Es bien conocido que desde siempre a Carlos Manuel de Céspedes se le ha llamado Padre de la Patria.
Esto es debido a que Oscar, (el hijo de Carlos Manuel de Céspedes), fue hecho prisionero por los españoles cuando desembarcó para incorporarse a la guerra.
El Capitán General de la Isla le ofreció a Céspedes respetar la vida de su hijo si él deponía las armas y ante tal propuesta, Céspedes respondió: “Oscar no es mi único hijo, lo son todos los cubanos que mueren por las libertades patrias”.
Oscar, el hijo de Céspedes fue fusilado el 29 de mayo de 1870.
Esta actitud de poner a la Patria sobre todo, de pasar por el dolor de tener que escoger entre su deber con Cuba y su condición de padre, le confiere a Carlos Manuel de Céspedes, la condición de padre de la Patria. Pero esta no es la única razón.
Cuando el 10 de octubre de 1868, en su ingenio Demajagua, en Manzanillo, se lanzó a la lucha junto a sus antiguos esclavos, por la independencia de Cuba, él fue el primero en llamar a la lucha, de ahí que también se le considere el padre de la independencia.
Por eso Martí dijo de aquel momento sublime: “¡La tierra se alza en montañas, y en estos hombres los pueblos!”
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