Cuando el niño comienza a balbucear cercano a su primer añito, se evidencia que estuvo mucho más tiempo en comunicación con su gestora, esa sílaba ma, parece como si saliera del alma, Mamá.
Por obra y gracia de la naturaleza el amor se trasmite como esos reflejos incondicionados mágicos, con tanta delicadeza, que hasta parece milagrosa la articulación de los primeros sonidos, y es que, como flor, también es una poesía inacabada, cuanta adoración la de las Karlas, Nátali, Isabela y María Fernanda.
La celebración del día de las madres, se remonta a la antigua Grecia con las festividades de honor a Rea, la Matrona de Júpiter, Neptuno y Plutón. Hábitos que con el tiempo fueron pasando a los diversos países para convertirse en una celebración de todo el mundo.
Con el siglo XVI nació en Inglaterra la celebración del domingo de servir a las madres, en la que le daban el permiso a los criados con el día pago para visitarles.
En Estados Unidos la historia comenzó con el homenaje de una niña que perdió prematuramente a esa persona que le dio vida, en Filadelfia Ana Jarvis, luego del sepelio de su ser más querido en 1905, decidió escribir a maestros, religiosos, políticos y abogados, buscando apoyo para un proyecto de celebración del aniversario, el segundo domingo de mayo.
Los dominicanos optaron por el 4to, otros países se inclinaron por el 1ro y los cubanos como en Filadelfia, prefirieron celebrar, el 2do domingo de mayo.
Aunque la historia recoge que en Cuba los orígenes de las festividades se remontaron a la habanera comunidad de Santiago de las Vegas el 9 de mayo de 1920, otras indagaciones, del investigador tunero Salvador Regueira Millán, revelaron que el 2 de mayo de ese año en Puerto Padre, figuras importantes de la cultura y la sociedad, propusieron la celebración.
“Dice José Martí que los brazos de las Madres son un cesto florido y añada que es el sostén de nuestra vida; la madre es el sostén de la Patria, ¿Cuántas mujeres gloriosas hemos tenido en Cuba?, por eso siempre asociamos este día tan especial para nosotros, con el amor a la Patria, mujeres como Mariana Grajales, Brígida Zaldivar, como Lucía Iñiguez, Celia, Bilma y tantas otras grandes de la historia”.
En verdad ni dejando de existir físicamente puedes separarse de tal proximidad, es la tutora insustituible, tan transparente que ni la lluvia ni el viento le hacen competencias; acude a tu llamado con tanta prontitud y desinterés que no existe instrumento de medición que registre tal empatía y dimensión.
Alienta el espíritu y la razón de manera tal que, parece observar a través de tus pupilas y marcar el ritmo de la vida al compás de los latidos del corazón.
¡Felicidades mamá!
