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Daniel Núñez Aguiar  
Daniel Núñez Aguiar: El Fiñe puso la suya
Jorge Alfonso
Colaborador de Rebelde
17 de Julio de 2008, 1:45 p.m.


La Habana, Cuba.-Desde la llegada a la preselección nacional, con apenas 17 años de edad cumplidos (12 de septiembre de 1958), estatura de 1,55 metros y peso inferior a los 52 kilogramos, consiguió ganarse la admiración y las simpatías de sus compañeros, quienes rápidamente lo bautizaron "El Fiñe", apelativo dado en Cuba a los niños estudiantes de primaria.

En realidad, los atributos físicos del recién llegado no eran muy convincentes que digamos, pero el colectivo técnico valoró otras cualidades, sobre todo la voluntad y los deseos de triunfar en el exigente medio de las palanquetas y los discos.

Aunque Daniel nunca tuvo a mano antecedentes familiares de practicantes de esa disciplina, el desarrollo del XXVII Campeonato Mundial, celebrado en la Ciudad de La Habana (1973), constituyó la principal motivación.

Algún tiempo después confesó que dio los primeros pasos atléticos en la disciplina de clavados y conoció sobre el certamen mundialista a través de la pequeña pantalla.

El brusco cambio de actividad se produjo casi de inmediato observando las colosales actuaciones del iraní Mohammed Nassiri, monarca en los 52 kilogramos y, en especial, el esfuerzo realizado por su compatriota Javier González, sorpresivo conquistador de la medalla plateada en la modalidad de arranque y bronce en el biatlón en los 110 kgs.

Los progresos alcanzados en un discreto gimnasio del centro escolar capitalino Ciudad Libertad -por entonces vivía en el municipio habanero Marianao- aceleraron sus aspiraciones de convertirse en una figura de nivel mundial.

"El Fiñe" recibió las primeras enseñanzas en la preselección por cuenta del inolvidable Manuel Suárez, el cual en vida reconoció: "Núñez nunca perdió un segundo de aprendizaje y en las sesiones de entrenamiento cada día lo vi más entusiasmado y convencido de llegar bien lejos"

Sin embargo, transcurridas algo más de dos décadas del comienzo, el campeón olímpico recuerda con singular aprecio las palabras del desaparecido profesor y también agrega:

"Mi mayor dificultad la tuve en el ejercicio de envión debido a defectos técnicos en el momento de ejecutar el "clean" (halón)".

Cuba triunfó de manera inobjetable en la cita panamericana, Ciudad de México (1975), y los entrenadores confiaron en las potencialidades de Daniel Nuñez para incluirlo en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, como segundo competidor del patio en la división de los 52 kgs.

Por supuesto, el debutante no llevaba un compromiso serio, ya que el hombre de experiencia y resultados internacionales era el camagüeyano Francisco Casamayor.

Sobre la tarima del escenario canadiense el soviético Alexander Voronin salió victorioso al totalizar 242,5 kgs. , mientras los antillanos Casamayor (227,5) y Núñez (215,0) finalizaron en la quinta y octava posiciones, respectivamente.

Aquel encuentro con la élite, incluido su ídolo Nassiri, ocupante del tercer lugar (235,0), impusieron nuevos retos al optimista pensamiento del criollo.

Aun dentro de los límites juveniles, Daniel viajó a Stuttgart (1977) y en el territorio alemán elevó su registro del arranque a 12,5 kgs. en la división de 56 para agenciarse el primer éxito de envergadura.

Un par de semanas después participó en el campeonato nacional y el total de 252,5 (115,0 - 137,5) lo colocó a la altura de los mejores del orbe, entre ellos el búlgaro Norair Nurikyan (262,5), el polaco Grzegorz Cziura (252,5) y el japonés Ando Kenkichi (250,0), en ese orden los anteriores medallistas en Montreal.

De nuevo en un evento mundialista, esta vez en la estadounidense ciudad de Gettysburg (1978), logró la ansiada consagración al imponerse en el arranque 117,5 y el biatlón 260,0 kgs.

Las conocidas limitaciones en el envión lo llevaron al bronce (142,5), superado por Kenkichi (145,0) y otro polaco, Tadeuz Dembonczyk (142,5).

Cuando "El Fiñe" compitió en el Palacio de los Deportes Izmailovo, de Moscú, el 21 de julio de 1980, el público local sabía que el cubano era el adversario a derrotar por su favorito Yuri Sarkisian.

El soviético concluyó el arranque con discreto 112,5 kgs. y Daniel el tres convincentes demostraciones realizó (117,5, 122,5 y 125,0) esta ultima marca mundial. Aunque el duelo lo decidiría el envión, la diferencia parecía inalcanzable…

Núñez aseguró el primer intento del envión con 145,0 y en el segundo levantó 150,0. En apariencia no hacía falta más y dio un salto sorprendente.

Estaba seguro de que la medalla de oro era suya. Por otra parte, Sarkesian no se dio por vencido e igualó su propio récord mundial con 155,0 y lo superó posteriormente con 157,5, pero en el total quedó en 270,0 contra 275,0 del sonriente vencedor.

Al comentar los detalles del triunfo Daniel Núñez señaló: "Tenía que ser así, porque yo debía sacar ventaja en mi mejor ejercicio. Luchar en igualdad de condiciones equivalía a disminuir mis posibilidades".

La retirada de Daniel del deporte activo tuvo lugar en Las Tunas, mayo 7 de 1987, durante el VII Torneo Internacional Manuel Suárez In Memoriam.

En el momento del adiós dejó vigentes todas las marcas continentales en las divisiones de 56 y 60 kgs., así como las dos olímpicas impuestas en el arranque y el total en Moscú.

   
 
   
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