Por: Aroldo García Fombellida.
La mayoría acumula decenas de años en el oficio, aunque también hay jóvenes. Algunos siguen a sus padres, o a sus abuelos, mientras otros, descubrieron la vocación un día, viéndolos trabajar, en medio de momentos difíciles.
Así, sencillamente «linieros». Cada uno puede hacer un libro, su libro.
Alexei Ricardo Sanchez, integra el contingente Lidio Ramón Pérez, de la provincia de Holguin. En menos de un mes ha tenido que mudar tres veces el campamento. Hoy, aquí en Alquízar, antes en Marianao, y con anterioridad en Maisí.
Alexander Rodríguez de la Rosa, ya lleva veinte años como liniero. Alexei, su compañero de misiones, lo califica como «un tronco de liniero». Su risa contagia, y su nobleza inspira. Reside en el barrio Villanueva de Holguin, y desde que llegó a Alquízar, procedente de Marianao, no se afeita.
Quizás esta noche, quizás mañana. Pero, por difícil que sea la devastación, dejada por la furia de la naturaleza, ellos harán posible la luz.
Y les aseguro, que en ese justo momento, sus corazones latiran más fuerte, aunque lo hayan experimentado, cientos o miles de veces. Y es que, para un liniero, un verdadero liniero, ese siempre será un momento de inmensa felicidad.
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