Martí renacido en Venezuela

“Deme Venezuela en qué servirla, ella tiene en mí un hijo”. Quizás sea esta la frase más hermosa que encarna la devoción de José Martí por la tierra bolivariana, una patria donde siempre renace el Héroe Nacional Cubano, a 129 años de su caída en combate en Dos Ríos.

Hasta Venezuela llegó Martí, en enero de 1881 desde el Puerto La Guaira, escaló las montañas del Warairarepano  por caminos casi intransitables hasta Caracas, donde su primera parada fue ante la Estatua de Bolívar, allí sin quitarse el polvo del camino, al anochecer y con lágrimas en los ojos, le rindió honores al Libertador.

De acuerdo con los criterios del profesor Rubén Rodríguez, Presidente de la Sociedad Cultural José Martí en el Capítulo Venezuela “este país marcó un punto de inflexión en la vida de Martí, por el pensamiento político, militar, su acercamiento a las letras, así lo describió Fina García Marruz quien hizo un excelente ensayo sobre el tema, en el cual analizó la estancia de Martí en esta tierra, a tal punto que Martí después menciona sus horas venezolanas, aquí escribe “Ismaelillo”, la presencia de Martí influye a Venezuela, pero él también siente el influjo por la vida, la historia de Venezuela, las artes militares de nuestros próceres”.

Más adelante señala: “a sus grandes amigos venezolanos no los olvidó, mantuvo contacto con ellos, con Heraclio Martín de la Guardia, Diego Hugo Ramírez, Lisandro Alvarado, Agustín Aveledo, el gran prócer, creador de la Cruz Roja venezolana y del primer auspicio, (orfanato) que hubo en Venezuela en la comunidad de La Pastora y a quien Martí le obsequia cien libros del Ismaelillo para sus huérfanos, porque según le escribió “no es cosa de vender, es cosa del alma, porque es un libro que he escrito pensando en mi hijo, pero lo que usted colecte servirá para saciar parte de las angustias de esos infelices suyos”. Definitivamente, la vida de Martí desde la poesía, la historia, está marcada por la venezonalidad”.

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Martí es expulsado de Venezuela al no plegarse ni hacer loas al entonces Gobierno despótico de Guzmán Blanco, y “eso provoca que el 27 de julio 1881 uno de sus edecanes, el Coronel Antonio Nicolás Briceño, se acerca a Martí y le dice que, o escribía un halago a Guzmán Blanco o se plegara, o abandonara Venezuela, Martí, que jamás fue un hombre de plegarse, parte hacia Nueva York; como dato histórico, y muestra de la imantación martiana, el Coronel Briceño estuvo en Cuba años más tarde, conoció de cerca la figura de Martí y hasta sus últimos días llevó en su billetera un retrato del Apóstol de Cuba, lo cual recuerda a Ximenez de Sandoval, Jefe de las fuerzas españolas que combatieron en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895, quien  se negó a ser condecorado por la monarquía española con el Marquesado de Dos Ríos, fueron dos adversarios que bajo el influjo de la belleza, la poesía, el pensamiento  martiano, supieron rendir culto al más universal de los cubanos”.

En esta tierra, donde permaneció seis meses, Martí encontró amigos entrañables como el profesor Cecilio Acosta, Agustín Aveledo, y Lisandro Alvarado, y donde tuvo, además, una intensa vida intelectual, como recordó recientemente Dagoberto Rodríguez, Embajador de Cuba en Venezuela.

El diplomático de la isla expresó: “Martí vino a Venezuela como quien se dirige a un santuario, Caracas es para Martí la Meca de la Libertad, la cuna de Simón Bolívar y el centro irradiatorio de las ideas que plasmaron la independencia de la América Hispana, su amor por Venezuela quedó expuesto en las ideas que le escribió en carta despedida a un gran amigo, Fausto Teodoro de Aldrey, “De América soy hijo, a ella me debo, deme Venezuela en qué servirla, ella tiene en mi un hijo”

Jesús Cumare, cronista del Estado la Guaira, resaltó los nexos entre el pensamiento de Martí y de Bolívar, porque “ambos tenían muy clara la idea de la necesidad de unirnos todos los pueblos latinoamericanos para enfrentar, no sólo al Imperio Español, no sólo al Imperio Norteamericano, sino a sino todos los imperios”.

Yhonny Garcia Calles, Coordinador General del Movimiento Nacional de Amistad y Solidaridad Mutua Venezuela-Cuba, asegura que Martí vive en el pueblo venezolano.

Según declaró recientemente a la prensa “Martí ha sido el grande admirador de nuestro Libertador, se consideró hijo y heredero de Bolívar, la gran mayoría de los cubanos que han pasado por las misiones  no han hecho otra cosa que seguir el camino de Martí, el camino de Martí a Bolívar”, significó.

Eliécer Arreche, Inés Luigi y Penélope Alsina, integrantes del movimiento solidario, aseguraron en una solemne actividad efectuada en el mes de enero en Caracas para recordar al héroe cubano, que José Martí fue el hijo más fiel del Libertador Simón Bolívar.

En Venezuela, en cada estado hay plazas y estatuas erigidas al Apóstol cubano. Durante su estancia en esta nación, el Héroe cubano dictó clases en el Colegio Santa María, en el centro de Caracas, hoy  convertida en la Casa Nuestra América José Martí, donde se le rinden honores y se perpetúa su legado.

Para los venezolanos, es José Martí un prócer entrañable, que sigue vivo, como afirmó el profesor Rubén Rodríguez.

“En Venezuela se fundaron varios grupos de amistad con Cuba, de amigos de José Martí, el primer busto del Apóstol en Suramérica está emplazado en la placita de Altagracia, en la Plaza José Martí, aquí en Caracas se celebró su centenario de manera extraordinaria, su presencia está en los lugares donde estuvo, en la Academia de Historia, el Colegio Villegas, hoy Colegio de Música Lamas, la presencia de Martí en los sitios históricos hechos en los años 40 del siglo pasado en su memoria y que hoy se mantienen en nuestros días, todo ello es la devoción venezolana por José Martí que forma parte de la génesis patriótica del pueblo venezolano”.

 “Así armado de amor, a pedir vengo a los hijos de Bolívar un puesto en la milicia de la paz”, dijo José Martí, quien, a 129 años de su muerte renace cada día en una nación donde encontró amigos y razones para seguir luchando por esta América Nuestra.

Detalles en la propuesta radial.

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