Los caminos de la historia de Cuba nos indican que, en los días del golpe contrarrevolucionario de enero de 1934, se estaba celebrando el cuarto Congreso Obrero de Unidad Sindical, que analizó críticamente la actuación de la Confederación Nacional Obrera de Cuba y planteó lineamientos futuros, pero el fracaso de la huelga general de 1935 afectó profundamente a la organización y la debilitó.
En el contexto de la lucha antifascista y los inicios de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento obrero cubano celebró, en 1939, su Congreso Nacional que dio vida a la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), con el dirigente comunista, obrero tabacalero, Lázaro Peña como Secretario General.
La CTC libraría batallas extraordinarias, como su labor de solidaridad con la República española, junto a otras organizaciones y el Partido marxista, durante la Guerra Civil de 1936, el enfrentamiento al fascismo y el apoyo a la Unión Soviética durante el conflicto mundial y por las conquistas obreras.
En las luchas de la CTC, se destaca el logro del diferencial azucarero, en lo cual el dirigente azucarero, el comunista, Jesús Menéndez, fue figura clave.
El diferencial establecía que los trabajadores recibieran a fin de año parte de las ganancias por el aumento de los precios del azúcar.
La CTC enfrentó las maniobras divisionistas del gobierno de Grau desde 1947, pero a pesar de ello, su dirigencia unida mantuvo la combatividad en defensa de los derechos de los trabajadores.