Prosiguiendo por los caminos de la historia de Cuba de la mano de la doctora Francisca López Civeira, la grave crisis de los años 20 en Cuba planteaba la necesidad de cambios, de transformaciones; pero los grupos de poder actuaban dentro de los marcos de la dependencia, lo que limitaba sus posibilidades de implementar cambios.
La crisis en la economía cubana de los 20 condicionó la situación del país en las décadas siguientes. Para el pueblo, lo más escandaloso fue la corrupción político-administrativa.
Es decir; el enriquecimiento a partir de los puestos del Estado, el uso de los cargos públicos para beneficio personal y complacer a la clientela política fueron algunos de los aspectos más denigrantes de aquellos tiempos rechazados por el pueblo.
Los negocios fraudulentos (otro de los desmanes de la época) fueron denunciados a través de la caricatura y obras teatrales.
La llamada “botella”, es decir, el cobro de un salario en un empleo en oficinas del Estado sin desempeñar ninguna labor, constituyó una práctica heredada de la época colonial y practicada en la etapa republicana para el enriquecimiento personal, de familiares y amigos, para de esta forma pagar favores políticos y sumar a opositores.
La legalización del juego, especialmente la renta de la Lotería, fue otra fuente oficial de enriquecimiento. De esta manera, la ciudadanía percibía con mucha claridad estos problemas, así como los fraudes electorales y otras formas de corrupción.
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