Los caminos de la historia de Cuba nos dicen que el gobierno que se formó después del 4 de septiembre de 1934 quebró por primera vez el dominio político oligárquico, pero la Pentarquía era muy heterogénea desde el punto de vista de apreciaciones políticas y no pudo sostenerse.
Entonces, como ya te dijimos, le sucedió la presidencia de Ramón Grau San Martín y fue así que comenzó un nuevo momento dentro de la historia de Cuba, cuando grupos y sectores no oligárquicos que tenían poder político pudieron iniciar algunas transformaciones sociales.
Habitualmente, los estudiosos de este período histórico han planteado que había tres tendencias dentro de ese gobierno provisional (conocido también como “Gobierno de los Cien Días”) derecha, centro e izquierda; es decir, una tendencia reaccionaria, representada por Batista; otra reformista, representada por Grau, y una revolucionaria, representada por Antonio Guiteras.
Es cierto que había diferentes tendencias al interior de este equipo de gobierno y que no había un programa común, sino que oscilaba entre la reforma y la revolución.
Batista no era propiamente del equipo de gobierno, pero había asumido la jefatura del Ejército, además de estar dentro de lo que se llamó a partir del 4 de septiembre “Junta Revolucionaria de Columbia”, por lo que adquirió un peso político muy importante.
El llamado gobierno de los 100 días, sin unidad interna, al aprobó medidas importantes que significaron diversos cambios políticos en la Nación.
Lo primero que dispuso fue iniciar la sustitución del aparato de poder político anterior por nuevas instituciones políticas y militares, además, se aprobaron decretos que respondieron a los anhelos de justicia social y se ganó en nivel de soberanía.
Escuche este episodio en nuestro canal de iVoox: