El amor es mágico. La persona amada no tiene defectos físicos, ni espirituales; aquellos que son flechados por Cupido son agraciados, inteligentes y virtuosos, y lo que es mejor aún: nadie puede compararse con ellos.
Al tener cerca a su amor, los enamorados reaccionan con sudoración, pulso acelerado, risa, taquicardia, alteración de la percepción del tiempo, dolor o ansiedad en el estómago.
Cuando nos enamoramos el cuerpo experimenta muchas sensaciones. La mayoría pierde el hambre debido a esta emoción pues el estómago, es invadido por unas metafóricas mariposas…
Decimos que hemos caído en esa situación cuando no podemos dejar de pensar en alguien, mencionando sus muchas cosas buenas e ignorando o restándole importancia a sus defectos. Queremos que nos quiera, no podemos vivir sin él o ella.
Es locura cuerda estar enamorados, el mejor de los sentimientos que por suerte no tiene edad, ni momento fijo para aparecer; estado perfecto del ser humano que ojalá se mostrara siempre.
El amor llega de sorpresa; está en todas partes, sobre todo, en el corazón de aquellos que sienten que se les acelera cuando están cerca de la persona elegida.
Se vuelve una obsesión pensar a cada momento en él/ella. Es una euforia que se transforma en alegría constante, todo nos parece hermoso, y sentimos un optimismo tan grande, que nos consideramos dueños del universo y capaces de las más grandes hazañas.
La atracción hacia aquella persona especial nos hace interesarnos por cuáles son sus gustos, intentar imitarlos para así hacer que también sienta interés por nosotros.
Es el tiempo de esperar en un parque con ansiedad a alguien, y no respirar aliviados hasta que lo vemos llegar, con una flor que guardó debajo de la camisa para que no se estropeara en el ómnibus.
Resulta casi imposible el control frente a la persona amada, pues según los científicos, a simple vista se nota que estamos nerviosos.
Estaba en lo cierto el comediógrafo griego Antífanes cuando dijo: existen dos cosas que el hombre no puede ocultar, que está borracho y que está enamorado.
El organismo libera 250 sustancias al estar ante una persona que le resulta atractiva, y sólo bastan cuatro segundos para formar una opinión respecto a ella. Además, se desprenden hormonas, ácidos, gases y olores, que se mezclan, y crean una revolución interna que convierte lo racional en irracional y la prudencia en torpeza.
Sin que quepan dudas, estar enamorado, es lo mejor que puede pasarnos.