Leyendo las interesantísimas páginas del libro 100 preguntas sobre Historia de Cuba, de la doctora Francisca López Civeira, Rubén Martínez Villena se incorporó como profesor en la Universidad Popular “José Martí”, que dirigió Julio Antonio Mella, con quien sostuvo una hermosa amistad aun después del exilio de este último en México.
Vinculado a las luchas populares, en 1927, Villena fue perseguido por el gobierno de Machado durante el llamado “proceso comunista” de ese año.
Justo en ese momento, decidió su ingreso en el Partido Comunista. Su condición de asesor legal de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, nacida en 1925, lo relacionó muy estrechamente con el movimiento obrero. Su militancia comunista posibilitó que fuera un factor importante de enlace entre aquel y el Partido.
La labor política de Villena fue clave en la reorganización del movimiento obrero, golpeado por la represión machadista, y en la huelga general de 24 horas que se produjo el 20 de marzo de 1930, cuando por primera vez los obreros desafiaron al gobierno represor con una huelga de contenido político.
Al dar por terminada la huelga, Rubén destacó: “Esta es la respuesta que debía la clase obrera a Machado por el asesinato de Mella”.
Después de esta acción, Villena tuvo que salir clandestino de Cuba aunque, ya muy enfermo de tuberculosis, regresó a la Patria en mayo de 1933.
Sabía que su salud no tenía posibilidades de recuperación y quería dedicar las fuerzas que le quedaban a la Revolución. De esta manera, clandestino y enfermo, todavía pudo estar en la dirección de la huelga general de julio y agosto de 1933 y en los preparativos del IV Congreso de Unidad Sindical de la Central Nacional Obrera de Cuba.
Precisamente, durante el desarrollo de este Congreso, murió Rubén Martínez Villena, el 16 de enero de 1934. Fue velado en el Salón de Torcedores de Cuba.
Recuerda que andamos por los caminos de Cuba…