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La
Habana,
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Nuestro único
deber es luchar, trabajar con inteligencia y tesón
para vencer las dificultades y seguir adelante
Granma
Octubre 9 del 2007, 10:00am
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Compañero Raúl,
Compañeros del Partido y el Gobierno,
Familiares del Che y demás combatientes internacionalistas
caídos en Bolivia, Combatientes de la Revolución,
Villaclareños, compatriotas:
Han pasado ya 40 años desde la caída
gloriosa del Che y sus hermanos de lucha en Bolivia,
y 10 años desde aquellas jornadas memorables
en que todo el pueblo de Cuba, y en particular los
hijos de esta heroica ciudad, recibimos y depositamos
en este monumento los restos de los guerrilleros
caídos. Nuestra Patria, en 1997, atravesaba
todavía circunstancias muy difíciles
del Periodo Especial, muchas de las cuales, o sus
secuelas, persisten hoy, porque no se pueden eliminar
a corto plazo, y Fidel, desde esta misma tribuna,
al concluir aquel acto, nos decía que teníamos
que recibir al Che y a sus compañeros como
a un destacamento de refuerzo, como combatientes
que venían a fortalecer nuestra moral, nuestra
conciencia, nuestra determinación de vencer
cualquier obstáculo, y a sumarse con su ejemplo
a la batalla colosal en que estaba enfrascada la
Revolución.
Fidel, con su capacidad para ver mejor y más
lejos, nos estaba advirtiendo entonces que se abría
por delante un esfuerzo largo y difícil, y
que las ideas del Che, el legado de sus compañeros,
no eran una página de la historia que dejábamos
atrás, sino un elemento vivo que debía
estar presente en nuestras tareas actuales, en cada
paso que damos, en cada posición que adoptamos.
¿Ha cambiado el escenario que el Comandante
en Jefe divisaba hace una década?
¿Vivimos acaso hoy unas circunstancias muy
diferentes, en las que ya aquellas palabras han perdido
actualidad?
Esas son las primeras preguntas que como revolucionarios
leales y sinceros debiéramos hacernos en este
día tan lleno de historia, tan lleno de recuerdos,
que se asocia en nuestra mente a la figura entrañable
y extraordinaria del Che y a aquel grupo selecto
de veteranos del Ejército Rebelde, que unidos
a luchadores bolivianos, peruanos, y a la argentina-alemana
Tamara Bunke "Tania la Guerrillera", protagonizaron
uno de los capítulos más heroicos de
la historia de este continente.
La respuesta es que no, que todo lo previsto por
Fidel, todo lo que él nos pedía, no
solo se mantiene aún, sino que nuevas circunstancias
han surgido para complicar y tornar mucho más
difícil y peligroso aún el panorama.
NO ES ESTA LA HORA DE DERROTISMOS,
NI DE OPORTUNISMOS NI DE ESPERAR A QUE VENGA
ALGUIEN A PERDONARNOS LA VIDA
En 1997 no teníamos en la Casa Blanca
a Bush y a su camarilla fascista y rabiosamente
anticubana.
No habían ocurrido los acontecimientos del
11 de septiembre y la justificación patriotera
que ellos brindaron para que el Gobierno de Estados
Unidos declarara la amenaza de guerra sorpresiva
y preventiva contra 60 o más oscuros rincones
del planeta.
No se había disparado a los niveles actuales
la loca escalada de los precios del petróleo,
que encarece los precios de alimentos y mercancías
de todo tipo, y virtualmente arrasa con las economías
de los países más débiles.
No había surgido el nefasto proyecto de los
biocombustibles y el impacto que este trae para países
que, como el nuestro, tienen una alta dependencia
de las importaciones de alimentos.
Teníamos la política hostil de Washington,
y esta no ha dejado de recrudecerse un solo instante
en estos 10 años.
Teníamos el bloqueo, y este no ha dejado de
hacerse más intenso y más cruel cada
día en este periodo.
Teníamos la guerra ideológica y psicológica,
y el imperio en estos años no ha hecho otra
cosa que tratar de refinarla para penetrar y desarmar
moralmente nuestra causa.
Teníamos las leyes Torricelli y Helms-Burton,
y ellas no solo no han sido levantadas sino fortalecidas
con nuevas enmiendas, campañas y medidas.
Teníamos un mundo ya complejo, inestable,
ingobernable, pero hoy tenemos además un mundo
en guerra, con Iraq y Afganistán como escenarios
del intervencionismo más descarado y el genocidio
más brutal.
El gobierno de Estados Unidos, en alianza con la
mafia batistiana y terrorista, no renuncia a su política
obstinada de destruir la Revolución, aplastar
la independencia de nuestra nación, implantar
un régimen de tipo colonial en Cuba, y para
lograr esos objetivos esgrime un abanico de medidas
en el que no faltan los planes de contingencia de
tipo militar. Altos funcionarios de la administración
Bush han declarado públicamente que no tolerarán
una transición revolucionaria en Cuba, aunque
no han podido ni podrán crear las premisas
que pudieran servirles como pretexto para lanzar
semejante aventura.
Nuestra defensa es hoy más fuerte, está
más alerta que nunca, y el país no
escatima ni escatimará los recursos materiales
y humanos que requiera su constante elevación.
Si esas son las circunstancias, no es esta la hora
de derrotismos, ni de oportunismos ni de esperar
a que venga alguien a perdonarnos la vida.
Si somos los revolucionarios cubanos que somos, los
que hemos resistido rodilla en tierra a doce administraciones
yankis, los que rechazamos y derrotamos a los ejércitos
del Apartheid, nuestro único deber es luchar,
trabajar con inteligencia y tesón para vencer
las dificultades y seguir adelante.
Hace 10 años no habíamos sufrido el
duro golpe de la enfermedad de Fidel, nuestro guía,
el jefe capaz de atender al mismo tiempo un cúmulo
enorme de tareas. Él hoy se recupera y desarrolla
un papel insustituible de orientación con
su experiencia y sus ideas. Pero ante esta situación,
como él mismo reclamó en su Proclama,
nuestro único deber es unirnos más,
trabajar mejor y redoblar junto a Raúl y al
Partido todos los esfuerzos que tenemos ante nosotros.
Estamos en una hora de combate, y esta tiene que
ser por tanto la hora del Che, la hora de Camilo,
la hora de todos los que cimentaron con su sacrificio
el duro camino de la Revolución.
En las Reflexiones de Fidel, y en el discurso de
Raúl el pasado 26 de Julio, están las
claves de lo que podemos y debemos hacer.
Todo el país es en estos días un hervidero
de ideas. Se debaten muchos temas. Los planteamientos
del Comandante en Jefe y lo señalado por Raúl
en Camagüey han estimulado un amplio intercambio
en el seno del Partido, de los colectivos de trabajadores,
de todas nuestras organizaciones políticas,
de masas, juveniles y estudiantiles.
Lo que estas discusiones abiertas y francas pueden
darnos como saldo principal es una mayor comprensión
de los problemas, la búsqueda colectiva de
soluciones, que no podrán ser nunca mágicas,
que tienen que basarse en el trabajo, en la capacidad
del país para generar recursos, y que tampoco
pueden ignorar el bloqueo, sus costos y las posibilidades
reales que este nos deja.
Lo que esperamos de este debate es que nos ayude
a romper con la inercia, el dogmatismo y el estilo
burocrático, a desarrollar el enfoque creador,
a liberar donde estén trabadas las fuerzas
productivas y a lograr que nos acostumbremos a revisar
y actualizar críticamente las fórmulas
que aplicamos en la economía y en las distintas
esferas de nuestra vida, para que ellas se correspondan
con las realidades cambiantes del país y del
mundo.
Los problemas se resuelven con ideas, con organización,
con conciencia, pero también con recursos.
Todo no se podrá hacer de una vez. Todas las
necesidades que se planteen no podrán ser
resueltas de forma inmediata o simultánea.
LA DISCUSIÓN ES ABIERTA, Y LOS
REVOLUCIONARIOS, COMO NOS ENSEÑÓ EL
CHE CON SU EJEMPLO, TENEMOS QUE DISCUTIR ABIERTAMENTE
Nuestra agenda es hacer cuanto resulte sensato
y posible, eliminar lo que sea absurdo, consolidar
cada logro, asegurar cada día más la
plena soberanía del país, el socialismo
como fundamento de la independencia, y el desarrollo
material y moral que sirva de base al bienestar,
la justicia y la dignidad a que es acreedor nuestro
pueblo, y que jamás podrían siquiera
concebirse bajo las reglas del neoliberalismo ni
mucho menos bajo la bota yanki.
Hay una agenda revolucionaria, pero seríamos
ingenuos si no viéramos que el enemigo trata
desesperadamente de introducir su propia agenda en
esta discusión y, en general, en todo el tema
cubano.
Hay quienes de
modo consciente o inconsciente estimulan el desaliento,
promueven teorías peregrinas para la solución
de complejos problemas económicos y, peor
aún, crean la ilusión de que el conflicto
histórico entre Cuba y Estados Unidos pueda
resolverse por la vía de las concesiones unilaterales
o la espera de favores.
Habría que recordarles a algunos que al
parecer tienen poca memoria que, a lo largo de
doscientos años, y sobre todo a partir de
1959, siempre las acciones que crearon ese conflicto,
o lo agudizaron, provinieron de las ambiciones
y el afán de dominación de la clase
gobernante de Estados Unidos, y nunca de las aspiraciones
legítimas de independencia y libertad del
pueblo cubano.
No hubo una sola ocasión en que la moral,
la verdad y la justicia estuvieran de aquel lado,
sino del nuestro, como hoy lo vuelven a estar en
el caso de los 5 heroicos compatriotas condenados
por combatir el terrorismo dentro de los propios
Estados Unidos.
La discusión es abierta, y los revolucionarios,
como nos enseñó el Che con su ejemplo,
tenemos que discutir abiertamente.
Revolución socialista o caricatura de revolución,
dijo el Che en uno de sus trabajos, y señaló
de ese modo que en nuestra época, frente
al poder del imperio, no hay otra alternativa posible.
La Revolución la tenemos que hacer en lucha
a muerte contra el imperialismo, desde el primer
momento, le expresó a un compañero
con el que discutía en los últimos
meses de la lucha insurreccional. Luchar contra
el imperialismo dondequiera que esté, fue
el mensaje a Fidel en su carta de despedida. No
darle al imperialismo ni un tantito así,
es otra de sus más conocidas advertencias.
Esa claridad política, esa intransigencia,
es lo primero que todos debiéramos recordar
cada día, aunque lo cortés no quita
lo valiente ni renunciemos por eso a la posibilidad
del diálogo, si un día aparecen en
ese país gobernantes más realistas.
Y resumir esa actitud, para ahora y para siempre,
en la frase de Fidel: ¡Jamás tendrán
a Cuba!
UN PARTIDO DE PENSAMIENTO CREADOR,
UNIDAD COMBATIVA Y CAPACIDAD DE ACCIÓN: ¡ESE
ES EL PARTIDO DEL CHE!
El Che tiene que estar en nuestro esfuerzo
sostenido, incansable, capaz, dirigido a lograr
que la empresa socialista, sobre todo aquella
que abarca a los grandes medios productivos
y de servicios del país,
alcance los niveles de eficiencia y gestión
que necesitamos.
El Che y su sentido práctico, antidogmático,
tienen que ayudarnos a seguir buscando soluciones
socialistas, o compatibles con el socialismo, para
promover la producción de alimentos, el
empleo máximo del fondo de tierras, todas
las fórmulas sensatas que se puedan hallar
para el acopio, la comercialización, el
aseguramiento de los recursos productivos, en las
condiciones en que los elevados precios internacionales
de importación convierten a la agricultura
en un factor clave para el balance de la economía.
El Che tiene que estar en el empeño por
devolver a la condición de cuadro la jerarquía
moral, la autoridad política y administrativa,
la capacidad de decisión técnica
y las condiciones humanas que lo conviertan en
espina dorsal de la Revolución.
El internacionalismo se expresa hoy de nuevas formas,
no por ello menos generosas, valientes y meritorias
que las que tuvieron lugar en otras épocas.
Esa política no es dar lo que nos sobra,
sino compartir lo mucho o lo poco que tengamos
con aquellos que lo necesitan más que nosotros.
En ella se forjan los valores y los principios
que definen el perfil de nuestra sociedad. No renunciamos
ni renunciaremos nunca al ideal comunista. No tenemos
la menor duda de que nuestro camino al futuro no
está en alentar egoísmos, desigualdades
injustificadas o mezquindades. Ese es el camino
del capitalismo, que no tiene futuro.
Seguir el ejemplo del Che, inspirarnos en su espíritu
revolucionario, compenetrarnos a fondo con sus
ideas, significa hoy mirar hacia delante.
Un Partido de pensamiento creador, unidad combativa
y capacidad de acción: ¡ese es el
Partido del Che!
Una Juventud que sea arcilla fundamental de nuestra
obra, promesa de futuro y realidad presente: ¡esa
es la Juventud que quería el Che!
Combatientes que no bajan la guardia ni dejan de
prepararse un solo día para la defensa y
la seguridad del país: ¡ese es el
ejército del Che!
Un pueblo siempre con Fidel; Fidel siempre en el
corazón y en la voluntad de lucha de nuestro
pueblo: ¡esa fue ayer, es hoy y será
para todos los tiempos la Revolución del
Che!
¡Gloria eterna al Guerrillero Heroico y a
sus compañeros de batalla! ¡Vivan
la Revolución y el internacionalismo! ¡Vivan
Fidel y Raúl!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE! ¡PATRIA
O MUERTE! ¡VENCEREMOS!
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