La segunda mitad de los años 20 en Cuba revela la existencia de una figura del estudiantado que se destacó por su actitud en contra de la corrupción administrativa que existía en la Universidad de La Habana.
Por aquellos años, Julio Antonio Mella representó la posición más revolucionaria dentro de los distintos movimientos ocurridos entre 1920 y 1925.
Los movimientos que se desarrollaron en aquellos años tuvieron distintas tendencias, entre ellos el estudiantil.
El movimiento por la reforma universitaria, que tuvo en Mella su líder, comenzó con el propósito de impulsar reformas dentro de la Universidad de La Habana, tales como la depuración de los profesores corruptos y modernización de la enseñanza para ponerla al nivel de la ciencia de la época, entre otros.
De este proceso, surge la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) el 20 de diciembre de 1922, con una presidencia rotativa entre los presidentes de las facultades y una secretaria general fija.
Felio Marinello fue el primer presidente que tuvo la FEU con Julio Antonio y Mella como su secretario general.
Pronto, el joven Julio Antonio profundizó en su análisis de la realidad cubana y comprendió que se necesitaba una revolución universitaria, para lo cual era imprescindible una revolución social. El problema no era solo de la Universidad sino de la sociedad.
En el rápido proceso de radicalización que tuvo el pensamiento del joven estudiante tuvo un lugar destacado su relación con líderes obreros como Alfredo López, a quien después llamó “maestro”, así como con comunistas como Carlos Baliño.
La vinculación con los problemas obreros y los contactos con el pensamiento marxista ampliaron notablemente su comprensión de los problemas de Cuba y el mundo.
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