Nuestra historia nos cuenta que en 1920 se celebró el primer Congreso Nacional Obrero que planteó el objetivo de crear una central que agrupara a su vez a todos los organismos obreros, lo que inició la modernización del movimiento organizado para superar la estructura gremial.
En los Congresos de Cienfuegos, primero, y en Camagüey después, celebrados en 1925, se juntó la Confederación Nacional Obrera de Cuba. La figura más importante en aquel proceso fue el obrero tipográfico Alfredo López.
La CNOC, que así la llamaron por sus siglas, nació con una fuerte influencia del anarquismo, aunque en su seno había distintas tendencias. En los años de enfrentamiento a Machado, esta organización fue objeto especial de la represión, con la expulsión de obreros extranjeros vinculados a sus luchas, la encarcelación y el asesinato de Alfredo López en 1926.
A partir de entonces, los vacíos dejados en la dirección fueron llenados en gran medida por dirigentes comunistas que le imprimieron un contenido más profundo al movimiento obrero, con lo que este pudo incorporar las demandas políticas en sus acciones y ello se puso de manifiesto por vez primera con la huelga general de marzo de 1930.
En los días del golpe contrarrevolucionario de enero de 1934, se estaba celebrando el cuarto Congreso Obrero de Unidad Sindical que analizó críticamente la actuación de la Confederación Nacional Obrera de Cuba y planteó a su vez lineamientos futuros, pero el aplastamiento de la huelga general de 1935 afectó profundamente a la organización y la debilitó.
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