“Venezuela nos necesita”. Es la idea que sostiene Natalis Cruz Mendoza, de la provincia Granma, especialista en Tecnología Sistema Ultra Microanálitico para el Diagnóstico, conocido como SUMA.
Tiene 33 años y hace más de treinta meses llegó a cumplir Misión en la República Bolivariana de Venezuela. Esta joven Licenciada en Laboratorio Clínico advierte una seguridad y confianza en su mirada y sus palabras, con el convencimiento absoluto de que hace feliz hacer bien a la Humanidad.
Está en Caripe, municipio de difícil acceso, a tres horas de Maturín, capital del Estado Monagas. “Allí hay gente buena, agradecida, que ha crecido junto con los colaboradores médicos cubanos”, dice Natalis.
Y añade: “Tengo muchas anécdotas, este es un país con diferente cultura, donde no tenemos la misma manera de pensar, con tabúes acerca de nuestro trabajo, y sobre todo con mi especialidad, que no es tan común como el Laboratorio Clínico o la Medicina General”, señala.
Y esta joven, con Diplomado en Tecnología SUMA, habla con mucha pasión de su labor que le corre por las venas.
“La Tecnología SUMA esuna especialidad más desconocida, incluye exámenes avanzados, es una rama de Laboratorio Clínico que se encarga de las investigaciones de ámbito epidemiológico, para detectar enfermedades como Hepatitis C y B, el Programa de cáncer, Cáncer prostático, y la población no tiene mucha cultura sobre estos exámenes; sin embargo, he visto cuánto los pobladores han ido adquiriendo más conocimiento sobre lo que hacemos.
“Hay una gran diferencia en la afluencia de pacientes cuando llegamos en un inicio, y lo que sucede ahora, todo ello se debe a la profilaxis, hemos llegado a las comunidades, hablamos de la importancia de estos exámenes para adultos mayores, mujeres embarazadas, niños, hoy tenemos más personas que acuden a recibir nuestros servicios, comprenden lo que podemos hacer con exámenes preventivos y cómo evitamos males mayores y que no existan complicaciones”, señala.
Hoy, en una nación que ya le es entrañable, Natalís sigue mirando al futuro y guardará como una página hermosa de su vida estos años en que sirvió a sus hermanos venezolanos.
¿Qué te aporta Venezuela?
Aquí he aprendido a amar mucho más a mi país, la educación que recibimos, la superación profesional que tenemos en Cuba, a creer más en lo que tenemos y defender con más devoción lo que nos ofrece nuestra Patria, hoy soy una profesional más responsable”, añade.
Las nostalgias siempre están ahí, no se escapan cada minuto, cuando necesita más que nunca, abrazar a sus seres queridos.
“Es complicado aprender a vivir lejos de la familia, es difícil estar lejos de los seres queridos, se extrañan, a veces es triste saber que no estás ahí en momentos decisivos en que te necesitan; sin embargo, creo que mi estancia en esta tierra ha unido más a mi familia, muchas veces deciden no contarme los problemas cotidianos para que yo pueda cumplir mi misión satisfactoriamente, y eso es un estímulo que me hace continuar”.
¿Alguna historia que hayas vivido aquí y que no olvidarás jamás?
“Aquí en Venezuela he sentido el abrazo de hermanos, tuve un problema familiar, mi madre estuvo operada, y durante todo el tiempo de la operación que se extendió durante horas, tuve el apoyo de quienes estuvieron a mi lado, colegas cubanos, incluso pacientes venezolanos, así he constatado el fraternalismo y la compasión, el cariño que nos profesamos, gracias a eso estamos aquí hoy”.
Hoy Natalís establece un compromiso con su tierra natal y con la hermandad de esta América nuestra, que cada día se hace más grande
Tu voz va a llegar a Cuba ¿qué les dijeras a las cubanas y cubanos que puedan escucharte ahora mismo?
“Que vengan a Venezuela que van a tener una experiencia gratificante, de crecimiento personal y profesional, Venezuela los espera y necesita, Venezuela es una escuela”, concluye esta joven que lleva en su rostro el orgullo de la Patria.
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