Las reuniones en la sociedad El Recreo en Santa María del Puerto del Príncipe, coronaron con la decisión del alzamiento en el paso del río Las Clavellinas, a 13 kilómetros de la ciudad, sobre el camino de Nuevitas, con lo cual el Camagüey se incorporó el 4 de noviembre de 1868 a la contienda independentista iniciada el mes anterior en el ingenio Demajagua.
Ese propio día, prácticamente sin disparar, las huestes patrióticas atacaron y tomaron a Guáimaro. El historiador cubano Desiderio Borroto Fernández, subrayó el valor estratégico de una acción que liberó la plaza donde nació meses después la República de Cuba en Armas.
Borroto Fernández recordó que las relaciones de los poderes ejecutivo y legislativo que más tarde serían tensas e irreconciliables, fueron de sumo respeto y hasta fraternales mientras convivieron en el Guáimaro liberado luego de la célebre Asamblea en abril de 1869.
Ante la presunta noticia de una carga española contra la comarca, los cubanos incendiaron Guáimaro el 10 de mayo de 1869 tras la orden terminante del General en Jefe Manuel de Quesada, sobre lo cual Martí años más tarde escribió: “Ardía, rugía, silbaba el fuego grande y puro; en la casa de la Constitución ardía más alto y bello”.