario ha sido beneficiado con el acercamiento de servicios gastronómicos y del comercio. Una variada oferta expende ya la flamante  pescadería del lugar, mientras la adquisición de productos del agro ha sido solucionada con la organización de ferias, los fines de semana.

A lo hecho en los edificios multifamiliares se suma además  la reanimación de la escuela secundaria Oscar Ortiz y la reparación de la primaria Simón Bolívar.

También se restauran el policlínico, la farmacia y dos consultorios del médico de la familia y para la recreación de los habitantes del reparto, se terminan varias opciones. En el pequeño pulmón verde del reparto podrá disfrutarse de un parque recreativo, una cancha deportiva para la práctica de pelota vasca, un mini terreno de béisbol, y hasta se logra la  recuperación del vetusto anfiteatro que era utilizado en sus mejores tiempos para la proyección de películas de 35 milímetros. Lo cierto es que el Distrito holguinero Pedro Díaz Coello va cambiando su fisonomía... y para bien.

Esta nueva obra de la Revolución es además un hermoso regalo a los  hombres y mujeres que  en cifra mayor a 30 mil, residen desde hace años en este barrio. 

Gente humilde de pura cepa, que nunca pusieron por delante las reales carencias y necesidades de su barrio, para integrar ese vanguardista destacamento que ganó, y merece, la sede nacional del 26 de Julio este año.