Dieciséis años cumple la Misión Cultura Corazón Adentro, este 26 de abril, en una suerte de talismán para el pueblo venezolano, para beber en la savia de las raíces, hacer germinar las semillas en cada alma, y para crecer la nobleza de un país amante de la sensibilidad y el amor.
Esteban Alejandro Varona Pino, es un niño de La Colmenita Bolivariana y hoy agradece eternamente a los cultores de su país y a los instructores cubanos de arte haber despertado en él tantas emociones y conocer más su tierra.
“Esta misión nos ayuda a amar nuestro país, saber nuestras costumbres, trata de reunirnos con nosotros mismos, con nuestra identidad, orígenes y eso nos hace mejores personas. Le debo mucho a la Misión Cultura. Todo, porque la verdad, nos ha hecho saber quiénes somos y a dónde vamos, descubrir nuestra identidad, nuestras batallas, nos identifica como venezolanos”, precisa.
Milexis Miranda, asesora de la Misión Cultura Corazón Adentro del Distrito capital Caracas, siente que en los años de misión en Venezuela ha sembrado semillas que hoy germinan para hacer crecer árboles robustos.
“Es importante, emocionante, haber cumplido los objetivos de esta Misión, que es brindar identidad, patrimonio, sostenibilidad en la parte cultural, la Misión Cultura es eso, ayudar al pueblo venezolano al rescate de sus tradiciones. Aquí he aprendido raíces, la rica cultura de Venezuela y fomentarla a través del teatro, música, danza”, dice Milexis.
Más adelante esta instructora de arte puntualiza que “Es un reto, cuando me dijeron que yo iba a ser internacionalista sentí que establecía un gran compromiso, porque estamos representando al pueblo cubano, a la vez que ayudamos al pueblo venezolano”.
Adalaiz Meléndez es una niña venezolana que hace mucho tiempo está en la Colmenita Bolivariana gracias a la Misión Cultura, para ella “una experiencia bonita, hemos aprendido mucho con los hermanos cubanos, es emocionante en cuatro años vinculada a estos proyectos, siento que he crecido y es un honor”, declara.
Hombres como el profesor José Meléndez, cultor venezolano, amante de la cultura y del buen hacer, de su patria querida, siente que la Misión Cultura hizo y sigue logrando cosas mágicas en su país gracias a la colaboración con Cuba
“Para nosotros esta misión ha sido valor humano, nos ha dado la oportunidad de compartir con los cubanos, su cultura, identidad, hoy por hoy el resultado es la Colmenita, el proyecto más tangible que nace al fraguar la Misión cultura, corazón adentro, por eso yo califico esta misión como patria, humanidad, es darle al niño, al hombre, a la mujer herramientas para la vida, para el buen vivir”
Ahí estaban también Fabián Jaspe y Kristal Gutiérrez, dos adolescentes venezolanos que desde muy pequeños cultivaron su sensibilidad y cualidades artísticas gracias a la Colmenita Bolivariana y a la Misión Cultura. Ellos agradecen cada nombre de sus profesores, las manos y la entrega de cada instructor de arte que los hizo crecer.
Sobre sus inicios cuenta Fabián: “Yo entré cuando tenía 9 años, mi mamá quería que yo aprendiera un instrumento musical, comencé con la guitarra, fue descubrimiento y motivación que me llevó a elegir el teatro, y soy el cultor, el artista que soy gracias a esta idea marfavillosa, aquí los niños aprendemos sobre la cultura, geografía, historia y ciudadanía, identidad cultural venezolana y también nos acercamos a la idiosincrasia cubana”.
Kristal señala que ama el teatro y la danza, nos enseñan de nuestra cultura, el significado y la importancia de ser venezolanos, eso se lo agradezco a los profesores, que nos han hecho crecer y comprender más la belleza de nuestro país. La Misión Cultura nos ha permitido acercarnos a nuestros sueños y hacerlos realidad”.
A 16 años, la Misión Cultura corazón adentro, sigue ofreciendo a personas de todas las edades las herramientas más hermosas para desandar la vida.