La historia de Cuba tuvo en el reformismo una de las tendencias ideológicas más importantes del siglo 19. Estuvo encabezada fundamentalmente por los sectores de poder económico, que buscaron reformas al sistema colonial de dominio español, para propiciar y consolidar su propio desarrollo como clase social pudiente.
Desde finales del siglo XVIII, el reformismo se expresó de manera organizada como tendencia reformista.
Por aquellos años, ya existía un grupo económicamente fuerte que también tenía una sólida formación cultural y promulgaba ideas de avanzada.
El reformismo estuvo presente a lo largo del siglo XIX, pero tuvo diferentes aspiraciones de acuerdo con la evolución de las circunstancias en la que vivieron y actuaron sus representantes. No es casual que las ideas reformistas se manifestaran cuando el esclavismo inició su período de auge en Cuba.
Si vamos a definiciones, el reformismo fue una corriente filosófica nacida en el siglo 18 francés que tomó como base para su desarrollo la razón del hombre y el sentido del progreso de manera continua, por ello se enfrentó al poder de la Iglesia y la nobleza.
Los primeros momentos del reformismo en Cuba muestran a Francisco de Arango y Parreño como la figura más destacada de esa tendencia ideológica.
Arango y Parreño expresó las demandas de libre entrada de esclavos, ya que el aumento de la producción en aquel momento dependía de la cantidad de esclavos con que se contara; la necesidad de introducir técnicas modernas, lo que se relacionó con el ineludible desarrollo científico, y la disminución de los impuestos que gravaban el intercambio comercial, tanto en la exportación como en la importación de productos que fue una vía de explotación intensa de España en Cuba.
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